Para pocos es un secreto que Colombia guarda una inmensa variedad de aves registradas desde hace siglos bajo personajes como Von Humboldt o Mutis. Hoy, varios años después, acompañamos a un grupo de pajareros por un interesante recorrido por Boyacá para apreciar en sus bosques las maravillas del plumaje de la región.
Mucho del aviturismo depende de la actitud de la persona y lo que quiere ver al visitarla, entender los patrones de comportamiento de las aves y conocer el ecosistema. Si se es principiante en esta actividad puede ser como jugar al Pokemon GO o atrapar la snitch dorada, pero en la vida real.
Sendero Laguna Verde
Chorlo mayor de patas amarillas | Foto: Cortesía Fernanda Moreno – Revista Itinerario.
A pocas horas de Bogotá y después de una bebida caliente con arepita de Ventaquemada subidos por la vereda Matanegra hasta este sendero ecoturístico que se adorna con un páramo a 3250 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), un sitio con potencial para el turismo científico.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Además de las 57 especies registradas en este paraje, entre ellas varios tipos de colibrís, se pueden divisar armadillos, conejos y algunos reptiles. Al ser una zona fría y por encima de los 2.700 m.s.n.m. son pocas las aves de colores vistosos que se pueden llegar a divisar, se requiere de un gran ojo pajarero para encontrarlas camufladas en los tonos verdes y cafés del entorno.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Un tip para divisarlas en este paisaje es apuntar al protobosque a una altura de 1,2 metros sobre el suelo, sin llegar a las puntas de los árboles. Por ejemplo, en este tipo de altura el avistamiento depende mucho del estado del clima y de la posibilidad de alimentación que impulse a las aves a salir.
Además, algunas especies se imitan entre sí para camuflarse o cambian su comportamiento en época de apareamiento.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Pero no todo se trata de las aves, también se trata de la lucha de la comunidad por conservar este ecosistema de páramo que alberga a 14 especies de frailejones. Lo que nos cuenta los habitantes del lugar es que se está buscando apartar la zona como distrito especial mediante un plan especial de manejo.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
En esta zona la vegetación tarda entre 8 y 10 años para recuperarse por lo que el cultivo no sería una opción viable, se trata de que la misma naturaleza recupere su espacio.
Lengupá (Miraflores)
Periquito aliamarillo | Foto: Cortesía Fernanda Moreno – Revista Itinerario.
Entre ruanas y ponchos, entre la cultura llanera y boyacense llegamos a esta zona, que va desde los 500 y 3.400 m.s.n.m., abarca cerca de 25 mil hectáreas de conservación natural lo que la convierte en una de las zonas de conservación más grandes de Colombia.
A esto se le suman otras 3 mil hectáreas ubicadas al otro lado del rio Lengupá cuyo nombre traduce fin de la frontera del jefe, es decir, que hasta ese punto se llegaba la cultura muisca. También es posible transitar por el camino real para ir a Chinavita. Lengupá reúne a siete municipios del piedemonte llanero, entre ellos Miraflores en Boyacá.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Una de las aves más importantes de la región son el periquito aliamarillo, que se encuentra en estado vulnerable, y el colibrí silfo coliazul, catalogado entre los diez colibríes más lindos del mundo. La variedad es inmensa entre los ecosistemas de páramo, bosque andino, bosque húmedo, entre otros.
Cultivo de Pitaya | Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Miraflores también se destaca por ser el primer productor de pitaya a nivel nacional, se produce durante todo el año. Si alguna vez han visto un cultivo de esta fruta se les puede parecer a un asentamiento antiguo indígena sobre montículos de piedra o algún cultivo místico bastante curioso de mirar.
Cultivo de Pitaya | Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Santa María
Gallito de las rocas | Foto: Cortesía Fernanda Moreno – Revista Itinerario.
Cada año pajareros de diversos lugares de Colombia y el mundo acuden a este municipio de Boyacá para el tradicional Festival de Aves de Santa María donde amantes de las aves, profesionales y niños participan de actividades, conferencias, talleres y por supuesto el avistamiento de aves.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Una inmensa variedad de aves con plumajes de todo tipo adorna la zona. No es raro si a simple vista se observe un pájaro carpintero trabajando en un tronco.
Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
El clima es muy cambiante entre la lluvia y el sol intenso en esta zona de piedemonte llanero a 800 m.s.n.m. Donde muy cerca se puede visitar la famosa Cascada La 70 insignia del Embalse La Esmeralda.
Cascada la 70 | Foto: Andrés Cristancho – Canal Trece
Un buen par de binoculares, paciencia y una buena guía hacen de Boyacá uno de los sitios preferidos por los pajareros tanto expertos como aficionados. ¿Qué otros sitios de este departamentos nos recomendarías para el avistamiento de aves? Cuéntanos en redes sociales.
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