Webcamer: ¿entretenimiento o tabú?

Esta es una charla con Leonardo Rodríguez, alias Galileo, un abogado especialista en derecho penalwebcamer sobre lo que pasa más allá de la cámara y el tabú sobre este oficio a propósito del especial de #Fractal ‘Webcamers, más allá del cibersexo’ que puedes ver al final del artículo.

Hace unos meses, Rodríguez llegó de hacer una maestría en el exterior y comenzó a trabajar en un bufete de abogados, paralelamente subía a sus redes sociales videos cortos sobre la intimidad con su pareja y sus seguidores aumentaron en decenas de miles. 

Sin embargo, cuando la cuarentena por la Covid-19 empezó, varios amigos le aconsejaron que se dedicara a ser webcamer porque tenía talento para ello. Leonardo no le vio problema y gracias a esto ha podido ganar dinero y ayudar a su familia. 

De acuerdo con la Agencia France-Presse, empresarios colombianos de este negocio hablan de un aumento del 30 % en la demanda desde que comenzó la pandemia. 

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Foto: Leonardo Rodríguez

¿Qué es el cibersexo?

El cibersexo se puede entender como el desarrollo de actividades de carácter sexual a través de las redes y las tecnologías de la comunicación. En el caso de los y las modelos webcamers, su tarea consiste en desnudarse o hacer gestos para sus usuarios quienes van pagando y pidiendo acciones específicas. 

¿Cuál es la diferencia entre ser actor porno y webcamer?

Los webcamers hacen lives, transmisiones, a través de una plataforma en la que los usuarios te van enviando tokens, que son propinas por ver tu contenido, mientras que el actor porno, además de la grabación de videos que saldrán después, sí puede tener su propia página web o perfil en redes sociales. 

Foto: Leonardo Rodríguez

¿Qué es lo que más te atrajo de ser webcamer?

En términos económicos ser webcamer es tremendamente productivo porque no necesitas salir de tu casa, solo necesitas tener un teléfono inteligente y un computador para transmitir y trabajas a la hora que tú quieras. 

¿Cómo es la rutina de un webcamer? 

Tú llegas al estudio (Bogotá, Medellín y Cali son las ciudades que tienen más estudios) y son como unos cuartos pequeños que tienen una pantalla gigante en donde te conectas con un usuario y una clave y comienzas a transmitir. 

Es como una plataforma de Messenger donde van apareciendo las personas que están conectadas y yo voy escogiendo el tipo de contenido que quiero vender; puedo comenzar con algo erótico pero no sexual explícito y a medida que me van dando tokens, que es equivalente a un dólar, voy sabiendo qué les gusta.

Si hay alguien que quiera estar en una sala privada, cuadramos un precio y ya. Generalmente tengo en cuenta la hora en la que estoy transmitiendo y la zona horaria donde están mis clientes porque la mayoría son de Europa y de Estados Unidos entonces vas sabiendo qué usuario se está conectando y dónde están. 

Según cifras oficiales, en Bogotá de cada 10 estudios, tan solo dos son legales, lo que significa que un 80 por ciento estarían sin ningún tipo de regulación o control.

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¿Cuál es la diferencia entre ser prostituto o prostituta y ser webcamer? 

Hay que diferenciar muy bien entre los creadores de contenido de internet y la prostitución porque jurídicamente hablando nosotros estamos creando entretenimiento y no prostitución. 

De acuerdo con la jurisprudencia en materia constitucional se ha señalado que la prostitución es un oficio legal y es la retribución por servicios sexuales presenciales mientras que nosotros lo que estamos generando es contenido de entretenimiento. 

Los estudios de webcam no están regulados en la normativa colombiana pero sí en el código 6010 de la Dian, el de las “actividades de programación y transmisión en el servicio de radiodifusión sonora”

Foto: Leonardo Rodríguez

¿Por qué crees que en el país se suelen estigmatizar los trabajos relacionados con el sexo?

La gente cree que uno hace esto porque se está muriendo de hambre y no: yo tengo una profesión, tengo una oficina, tengo otro trabajo que “la gente de bien” llamaría un trabajo honrado, pero no, hacer porno también es un trabajo honrado. 

Sin embargo, hay personas que estigmatizan nuestro trabajo o la prostitución y creen que está mal. Claro hay casos tenaces en los que no es voluntario, pero hay gente que elige el sexo como su camino; el sexo es una necesidad básica del ser humano como comer y dormir. 

Esto tampoco se trata de obligar a nadie a pensar igual que yo, son maneras diferentes de vivir la vida, pero creo que es importante romper ese tabú de que utilizar el cuerpo para trabajar está mal, mira a los deportistas ¿por qué no se valora igual el trabajo de los webcamers o actores porno?

¿Cómo manejas ser webcamer ante tu familia y amigos? 

Cuando trabajaba como abogado, estábamos hablando de un caso y un colega me dice: ¿a usted no le parece grave que haya videos suyos teniendo relaciones sexuales en internet? Le respondí: doctor, a mí me parece mucho más grave un homicidio y un acceso carnal violento.  

Pero también tengo una colega con la que trabajé que de hecho paga mi suscripción mensual, entonces creo que los han tomado muy bien tanto mi familia como mis amigos. Afortunadamente estoy rodeado de personas que me aman. 

Yo si creo que se debería promover esa cultura del respeto por el trabajo de otras personas; no el porno como tal, pero sí la aceptación social de saber que es un trabajo digno, que estás pagando impuestos, que no estás haciendo nada ilegal sino que es un entretenimiento como cualquier otro, como cuando pagas Netflix para poder ver películas.

¿Por qué se suele asociar más a la mujer que al hombre con ser webcamer?

Precisamente que por ahí una frase que dice: “la religión metió a la mujer en la cocina y a los gays en el clóset” y tiene toda la razón porque no es un trabajo ni denigrante, ni deshonrado ni ilegal, pero es como si hay un estereotipo  es que son las mujeres las únicas que producen porno en primer lugar y el hombre es el macho cabrío sin sensualidad y eso es debido al sistema patriarcal. 

Esta sociedad instrumentaliza a la mujer como un objeto sexual y tiene mal visto el deseo sexual y el hecho de complacer y ser complacida sexualmente. Yo tengo clientas de 75 años que tienen nietos que me escriben y me dan muchos tips sobre sexo.

Me parece que estos estereotipos son consecuencia de la educación y a la construcción sociocultural que nosotros tenemos pero precisamente hay que romper esos esquemas: cualquier persona mayor de edad puede crear contenido y no le tiene por qué dar pena a nadie. 

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No te pierdas el especial de #Fractal ‘Webcamers, más allá del cibersexo’ 

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