La celebración de este día, que se institucionalizó mediante la Ley 2132 del 4 de agosto de 2021, se convirtió en una fecha memorable para reivindicar los derechos y la protección de los niños, niñas y adolescentes indígenas de Colombia, y este 26 de agosto no será la excepción. 

¿De qué se trata esta ley? 

La ley tiene como principal objetivo establecer el 26 de agosto como Día Nacional de la Niñez y la Adolescencia Indígena, que a su vez, dispone una serie de eventos conmemorativos alrededor de este momento. 

Entre algunos temas cruciales que se mencionan en esta ley se encuentra el hecho de que cada pueblo indígena tendrá completa libertad de conmemorar y celebrar el día de la Niñez y Adolescencia Indígena colombiana acorde a sus creencias y costumbres. Además, se crea una instancia encargada de hacer veeduría a las normas y políticas públicas que afecten a esta población. 

¿Por qué unirse a esta celebración? 

Los niños, niñas y adolescentes indígenas son un pilar fundamental de la cultura y la identidad de los pueblos originarios de Colombia. Gracias a ellos, la lengua materna de las comunidades podrá mantenerse viva, así como sus costumbres y tradiciones. Además, estos niños y adolescentes tienen conocimientos más especializados en el cuidado y preservación del medio ambiente. 

Sin embargo, a diario se enfrentan a grandes peligros como la violencia y el reclutamiento forzado. Por ello, es importante unirse a esta celebración para visibilizar sus derechos y necesidades. 

Cada año, el Ministerio del Interior, en coordinación con el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Ministerio del Trabajo y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, realiza actividades orientadas a: 

• Inclusión de la niñez y adolescencia indígena como un asunto prioritario. 

• Promoción de la protección de niños, niñas y adolescentes indígenas, ante cualquier forma de violencia. 

• Celebración de su vida, su existencia y sobre todo, su rol al preservar la cultura de los pueblos indígenas. 

• Garantizar su bienestar. 

La niñez y adolescencia indígena merece habitar en un lugar seguro, en paz, en el que puedan disfrutar de un bien vivir, una vida digna en sus territorios en el que sus derechos les sean garantizados. Esta es una labor de todos los colombianos.