De batallas de gallos a Wakamayxs

Fotos y video: Jessica Ballesteros – Canal Trece

Son pasadas las 8 de la noche. Una casa de tres pisos en uno de los barrios más icónicos de Bogotá es cada miércoles, después de las 7, un hervidero de beats. No existe el derecho de admisión; todos son bienvenidos a esta familia por elección.

Al subir los escalones de madera, los beats se empiezan a hacer más latentes. Y está Azael Valderrama construyendo las bases sobre las que los improvisados MCs de esa noche harán su sesión de estilo libre.

De repente, alguien toma el micrófono y empieza a freestalear.  El público, aún escaso, presta atención; otros prefieren arriesgarse y dar un paso al frente, cada uno con un estilo propio. No es una batalla; es un diálogo. Convergen entre rimas y beats. Hay quienes hacen beatbox. Ahora, los espectadores también son participantes. Y es porque el hip hop más que música, más que arte, es unión.

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La familia empieza a crecer con el paso de las horas. Hay casa llena. Unos que llegan, por primera vez, solo miran, disfrutan del espectáculo. Pero pronto los hacen sentir como en familia. El encuentro se extiende hasta la medianoche.

Los MCs son aclamados tras cada sesión de freestyle. Se unen dos, tres, cuatro. No se pisan; se respetan, complementan la idea del otro. Cada uno aporta y su resultado es de otro nivel.

Se trata de Wakamayxs, un colectivo multidisciplinar que con la modalidad de micrófono abierto busca unir a MCs, DJs y beatboxers en un solo espacio.

Un concepto que nació inspirado en las batallas de freestyle -mejor conocidas como batallas de gallos- pero con una diferencia: su fin no es desarticular al oponente; sino unir palabra y tejer memoria a través de la rima.

“Nada de eso nos recoge a nosotros y por eso hicimos el chiste de “batalla de guacamayas” porque era una alusión al territorio, al ave ancestral”, cuenta Natalia Londoño, una de las fundadoras de este colectivo. Y de este concepto se deriva su nombre, pues la guacamaya, a diferencia del gallo, es un ave que viaja en manada. Así como ellos.

“Nosotros no nos enfrentamos para desarticular al oponente, sino para dar argumentos, para hablar, para conversar, para generar un diálogo, una  conversación mucho más abierta desde el freestyle, el beatbox, los beats, asegura otro de sus líderes, Azael Valderrama.

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El rap desde la transformación social

Federico Vargas es uno de los MCs que cada noche se une a este parche. Este filósofo que, desde que cursaba la secundaria, rapeaba con sus amigos a modo de pasatiempo; encontró que el rap podía ser un elemento de transformación social y, por eso, decidió unirse a la Mesa Local del Hip Hop de Teusaquillo.

Conoció Wuacamayxs y, desde entonces, no hay miércoles que pase desapercibido. “A diferencia de las batallas de gallos, lo que hace la batalla de Wakamayxs es revertir ese concepto. Ya no se trata solo de insultar al otro, de desarmarlo; sino que se trata de crear y tejer conocimiento a través de la rima”, cuenta.

La primera vez que fue – dice – se enlistó a hacer beatbox y rap  pero -confiesa- tenía miedo. Siempre estaba presente el temor a sentirse observado. Sin embargo, una vez lo logró se enganchó por completo. Y así ocurrió con muchos de ellos.

Lo que, inicialmente, empezó como un grupo de amigos para rapear es ahora una comunidad de amantes del hip hop que buscan en cada rima construir. O como asegura Natalia, reivindicar del origen popular del género “asumiendo que en el parche provenimos de distintas clases sociales, promoviendo el encuentro”.

 

No te pierdas el próximo 9 de junio la la final nacional de Red Bull Batalla de los Gallos 2018.

 

Recuerda los últimos momentos de la final 2017 acá:

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