El arte joven del Tolima se toma el Museo del Río Magdalena

Retornar para sobrevivir. Ese es el título bajo el cual el Museo del Río Magdalena, en Honda, Tolima, exhibirá desde este sábado 26 de febrero veintiún obras de artistas tolimenses jóvenes que adquirió a través de la beca ReactivARTE: Arte Joven 20×21, que otorgaron el año pasado el Programa de Fortalecimiento de Museos y la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura.

La exposición tendrá lugar en la sala de exposiciones temporales del museo y en la Morada Rosa —un espacio de residencia, creación y exposición en pleno centro histórico del municipio—, y se extenderá hasta el 26 de abril. Según el equipo curatorial, integrado por Paola Castillo Bejarano y Germán Ferro Medina, esta muestra aúna “el horizonte de un arte joven que observa e indaga el territorio del río Magdalena, volviendo sobre su paisaje, sus huellas en las texturas de la cultura material, sus oficios y sus luchas, fugas y resistencias”.

Las obras escogidas presentan un amplio espectro de temas, de técnicas artísticas y propuestas expositivas que han sido agrupadas en diálogo con la historia de la casa donde estarán exhibidas y el histórico puerto hondano a orillas del Magdalena. En esa línea, la selección de piezas y artistas busca ampliar el gran relato que articula el museo, “Navegación y Rostros de un Río Mundo”, que, para la institución, “fluye reclamando memoria, insistiendo en el nacimiento y muerte de un ciclo en eterno retorno, acompañando a las comunidades asomadas en sus orillas y reclamando ser escuchado”.

Entre los artistas tolimenses que harán parte de la muestra están Andrés Mora, Laura Piñeros Varón, Jaime Bolaños, Carlos Zúñiga, Javier Morales, Luis Jerónimo Orozco, Mario Alexander Rodríguez, Mónica Montenegro, Paula Milena Sánchez, Silvia Triana y Santiago Cuartas Mayolo. Habrá también presencia de otros artistas nacionales: Jean Paul Lozano, Juan David Henao, Linda Esperanza Aragón, Cristian Torres, Daniel Giraldo, Gwen Rozo, Ilona Tarcitano, Santiago Ríos Gomez, Sergio Díaz y Vanesa Nieto; además, se mostrarán obras invitadas de Hernando Bazurto y Andrés Salas.

Colección permanente del Museo del Río Madgalena. Foto: Cortesía 

Son seis las habitaciones que darán sede a las veintiún obras repartidas en temas y soportes diversos que poco a poco van develando el relato múltiple del río: el paisaje interpretado, la huellas de la materialidad, sus oficios y saberes, los retornos y la sobrevivencia. Así estarán distribuidas (cada una presentada con un texto del equipo curador):

Habitación 1: Paisaje interpretado

“Fotografía, pintura y collage preguntan al río, evocando un pasado histórico y glorioso; su geografía excepcional para la ocupación de oficios en la finisterre, esperanzados en sus cometas al viento, la observación detallada de su fauna y el valor sagrado de la vida de sus habitantes en la metáfora siempre potente del oro”.

Habitación 2: Huella de la materialidad

“La lucha entre la fuerza de la roca que disputa la eternidad con la modernidad del concreto, la afectación de los entornos naturales a pequeña y gran escala, el valor de la ruina y las cicatrices que dejan huellas casi imperceptibles. Texturas, pigmentos y minerales para dar cuenta y hacer visible el más mínimo detalle”.

Habitación 3: Oficios y saberes del río

“Ensayos documentales fotográficos de areneros, lavanderas y pescadores artesanales, entre muchos otros oficios, insisten en permanecer en la irreductible condición de un río que proporciona los elementos cotidianos y vitales para la sobrevivencia y el aprovechamiento de los recursos”.

Habitación 4: Retornar

“El oficio de la alfarería presenta objetos cotidianos y tradicionales del proceso industrial transformados en nuevas materialidades para volver a valorar los contendores de la cultura. El barro abre un camino de resistencia y deja sentir la persistencia de la naturaleza y los afectos de lugares en el abandono, así como el campo sonoro de todos los tiempos. La obra invitada retorna con ironía y humor al bodegón y a la estilización de los objetos para sorprendernos de ese incómodo lugar en que producimos basura sin vergüenza”.

Habitación 5: Sobrevivir

“El río resiste a pesar del quebranto pero no termina de apagarse, no se hunde. No es solo una representación cartográfica. El discurso dominante hace metástasis, lo devora todo pero allí mismo la voz de los abuelos insiste en la enseñanza del buen vivir, aún hay aliento y fuente de vida en el río”.

Habitación 6: Después del oro

“Imágenes que se disuelven, aparecen y desaparecen: memoria, repetición, pérdida, silencio. Territorios materiales e inmateriales se mezclan en la promesa de una riqueza estéril y extranjera. La sed por el oro no cambia, pero el nombre del conflicto lo hace. ¿Qué queda después de la extracción?”.

Sala Temporal Museo: Trazo y símbolo

“¿Cómo narramos el relato del río en su inmensidad y en el detalle? Es el desafío de siempre, el registro de lo que se ve o lo que “es invisible a los ojos” tenemos como cómplices, el sueño, el mito, la tradición familiar o el gran paisaje trazado por el viajero, que nos envuelve en el gran formato, en la síntesis y en el persistente e inspirador lenguaje onírico”.

‘Retornar para sobrevivir’ irá del 26 de febrero hasta el 26 de abril en la Morada Rosada y en la sala de exposiciones temporales del Museo del Río Magdalena en Honda, Tolima. Entra aquí para conocer más


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