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Mujeres que viajan solas, historias de un nuevo camino

Cada vez son más las mujeres que viajan solas y aunque las cifras de feminicidios en el mundo no cesan de aumentar, adolescentes, jóvenes, madres y abuelas deciden salir de su hogar para ir por lo desconocido, pero, ¿están realmente solas? En las calles o en grupos en Facebook las mujeres han dado con espacios de encuentro de desconocidas que se aconsejan entre sí, se ayudan y hasta se salvan la vida. Te contaremos sobre ellos y cómo éstos han sido cruciales para las mujeres que deciden volar. 

Aprendiendo a usar las alas

Estás en casa o vas a tu trabajo y aunque tienes muchas cosas pendientes por hacer, lo primero que haces es ver fotos de los viajes de tus amigos o de desconocidos mientras tus ojos brillan y tu jefe o tu hermano te pregunta: ¿está enamorada? Respondes con un no. Lo que te ilusiona no es un hombre sino un lugar, una aventura

Compras el tiquete de madrugada al lugar que siempre soñaste, olvidas los planes con otros para sacarte de paseo a vos, una cita contigo y el mundo que tomó mucho tiempo, pero al fin decides. Tus papás o tus amigos te dicen que estás loca, que veas el noticiero, que hay peligro en todos lados. Ya nadie está a salvo. Todos le ponen seguro a sus puertas. Se agarran el bolso o la maleta en la calle y la ponen delante como si cargaran la piedra filosofal en sus barrigas de tela. 

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Mujeres que viaja solas

Fotos: Piqsels

Pero hoy no. Hoy sabes que irás a un lugar desconocido que puede compartir contigo, o no, tu lengua o algunas costumbres. Ya no importa. Nadie te lo ha dicho, pero sabes en el fondo que desde que decidiste irte de viaje haces parte de algo especial.

La sociedad de las mujeres que viajan solas no es un mito. Andamos por todas partes con grandes mochilas en la espalda, pantalones cómodos, manchas blancas de bloqueador en la cara y los ojos abiertos para que quepa todo lo que el mundo tiene para darnos. Las hay de viente o de cincuenta años. De hostales y hoteles. De aventones en la carretera o de toures. De latas de atún o de restaurantes. Las hay libres, unas con miedo, otras no tanto, pero siempre libres. 

Redes solidarias de mujeres viajeras

Cada viaje representa un desafío distinto para cada una; puedes perderte, ser maltratada, extraviar tus maletas o estar en peligro sin que te des cuenta. Esto no quiere decir que debamos dejar de salir, por el contrario, te contamos las historias de viaje de seis viajeras que encontraron apoyo en otras mujeres en momento difíciles. 

Corazón de Luna

Hace poco viajé a Tlacotalpan, Veracruz, México, al encuentro de jaraneros (músicos e intérpretes que hacen un homenaje al son jarocho). Hice algo que nunca hago: me fui en excursión porque tenía miedo de no conseguir hospedaje allá. Me tocó en una van súper incómoda junto a tres chavas desconocidas que pensé que darían lata y no dejarían dormir todo el camino (mi prejuicio). 

Al poco tiempo del viaje, nos dimos cuenta de que la camioneta no tenía cinturones de seguridad y como íbamos atrás, cada vez que saltaba, nos golpeábamos en la cabeza; de hecho, una de las chicas casi sale lanzada hasta enfrente de la camioneta cuando ésta frenó así que terminamos amarrándola con suéteres para que no volviera a pasar y pudiera dormir un poco. Así fueron 8 o 9 largas horas. Cuando nos bajamos y por fin vimos al organizador, que venía en otro camión, las cuatro le reclamamos así que en el regreso nos tocó el camión, que aunque no más cómodo, al menos tenía cinturones.

Estas tres mujeres y yo, no nos conocíamos pero al vivir está situación nos unimos. Las cuatro como grupo pedimos una solución para nuestro bienestar; las cuatro respondimos a los comentarios de los demás visitantes que quisieron minimizar la situación, y las cuatro logramos ir en el camión de regreso. Ellas pudieron no haberme incluído y lo hicieron. Levantamos la voz y nos unimos.  A lo largo del viaje hicimos cosas juntas, me enseñaron su mundo de jaraneras y hoy estamos preparándonos para la marcha del 8 de marzo. No es que nos veamos siempre pero estamos y nos unimos en la lucha por el bienestar de todas.

Travesía

A mí en Bolivia me robaron documentos y dinero. Estaba sola y no tenía nada, pero unas chicas juntaron lo que habían recogido en el semáforo y me dieron para comprar materiales y hacer chocolates. También artos viajeros me enseñaron a jugar banderas y clavas (objetos parecidos a los pinos de bolos con los que se hacen malabares), a tejer macramé o a hacer artesanías. Ya llevo 8 años viajando.

Amalú

Viajé a Guayaquil, Montañita y luego Quito y en este último fue terrible. En un cyber (café internet) un tipo se me acercó diciendo que le encantaban las colombianas y que me invitaba a una cerveza. Le dije que no y me dice entonces que le aceptara un almuerzo. Estando en eso, el tipo abre una agenda y empieza a mover sus hojas y yo empecé a sentirme mareada y sin voluntad propia cuando me dice al oído que me espera afuera. 

Yo sin tener control de mí por aquella sustancia, me iba a ir por detrás, pero había una chica que se estaba dando cuenta y me tomó de la mano para decirme que no me fuera. Llamamos a una conocida en Quito que vino por mí para llevarme al médico. Aunque no fue más grave, agradezco la solidaridad y valentía de esta chica.

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turismo para mujeres solas

Además de los tejidos que se forman estando de viaje, no importa si es un encuentro casual o una amistad que dura toda la vida, hay grupos en Facebook que también han servido para que viajeras encuentren respuestas a sus preguntas. Hay páginas como Mujeres viajeras en donde se comparten memes viajeros, consejos para viajar o códigos de descuento para estadía. También hay grupos como Viajeras por el mundo, Viajeras y aventureras o Mujeres viajeras en donde viajeras o mujeres que quieren viajar pero tienen miedo de hacerlo pueden preguntar sobre destinos, rutas, presupuestos, visados, empresas que ofrecen servicios a donde van, comida imperdible; ofrecer estadía o compañía a la hora de viajar o pedir ayuda en caso de que alguna otra miembro de la comunidad se encuentre en su misma ciudad

Matute

Mi primer viaje fue a Colombia. Me hice Pasto, Ipiales, Cali, el Eje cafetero, Medellín, Guatapé, Bello, La Guajira, Ciénaga, Cartagena, Barú y Palomino. En este último, luego de un fin de año, me dio depresión en el viaje lo cual me llevó a ir a donde mi familia que viven en Manabi,  Ecuador. 

Fui haciendo dedo (pidiendo aventón) desde Santa Marta y un hombre en un camión me levantó. Este hombre fue muy grosero, yo estaba en plena carretera donde no pasaban muchos autos y estaba acosándome. Como yo le dije que parara, me dejó en la carretera botada a media noche y caminé un poco hasta que vi otra chica. Ella pensó que era un hombre y prácticamente se escondió, pero cuando vio que yo era mujer se acercó para decirme que venía también haciendo dedo y la dejaron ahí mismo por no tener suficiente dinero. Nos juntamos y un carro nos llevó a un pueblo cercano y al día siguiente ambas estábamos en Medellín, ella en su casa y yo camino a la mía. 

Para mí, en lo personal, esta experiencia es muy fuerte y no por lo malo, si no porque me di cuenta que si las mujeres nos unimos, podemos ser más fuertes que cualquier miedo o persona mal intencionada y los grupos de viajeras en Facebook, ayudan a contar lo vivido para motivar a otras chicas a salir sin miedo.

Bertha

Cuando estaba en Cuzco, Perú, vi mi celular y una chica había escrito en el grupo que la habían seguido con la finalidad de robarle y no sé qué más. Le respondí que yo estaba y que la podía apoyar, esto le pasó en Ollantaytambo. Pasó un momento difícil pero estuve ahí para apoyarla. 

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destinos para mujeres que viajan solas

Diana

Yo viajé hace siete años a Argentina por tierra. En ese viaje siempre estuve sola y me metía a los grupos de Facebook y escribía posteos en los que decía: soy colombiana, voy a tal lugar, si quieren ir, háganle. No muchos me respondían, pero sí fue conociendo gente. 

Cuando estaba en Buenos Aires, publiqué en uno de los grupos que quería ir a la Patagonia y conocí a un chico que se llama Lucas viajó conmigo y después me acompañó hasta Colombia. Fue muy simple. Me escribió un mensaje, nos conocimos y empezamos a planear el viaje. 

Muchas veces he leído los posteos que hacen chicas y definitivamente sí te impulsa a viajar entonces creo que los grupos de Facebook te ayudan a quitarte el miedo. Ser mujer, implica tener muchos miedos. 

mujeres que viajan solas libro

En 2018, al menos 3529 mujeres fueron asesinadas por razones de género en 25 países de América Latina y el Caribe, aunque los datos reales podrían ser mucho más altos ya que en algunos países sólo se recopilan como feminicidios o femicidios los cometidos por la pareja o expareja de las víctimas, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

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