A sus diecisiete años, ya en la rudeza gris de Bogotá, Luz, una joven originaria del pueblo Emberá-Chamí, descubre una verdad sobre su cuerpo: a diferencia de otras mujeres, ella no tiene clítoris.
Ese hallazgo biológico tardío es, para ella, el punto de partida de un torbellino de cuestionamientos que la llevan a repensar su relación con su cuerpo, con su propio placer y con su lugar como mujer en su comunidad y en ese nuevo lugar al que llegó tras un desplazamiento forzoso. Junto a Claudia, su única amiga —una estudiante de enfermería que se radicó en la ciudad tras un desarraigo obligado por la violencia—, Luz busca reafirmación vital en ese enlace que juntas crean alrededor de su herencia cultural y la cosmogonía que habita en cada una de ellas. El canto y el tejido las mantienen conectadas con su pueblo, que tuvieron que dejar abruptamente, y más de frente a la repentina revelación que lleva relacionarse con mujeres no indígenas y saber, tras años, que todas las mujeres nacen con clítoris.
A partir de allí, Claudia decide emprender un proyecto de cultivo de plantas medicinales en el territorio Emberá para propiciar alrededor de este un espacio que le permitirá dialogar con las mujeres de su comunidad. Allí descubrirá que solo la conexión cuerpo-tierra les permitirá sanar: su camino las llevará a pensar sobre la reafirmación de su espiritualidad y a articular sus propios cuestionamientos sobre las violencias que, por ser mujeres, las han atravesado.
Esa autoconciencia que producen las fricciones culturales sobre el derecho fundamental de las mujeres de distintas culturas a decidir sobre su cuerpo es el centro de Biabu Chupea (Un grito en el silencio), el nuevo documental de la cineasta colombiana Priscila Padilla, directora de La eterna noche de las doce lunas, que se estrena en salas de cine colombianas el próximo 9 de septiembre.
“Luz no es su nombre de pila, podría llamarse María, Eva, Dolores. Fuimos todas las mujeres que hicimos parte de este documental quienes decidimos que esta mujer debería llamarse así, Luz. El significado de este elemento vital es un símbolo que no discrimina. La luz fue lo que entró en la vida de la historia de muchas mujeres siglos atrás, para iluminarlas para que ellas después de mucho tiempo de mutismo se decidieran a hablar de sus cotidianidades”, cuenta Padilla, para quien hacer esta historia fue una aventura de descubrimiento mutuo. Priscila y su equipo de trabajo compartieron con las mujeres Emberá-Chamí en su territorio ancestral: desde tejidos, cantos y baños en los ríos, hasta la siembra de la tierra entre Risaralda y Chocó en la comunidad Bajo San Juan, el resguardo unificado Emberá-Chamí de Pueblo Rico, donde ya dejó de practicarse la ablación.
Los Emberá son el segundo pueblo indígena de mayor población en Colombia, con aproximadamente 250.000 pobladores en todo el territorio nacional. La mayor parte de su población se encuentra sobre el río San Juan y en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató. Un segundo núcleo de población Chamí se encuentra en los ríos Garrapatas y San Quiníni y en el Resguardo de Cristiana en Antioquia. Biabu Chupea (Un grito en el silencio), en sus 83 minutos de duración, es narrado por varias de estas mujeres y contrasta esos territorios ancestrales con Bogotá, adonde llegan las protagonistas, desplazadas por la violencia, quienes sobreviven vendiendo sus tejidos en los andenes, como señala Priscila, “negociando su arte en un idioma que apenas conocen, para así poder aferrarse al débil hilo que mantiene su cultura viva”.
Y concluye con una pregunta: “El documental nos invita a las mujeres de todas las culturas del mundo a reflexionar: ¿somos libres de decidir el destino de nuestros cuerpos?”.
Biabu Chupea (Un grito en el silencio) es una coproducción de Doce Lunas y Producen Bolivia, con el apoyo de Cine Crea Proimagenes FDC Colombia, Ibermedia y DOC:CO. Luego de su estreno mundial en Hot Docs, el mayor festival de cine documental de Norteamérica, este 9 de septiembre se podrá ver en Colombia.
Encuéntranos en redes sociales como @CanalTreceCo: Facebook, Twitter e Instagram para conectarte con la música, las regiones y la cultura.