Por: Jessica Mutis
Rosa Muñoz y su familia han decidido cambiar la percepción de su región, afectada por el estigma del botadero de basura Doña Juana, a través de una iniciativa innovadora: la Ruta del Yogurt. Este proyecto no solo busca impulsar el turismo, sino también mostrar cómo el emprendimiento puede florecer en contextos adversos.
La idea de la Ruta del Yogurt nació de la crianza de ganado de alta calidad. Inicialmente, Rosa y su familia comenzaron con cinco sabores de yogurt, pero hoy en día, su oferta ha crecido a una impresionante línea de 23 sabores. Entre los más destacados se encuentran el de sábila, polen y arándanos. Además del yogurt, también producen quesos, arequipes y helados, diversificando así su oferta y atrayendo a un público más amplio.
Uno de los aspectos más innovadores de la Ruta del Yogurt es la experiencia educativa que ofrece a los visitantes. Rosa ha diseñado un recorrido interactivo donde, utilizando pequeños utensilios como estufas y ollas, enseña el proceso de transformación de la leche. Esta actividad no solo es educativa, sino que también es entretenida, ya que Rosa acompaña las demostraciones con historias y explicaciones sobre la importancia del relleno sanitario.
La Ruta del Yogurt no solo se centra en la producción de lácteos, sino que también busca concienciar a los visitantes sobre el impacto ambiental del botadero de basura Doña Juana. A través de sus actividades, Rosa y su familia promueven una mayor conciencia ambiental y muestran cómo es posible transformar un problema en una oportunidad.
Rosa Muñoz ha logrado darle una nueva cara a su región, demostrando que el turismo y el emprendimiento pueden ser herramientas poderosas para superar contextos difíciles. La Ruta del Yogurt es un ejemplo inspirador de cómo la creatividad y la determinación pueden transformar estigmas en oportunidades, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y educativa.