Colegios internados: ¿al borde de la extinción?

Imagen: ‘De Pura Cepa’.

Los internados a mitad del siglo XX, fueron el modelo de institución más popular para educar a niños y jóvenes, facilitando el acceso a los estudios, en especial para aquellos habitantes de lugares apartados, que podían recibir sus clases sin necesidad de desplazarse grandes distancias.

Estas instituciones se convirtieron en el antídoto contra la deserción y en la llave maestra para aumentar la cobertura educativa en el país brindándole a los estudiantes la oportunidad de contar con un lugar donde alimentarse y descansar.  Muchos de ellos a varios días de camino y en zonas donde los grupos armados podían reclutarlos a la salida de su escuela o en medio del largo trecho.

internados en Villavicencio MetaImagen: ‘De Pura Cepa’.

Juliana Álvarez, una joven estudiante de último grado, es nuestra guía en esta historia. Ella nos cuenta cómo se vive allí, por qué es una tradición que se debe conservar, y por qué estos centros educativos son escenarios reales de paz y conocimiento. 

La vida en estos internados y su existencia es desconocida para la gran mayoría de los colombianos. Iraca es un internado en San Martín, Meta, donde no existe biblioteca, ni internet, y aún así se encuentra entre los mejores colegios del departamento del Meta.

internados femeninos en el MetaImagen: ‘De Pura Cepa’.

“Yo vivía en una finca de Puerto Lleras, una vereda, entonces me quedaba muy difícil ir al pueblo y la economía era más cara porque tenían que pagarme lo de los transportes, y eso se iba como 20 mil diarios, entonces era muy caro. Entonces, yo le dije a mi papá que me habían hablado de este internado, que a mí me gustaría estar interna”, relata Juliana.

En Iraca, Juliana ha aprendido a hacer labranza de cultivos, a armar diseños de los potreros de una finca, llevar mantenimiento de instalaciones y a vacunar e inseminar animales. Su niñez la pasó en la vereda la Paz, municipio de Vista Hermosa, en medio del joropo, los animales y la crianza de parte de su madre y abuelos y los deliciosos árboles de naranja y mandarina.

Juliana estudia en Iraca junto a otros 700 alumnos quienes se preparan no solo en las asignaturas básicas sino en áreas como el turismo y la porcicultura. Además, tienen la opción de prepararse como técnicos gracias a un convenio con el SENA.

colegios internados ColombiaImagen: ‘De Pura Cepa’.

Debido a las dificultades de acceso que se dan desde su casa, por las malas condiciones en las carreteras y el clima, no le sería posible ir y regresar de su escuela todos los días.  Por eso, su escuela más que su segundo hogar le permite aprender los oficios del campo para en un futuro apoyar a su familia quienes se dedican al ganado de cría.

En los años fuertes del conflicto armado se aceleró la aparición de los establecimientos educativos con servicio de internado. Muchos de ellos, al encontrarse ubicados en zonas de influencia de grupos al margen de la ley, se convirtieron en un lugar seguro y en otra oportunidad para estos estudiantes, contrarrestando el reclutamiento forzado.

colegios internados MetaImagen: ‘De Pura Cepa’.

Los internados en regiones como los Llanos Orientales hacen un trabajo especial con los niños campesinos que pueden llegar al 95 por ciento de la población escolar y que ven en los internados una muy buena opción para un cambio de vida y escapar de la guerra. 

Y es que relatos como el de Juliana nos hacen entender que los colombianos somos pacíficos.


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