María me pide que no diga su nombre verdadero ni la clínica en la que trabaja porque la pueden sancionar, sin embargo, quiso dar testimonio de cómo el sector de la salud está viviendo la cuarentena por la Covid-19.
María María es residente de Medicina Interna, es decir no recibe pago alguno por su trabajo, pero sí debe cancelar entre 15 y 20 millones de pesos para poder ejercer.
Antes que se divulgara el primer caso de contagio en Colombia por el Covid-19, su rutina consistía en levantarse a las 6:00 a.m., arreglarse e ir caminando o en taxi hasta el hospital ya que vive cerca de allí con su novio. Hace un mes, el centro hospitalario siempre se encontraba lleno de pacientes tanto en las especialidades de consulta externa (como endrocrinología o cardiología) como en urgencias.
Muchas veces almorzaba en el hospital y salía a las cinco de la tarde, llegaba a su casa, comía algo, descansaba un rato hasta las seis de la tarde y estudiaba hasta las 11:00 p.m. Más o menos tenía jornadas de 12 horas, pero si la llamaban del hospital, podía llegar a trabajar entre 24 y 36 horas.
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Pero desde que comenzó la cuarentena adoptada por el Gobierno nacional, María dice que no solo su rutina cambió, su vida y la percepción de todo también. Hace un mes, ella y su novio tomaron la decisión de decirle a sus padres que no podrían verlos en, al menos, seis meses porque saben que por la profesión de María van a estar expuestos y no quieren que sus familias resulten contagiadas.
A su vez, su hospital se mantiene prácticamente vacío. “Los pacientes dejaron de ir lo que significa dos cosas: que tienen mucho miedo o que la gente que iba a urgencias tenía dolores o malestares que no fueron atendidos de manera eficiente en citas previas. En este momento solo llega la gente que realmente necesita ser atendida”, dice la residente.
Para María, el hecho de que los hospitales no tengan pacientes también es un problema pues en el lugar en el que trabaja se deben facturar entre 600 a mil millones de pesos al día para tener una nómina de 3.000 a 4.000 empleados, pero en estos momentos esos montos no están entrando lo que afecta seriamente la economía del hospital porque vive de consultas y cirugías ambulatorias.
En su hospital han llegado pacientes con Covid-19, pero como aún dan a basto, sus colegas y ella han decidido dividirse en turnos. “Tenemos la certeza de que nos vamos a contagiar, pero la idea es que no lo hagamos al tiempo entonces tenemos que cuidarnos y limitar las horas en las que vamos a estar en exposición en el hospital”, cuenta.
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Diario de un hospital
Desde hace casi un mes María usa solo un par de zapatos para salir a la calle y un uniforme que lava diariamente. Al llegar al hospital, se cambia de nuevo y al salir, se pone el que traía. Cuando llega a casa, su novio sale a recibirla y prácticamente baña en alcohol la ropa de María, las suelas de los zapatos, el celular, las llaves de la casa y un tarjetero en el que lleva su cédula. Luego ella lleva la ropa a la lavadora y se mete a bañar.
“Por ahora no me he enfermado, aunque no tengo certeza si hago parte del 80% de infectados por Covid -19 asintomáticos, no tenemos cómo saberlo. Pero hay algo que sí valoro mucho de mi novio y es que vamos a tomar el riesgo los dos, pero por ahora estamos en un momento de incertidumbre preparándonos para lo peor”, cuenta la residente.
Teniendo en cuenta que el pico de contagio aún no es tan pronunciado, lo que María y sus colegas están haciendo es ver a los pacientes a través de un vidrio mientras un internista los recibe y les describe a los médicos el malestar de cada uno a través de un celular. Los que no están expuestos, elaboran la historia clínica, diagnostican y dan las prescripciones médicas.
“Yo por ahora no tengo marcas, pero mis compañeros de cuidado crítico sí. Ya tienen cicatrices y marcas de la careta de protección”, dice María.
Cifras
Hasta la fecha de esta nota, hay en Colombia 1.161 personas contagiadas de Covid-19, pero María y muchos de sus colegas creen que pueden ser más. “Es imposible que solo hayan esos casos, tienen que ser diez veces más porque yo en el hospital he visto al menos 25, de los cuales hay cinco entubados entonces o el sistema es demasiado ineficiente para procesar las muestras o simplemente nos ocultan información”, afirma la residente.
Esta afirmación puede causar pánico, pero es importante tener en cuenta que desde que se supo del primer contagio por Covid-19, el Instituto Nacional de Salud ha realizado, hasta la fecha, casi 21.000 pruebas de las cuales 19.968 han sido descartadas como contagiados.
Por otra parte, el director del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia y exdirector del Instituto Nacional de Salud, Fernando de la Hoz, destacó que gracias al acatamiento de los colombianos y la acción oportuna del Gobierno Nacional, las cifras del país no son altas comparadas a otros países.
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"Colombia tomó una actitud proactiva frente a esta amenaza. Cuando uno ve la experiencia de otras naciones puede ver como todo este sacrificio, disciplina y autocontención que el país ha mostrado, ha sido importante para muchos aspectos", resaltó.
A su vez, en un principio el laboratorio del INS solo tenía capacidad para realizar hasta 1.600 diagnósticos por día, pero hubo jornadas en las que solo estaban haciendo 800 pruebas.
Hoy el país ya cuenta con una red de 60 laboratorios que se están alistando para realizar 17.000 pruebas diarias de Covid-19, lo que reduce tiempos de espera de los resultados y permite tomar medidas oportunas. Al mismo tiempo, laboratorios Abbott notificó que le destinará al país 1’049.000 pruebas adicionales para la detección del Covid-19.
La OMS ha afirmado en repetidas ocasiones que la forma más eficaz para salvar vidas en tiempos de pandemia es romper la cadena de transmisión haciendo pruebas y implementando la cuarentena. “Una vez más, nuestro mensaje es: pruebas, pruebas, pruebas”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la organización.
María sabe que es muy probable que se contagie, de hecho, según ella, ya hay trabajadores de la salud que lo están aunque aún no hemos alcanzado el punto más alto de contagio: “tengo compañeros de residencia, cirugía, ginecólogos y oftalmólogos que están contagiados en este momento, están llegando con el pulmón vuelto nada”, cuenta.
Con respecto al posible contagio de los trabajadores de la salud, el ministro Fernando Ruiz afirmó que el coronavirus Covid-19 será declarado como enfermedad de orden profesional, si los trabajadores del sector de la salud resultan afectados.
“Acordamos declarar la afectación por el coronavirus, si nuestros trabajadores de la salud quedan afectados, como una enfermedad de orden profesional. Esto implica que hay mucha mayor agilidad, rapidez, pago en la licencia inmediata, y que el sistema de riesgos laborales va a responder, en conjunto, por todo lo que implica los riesgos de los trabajadores de la salud, que son los que están en este frente, en este campo de batalla frente al coronavirus”, explicó el jefe de la cartera de Salud quien también dijo que los profesionales de la salud también contarán con kits protección.
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¿Quién cuida a los doctores?
Aunque los médicos están preparados para enfrentar crisis, María tiene sentimientos encontrados porque por un lado sabe que como futura médica es su responsabilidad salvar vidas, pero por el otro revela que su profesión no quita que sea hija, esposa, hermana y sea un ser humano.
“Vivimos en una sociedad que es mezquina y que no valora nuestro trabajo. La mayoría de mis profesores no están en la nómina, uno vive del diario, casi como un freelance. Él factura la consulta que hace, pero si no llegan pacientes, no tiene cómo pagar el recibo del agua”, afirma.
Con respecto a los homenajes virales que se han hecho en varias ciudades en las cuales muchos habitantes han salido a aplaudir a los trabajadores del sector de la salud, María les pide que no salgan a aplaudir y más bien se queden en casa. “No somos superhéroes, somos seres humanos y tenemos miedo como ustedes. Sé de centros hospitalarios donde los médicos no tienen tapabocas para ver al paciente entonces ahí qué haces, tu vida vale lo mismo que la del otro”.
A través del Decreto 500 de marzo de 2020, el Gobierno Nacional determinó que mientras continúe la emergencia por el Covid–19 en el país, las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) de carácter público destinarán un porcentaje de los recursos de las cotizaciones para apoyar dicha eventualidad.
Hasta el 7 %, unos 20.000 millones de pesos mensuales, de las cotizaciones del Sistema de Riesgos Laborales se utilizará para el suministro de elementos de protección para estos profesionales, priorizando a las IPS de las regiones más afectadas por el brote del Covid-19.
En un comunicado, Miguel Gómez Martínez, presidente de Fasecolda, manifestó que “desde el momento en que se expidió la norma, las aseguradoras de riesgos laborales han venido trabajando con la urgencia que demanda esta coyuntura, para que los elementos de protección lleguen a su destino de la manera más ágil posible, enfrentando la problemática de desabastecimiento en estos suministros que se observa en el mercado local e internacional”.
Aún falta tiempo para que el pico de la epidemia se manifieste completamente en Colombia, y aunque María no sabe lo que pasará, solo le pide a los lectores que no acaparen comida, guantes, tapabocas o gel antibacterial: “entiendan que aquí o nos salvamos todos, o no se salva ninguno. No hay de otra. Uno cree que lavarse las manos es una pendejada, pero no saben cuántas vidas ha salvado este método desde 1800”.
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