¿Qué es un fusil? ¿Es el metal del que está hecho el objeto o es la manera como lo usamos? Es el mismo metal las 37 toneladas de armas de las Farc que la artista Doris Salcedo fundió para crear el espacio de su obra ‘Fragmentos’, pero no ya no es igual. Así, el arte sirvió para resignificar la idea que teníamos de estos objetos usados, antes, para la guerra. Con ese mismo propósito, diez colectivos artísticos están trabajando para resignificar cómo nos relacionamos con el perdón y la reconciliación por medio de las artes escénicas.
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“La reconciliación no es un tema fácil y debe ser narrado desde el arte o las apreciaciones estéticas, porque es más fácil llegarle a las personas desde la transformación de esa vivencia, que desde un discurso plano que pone a unos y a otros en orillas opuestas”, explica Sofía Marmor, coordinadora del proyecto #PodemosSer de la Fundación para la Reconciliación.
Primera jornada de #PodemosSer, antes del aislamiento.
#PodemosSer comenzó en 2018 con este objetivo y, para esta edición, han participado más de 120 jóvenes entre los 18 y los 25 años. Por medio de las Escuelas de Perdón y Reconciliación, la Fundación educa y capacita a los jóvenes artistas no solo en herramientas estéticas, pues también los cultiva como agentes de cambio en sus comunidades.
Al menos, este es parte del propósito de Carlos Cardenal, uno de los líderes del colectivo Encaminarte, que trabaja en el barrio Caminos de la Esperanza, en Suba. “Es un barrio de interés social al que no llega la cultura y hay que desplazarse para encontrar obras de teatro o clases. En Encaminarte queremos descentralizar la oferta cultural para que no solo las élites puedan acceder al arte, sino todos”, afirma.
De acuerdo con Marmor de la Fundación, la idea de trabajar por la reconciliación por medio de artes escénicas está influenciada por la idea del lenguaje paraverbal, que sugiere que nuestras narrativas de violencia y conflicto no se manifiestan exclusivamente con el lenguaje y el pensamiento, sino que tienen un gran componente corporal.
“Es más fácil entenderlo cuando sabemos que hay un lenguaje paraverbal, que no necesariamente habla de lo que dice con la boca. Muchas veces las situaciones de dolor y violencia las guardamos en nuestro cuerpo y las hacemos parte de nuestra personalidad y nuestro discurso para comunicarnos verbal o corporalmente", sostiene Marmor.
Con esta idea, Johanna Torres de El Círculo Hip Hop trabaja con el colectivo en el guión de una obra sobre la protesta social en Colombia. "Es una apuesta escénica que hace reconstrucción de la memoria histórica que hace una invitación a transformar la realidad y fomentar la conciencia colectiva", aclara.
A este proceso lograron llegar a pesar de la pandemia de la Covid-19, que obligó este año a que los participantes de #PodemosSer trabajaran por medios virtuales, lo cual si bien significó un reto, abrió las puertas para encontrar nuevas maneras para implementar las Escuelas de Perdón y Reconciliación, que son la medotodología mediante la que la Fundación para la Reconciliación realiza procesos formativos y pedagógicos.
Así ha trabajado tanto el Círculo Hip-Hop como el grupo de danza de la Universidad Católica, que está en la recta final de su apuesta por unir dos episodios de violencia mediante el teatro. "Enlazamos la masacre del corregimiento de El Salado en los Montes de María y la de los Falsos Positívos con las Madres de Soacha. Hacemos un recorrido donde unimos ambas historias, pero mostrando al final cómo se inicia el proceso de perdón y reconciliación", explica Carlos Párraga, representante del grupo.
Pero los hechos de violencia no siempre deben ser tan directos, al menos ante los ojos de Carlos Cardenal de Encaminarte, pues su colectivo planea explorar las consecuencias del abuso de la Big Data para manipular elecciones. Su historia, cuenta Cardenal, arranca en 1999 y termina en 2030, pero tiene un componente extra muy interesante. "Tenemos finales alternativos para que los espectadores decidan qué quieren ver. Puede ser un final de reconciliacón o de justicia. Para darle una ruptura de la cuarta pared", sostiene.
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Sin embargo, estos jóvenes artistas saben que una obra de teatro no puede cambiar la historia, pero tampoco es su objetivo. "Esto va a dejar un precedente muy importante y permite que personas que no se atreven a averiguar bien sobre estas cosas las conozcan por medio del arte", afirma Párraga.
Además, de acuedo con Sofía Marmor, "un tema clave para la reconciliacion es poder volver a ver la situación sin dolor. No es olvidar, sino tener una memoria reflexiva que me permita entender lo que me pasó a mí y al otro y poder volver a construir pactos. Vivimos en una sociedad donde estos se rompen constantemente y eso nos lleva a tener relaciones desiguales y competitivas.
Por eso, aunque proyectos como #PodemosSer no cambie el pasado, permiten entender que la violencia no es la única manera de relacionarnos.
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