Aunque en su momento fue negado por el gobierno, el Paro Nacional Agrario que ocurrió en 2013, fue un acontecimiento social que unió a varias organizaciones campesinas para exigir mejores condiciones comerciales para los agricultores. Una de las exigencias específicas era tumbar la resolución 9.70 del ICA -parte del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos-, que no solo beneficiaba a ese país con la venta de semillas producidas allá, sino que prohibía el cultivo de semillas nativas de Colombia.
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Fue durante este paro que la cineasta y periodista Victoria Solano grabó ‘9.70’, un documental que describe a detalle la problemática de esta resolución. Pero en ese entonces, también se encontró con varios líderes campesinos que protegían y cuidaban los páramos de la minería a gran escala.
Inspirada por estas personas, Solano decidió seguir a tres líderes de cerca, para dar a conocer sus luchas por estos ecosistemas. Así nació ‘Sumercé’, el segundo documental de Solano, cuyo título resume la capacidad que tiene un pueblo de tomar algo que lo somete y convertirlo en algo que lo dignifique.
‘Sumercé’ podrá verse completo a partir de este jueves 11 de junio, por la plataforma Mowies, mientras las salas de cine retoman su actividad. Para su estreno, Solano respondió algunas preguntas sobre su nuevo documental.
¿A qué líderes sigue ‘Sumercé’?
Sumercé sigue la historia de tres activistas que protegen el páramo: Eduardo Moreno, Rosa Rodríguez y César Pachón.
Moreno es activista y protector de los páramos desde hace cinco décadas, pero los últimos años ha visto cómo la mancha negra de la minería ha mancillado estos ecosistemas sin que la pueda parar.
Rosa Rodríguez fue maestra rural hasta el Paro Agrario de 2013. Cuando ve que sus alumnos y los padres de familia llegan al colegio golpeados por estar marchando, decide renunciar y dedicarse a tiempo completo a ser líder campesina. Ahora, Rosa ve cómo las leyes le prohíben sembrar porque su casa está en el páramo, mientras que una gravillera al lado de donde ella vive, avanza sin pausa.
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César Pachón fue la cara más visible del paro. Cuando terminó, Pachón se dio cuenta de que no lograría más con vías de hecho, entonces tomó un camino político. ‘Sumercé’ lo sigue mientras hace su primera campaña a la Gobernación de Boyacá.
¿Cuáles fueron las principales dificultades durante la grabación del documental?
Hubo varios retos, como recorrer los páramos, porque estas persoans recorren mucho sus teritorios y tienen un clima difícil. También fue problemático que iban a lugares no tan seguros, sino donde sufrían amenazas.
En la sala de montaje, otro reto enorme fue que yo necesitaba que las historias fueran paralelas, que tuvieran un principio y un final y que fuera independientes, pero también que se cruzaran y que tuvieran la misma intensidad en la película.
Pero el principal reto era grabar a un campesino que ha tenido un papel fundamental no solo para producir alimentos, sino en gestas como en la independecia. Lo difícil era hacer este retrato, pero alejada de una visión extranjera o estereotipada, sino grabarlo en su esencia. Hacer un retrato que le hiciera honor a la cultura cundiboyacense.
César Pachón.
‘9.70’ fue un documental que incomodó a varios sectores del país, ¿cree que pasará lo mismo con ‘Sumercé’?
Mi papel como documentalista es preguntarme por la sociedad en la que vivo y el país que estamos construyendo. No hago cine para incomodar. Si alguien se siente incómodo es porque estamos poniendo sobre la mesa un debate que no es fácil. Es porque cuestionamos el derecho a ser elegido. Nos preguntamos si cualquiera de nosotros tiene ese derecho, pero vemos cuántas influencias y dinero se necesita para lograrlo.
¿Por qué esperas que ‘Sumercé’ sea más que una película?
Con ‘9.70’ la gente fue un poco más allá de verla, sino que apelaba a otras cosas. Eso quisiera que pasara con Sumercé. El cine que me gusta hacer tiene la necesidad de vincular la historia que cuento con la realidad del país, de ser una herramienta para quienes la vean. Siento que tiene la vocación de convertirse en una causa, de pensarnos basados en nuestros ancestros agrodecendientes.
Parece que esto es también un llamado a los tomadores de decisiones, ¿crees que tienes algo que decirles?
Que los páramos son patrimonio de la humanidad. El 59% de estos ecosistemas están en Colombia, pero no se pueden cuidar solos. Sin embargo, los campesinos tienen el conocimiento y las herramientas para hacerlo, y la historia ha demostrado que los lugares que tienen campesinos se recuperan, los que no, no se cuidan solos. Además, pienso que no se puede, en nombre del medio ambiente, desplazar a campesinos -son cerca de 500 mil habitantes del páramo- que llevan generaciones viviendo allí.