Al son de Andrés Caicedo

Su obra fue un fiel registro de la forma en la que todas esas pasiones se unieron, no solamente con su propia vida, sino con la manera en la que trascendió en la historia cultural colombiana.

El rock, la salsa y los boleros fueron fundamentales en su faceta de melómano, pues fueron además ritmos musicales que en los años 70 marcaron a todo ese grupo de jóvenes que con el tiempo conoceríamos como ‘CaliWood’.

[También puede interesarte] ¿Qué relación hay entre Cortázar y Juan Luis Guerra?

Estas son algunas de las canciones que aparecen en ‘Qué viva la música’ y ‘El Atravesado’, posiblemente dos de las obras más recordadas de Andrés Caicedo.

‘Qué viva la música’ – Ray Barretto

‘Qué viva la música’ no solo es el título del libro de Andrés Caicedo, sino también el título de una de las canciones de Ray Barreto. Fue publicada en 1972, dentro de un álbum que lleva el mismo nombre, y está cargada de pregones, improvisaciones de piano, congas y timbales que exalta los ritmos latinos.

Fragmento de ‘Qué viva la música’: “La del rey Ray, iAquí namá! y el Ray Barretto, me enseñaron a respirar y a turnar el peso de todo el cuerpo, pongo oído, el peso de todo el baile de un pie a otro, que no tiene ni fe ni amparo, y el contragolpe suavecito en los solos de piano”.

‘Che che Colé’ – Héctor Lavoe y Willie Colón

Los salseros Héctor Lavoe y Willie Colón se unieron por primera vez a finales de los 60 para grabar el disco ‘Cosa nuestra’. En él se publicó la canción ‘Che che colé’, que con su coro “vamos todos a bailar, al estilo africano, si no lo sabes bailar, yo te enseñaré mi hermano”, pronto se convirtió en un éxito mundial.

Fragmento de ‘Qué viva la música’: “Pensamientos así eran los que me hacían ir al Cine Club del San Fercho. Pero si alguien todo recocó me decía "Mankiewicz", yo respondía: 'che che colé, quién lo tumbé'. Era difícil entenderse conmigo, no lo niego. Muerta de la risa".

‘Rayito de luna’ – Los Panchos

Entre acordes de boleros, el trío mexicano y puertorriqueño Los Panchos canta “como un rayito de luna, entre la selva dormida, así la luz de tus ojos, ha iluminado mi pobre vida”. La canción se llama ‘Rayito de luna’ y fue compuesta por Chucho Navarro, miembro fundador del trío y considerado un gran compositor contemporáneo.

Fragmento de 'El Atravesado': “Su mirada se posa en los ojos de la amdacomo diciéndole que entienda, como queriéndole contar la historia de sus años, de sus inviernos, que está cansado, dice, que está dispuesto a sentar cabeza, ‘Iluminando mi cielo con un rayito claro de luna’”

‘Jala Jala de Richie’ – Richie Ray y Bobby Cruz

En 1967, Richie Ray y Bobby Cruz publicaron un éxito de la salsa: ‘Jala Jala y Boogaloo’. Su single, ‘Jala Jala de Richie’, es una canción donde los verdaderos protagonistas son las trompetas, interpretadas por Pedro Chaparro y Doc Cheatham, y el piano de Richie.

Fragmento de 'Qué viva la música': “Pequeño amañe encima de 5 agujeros cavados en el puro cemento por los niños para jugar a las monedas, disparito de tacón y luego ida cortica, ininterrumpida, y aquí oigo un cuchicheo y después un ronronear de pies, que se venían corticos, hacia mí, el jala-jala queíno, jala pallá, subiendo la rodilla izquierda me imaginé tener una moneda de 50 en la punta del pie”.

‘Street Fighting Man’ – The Rolling Stones

‘Street Fighting Man’ es una canción con un claro tono político de la banda británica The Rolling Stones. Fue publicada en 1968 en el álbum ‘Beggars Banquet’ y en el año 2004 fue incluida por la revista Rolling Stone en la lista de las 500 canciones más grandes de la historia.

Epígrafe de ‘El Atravesado’: “El verano ya está aquí, el tiempo para pelear es el correcto”

‘La pachanga que no cansa’ – Manolin Morel

Manolin Morel y sus Charangueros publicaron en 1964 un LP titulado ‘La Rueda Pachangas’. Ahí incluyeron la canción ‘La pachanga que no cansa’, una salsa-charanga que durante años puso a bailar a millones de personas.

Fragmento de ‘Qué viva la música’: “Voy a decir la verdad: quedé rendida. Y eso que sólo cinco minuticos dura la canción. Por eso es que uno pide un caballo, dame un caballo, jockey un caballo, después del baile: ganas que le darían a uno de cabalgar montes y llanuras haciendo de tripas corazón y de orquesta completa la cabeza, y respirando piñas y piñuelas y guayabas coronillas, monte adentro. A caballo es la única pachanga que no cansa”.

Si quieres saber más sobre esta historia, no te pierdas este capítulo de Cronografía.

[También puedes leer] Música y literatura

---

Cronografía todos los días #EnLaTV de Canal Trece

---