Imagen: Pegatina Criolla.
Los años noventa en Colombia tuvieron diferentes protagonistas musicales que se acercaron al rock. Existieron así el vallenato de Carlos Vives y La Provincia, el rock electrónico y postpunk de Estados Alterados, el sonido de rock con ritmos locales del Bloque de Búsqueda o las propuestas urbanas de La Derecha, Bajotierra y 1280 Almas.
Pero si hubo una banda que dejó una huella que no solo fuera musical sino también cultural y continental, fue Aterciopelados. Y lo hizo por romper el esquema de lo que se supuso era el rock con una banda. Un hombre y una mujer provenían de un lugar en donde el rock pasó años escondido. Una banda de rock ya era una rareza, pero una banda de rock con una integrante mujer, era algo aún más raro.
Imagen: Pegatina Criolla.
La participación de la mujer en el rock en el continente no había sido amplia. Y si bien en escenarios y momentos creativos de ciudades como Londres, Nueva York, San Francisco o Los Ángeles entre los sesenta y ochenta el rock tuvo protagonistas femeninas, en el continente esto no fue así.
Imagen: Pegatina Criolla.
Pero ese camino tuvo una protagonista: La ‘Florecita rockera’, y fue narrado por la banda que conformaron Andrea Echeverri y Héctor Buitrago en la ciudad de Bogotá. La misma que vivió bajo la sombra del narcoterrorismo mientras en el palacio de Nariño gobernaban Virgilio Barco y después César Gaviria.
Imagen: Pegatina Criolla.
Fue la misma ciudad en la que lo local tuvo que ponerse al tanto de lo global a través de la apertura económica porque ya el mundo había comenzado un proceso de integración de mercados e ideas que terminó por conocerse como globalización.
El significado de ‘Florecita Rockera’
Si bien la canción fue presentada en 1995 y se refirió a una mujer con la cual Héctor Buitrago tuvo una relación sentimental, el poder de su letra la convirtió en una alegoría e invocación al poder y la presencia femenina.
Héctor Buitrago de Aterciopelados | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
A través de su letra, la canción elogió y reconoció el poder de la mujer como ser que combina diversas fuerzas. Fue una canción que unió a niñas, adolescentes, mujeres adultas y mayores de una nación y un continente en el que la mujer ha vivido situaciones adversas.
La letra de ‘Florecira Rockera’
Imagen: Pegatina Criolla.
Como echarte flores
Si eres un jardín
Con esos olores
Me siento morir
Florecita rockera
Tú te lo buscaste por despertar mi pasión
Encendiste mi hoguera no tienes perdón
Te pondré en una matera
Como darte besos
Mi flor de alhelí
Con esos colores
Yo palidecí
Florecita rockera
Tú te lo buscaste por despertar mi pasión
Encendiste mi hoguera no tienes perdón
Te pondré en una matera
Como trasplantarte
A mi corazón
Como no cortarte
Desde la raíz
Florecita rockera
Tú te lo buscaste por despertar mi pasión
Encendiste mi hoguera no tienes perdón
Te pondré en una matera
Mira que tú tienes el candor
A flor de piel
Y además siempre estás
Fresca como una lechuga
Soy el picaflor
Que chupará toda tu miel
Soy el picaflor
Que chupará toda tu miel
Soy el picaflor
Florecita rocker
Tú te lo buscaste por despertar mi pasión
Encendiste mi hoguera no tienes perdón
Te pondré en una matera
”.
‘Florecita rockera’, el video oficial de Aterciopelados
La canción apareció en las ondas radiales y en los espacios de televisión de 1995. Y lo hizo para dejar una marca imborrable también en su video. En él se hizo énfasis en la vegetación y la naturaleza y en él apareció una amiga del grupo como mujer que deshojaba flores.
Este también era un momento clave para la ciudad. Era 1995 y los bogotanos habían dejado de agachar la cabeza. El alcalde de aquel entonces era Antanas Mockus, quien con una campaña política cívica y de cohesión, dejó en claro que la política en aquel momento no tenía nada que ver con la agotada, desvencijada, inoportuna e inoperante maquinaria política de los partidos liberales y conservador.
Imagen: Pegatina Criolla.
El rock, el ska y el metal eran músicas que empezaban a escucharse en más bandas capitalinas que habían logrado grabar sus primeros discos compactos, vinilos y casetes.
Este fue el telón de fondo de Aterciopelados mientras agarraban cancha y vuelo. Así despegaron no sólo en la ciudad, sino en el país y el continente. A partir de 1995, las aventuras sonoras se ampliaron.
Al fin el continente hablaba la misma lengua y era capaz de mostrarle a sus juventudes esas bandas que cantaban tonadas latinoamericanas.
Imagen: Pegatina Criolla.
Chile tuvo a Los Tres. Los Cadillacs gozaron protestando con ska y ritmos latinos; Soda Stereo soñó. Los Amigos Invisibles de Venezuela mostraron el gozo elegante y un espeluznante Dermis Tatú hizo de las suyas en las noches caraqueñas. México lindo y querido nos ofreció el álbum blanco del continente, con el ‘Re’ de Café Tacuba.
Portada de 'El Dorado' (1995).
Y Aterciopelados lo hizo con ‘El Dorado’. Un disco en el que se reivindicó a la nación colombiana y en el que la mujer fue protagonista con la ‘Florecita rockera’.
“‘El Dorado’ llegó a ser tan importante para el rock latinoamericano como el ‘Re’ de Café Tacvba o ‘Clics Modernos’, de Charly García”, menciona Umberto Pérez, uno de los promotores del disco.
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En su álbum ‘Reluciente, rechinante y aterciopelado’, publicado en 2016, Andrea Echeverri reinterpreta ‘Florecita rockera’ junto a un elenco de lujo como Catalina García, de Madame Periné, y Goyo, de Chocquibtown, sumado a Las Añez en el coro y Catalina Ávila y Natalia Pasos en la percusión.
El sombrero que usa Andrea en este video está relacionado a la campaña ambientalista de Aterciopelados que se llama “RetroCD” donde se invita a la gente a darle un ciclo de vida aprovechable a los CDs que desechamos.
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