Adoptar perritos cambia vidas

Foto home: Ccortesía de Daniel Naranjo

A propósito del especial ‘Vida perra’ del pasado domingo en #Fractal en el que vimos cómo es la realidad de miles de perros callejeros que sufren de hambre, frío, abandono y  maltrato y quienes son los héroes silenciosos que entregan sus días a rescatarlos y darles un nuevo hogar, te traemos cuatro historias de personas que abrieron las puertas de su casa y su corazón para transformar sus vidas y la de estos animales adoptándolos

Según cifras de la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales, de los 500 millones de perros que aproximadamente viven en el mundo, solo 75 % es protegido dentro de un hogar. 

Adoptar transforma vidas 

Juliana Moreno 

Foto: cortesía

Mi perrita Mayo llegó un 25 de mayo de 2014 en plenas elecciones presidenciales. Ese día había un flujo peatonal grande por las vías del barrio El Recuerdo y había bastantes personas visitando el lugar de residencia donde vivíamos mi madre, una amiga y yo. 

Al parecer, en un descuido, la puerta quedó abierta y entró una cachorrita completamente asustada a recorrer toda la casa y buscar cómo esconderse, o esa fue la impresión que tuve. Han pasado seis años desde que Mayo llegó a nuestra vida. 

Era una perrita de tres meses y los testimonios de personas cercanas a la casa cuentan que, al parecer, un habitante de calle la había dejado ahí muy cerca a la casa y encontró la puerta abierta y entró a nuestro corazón. 

No era fácil tomar la decisión de tenerla porque mi amiga, pianista de profesión, nunca había tenido una mascota y ella estaba temerosa de que hiciera algún daño al piano, pero era tan tierna que aceptó probar un mes e hicimos todo lo posible para mandarla una escuela y que aprendiera lo básico y ya no hubo forma de no poder tenerla en casa. Es ganar un miembro a tu familia y no pasa un día en el que Mayo no nos regale una sonrisa. 

Foto: cortesía

Lo impactante es ver cómo mi amiga logró conectarse a un mundo que para ella era inexistente y es increíble ver la relación que ellas tienen, se quieren muchísimo. La transformación ha sido especial para ella, entrar a conocer cómo son los animales, a sentirlos, y a quererlos y ver ese proceso es maravilloso. 

Cuando uno adopta, uno se conecta con un mundo completamente maravilloso y los perros son seres increíbles que te enseñan cosas sobre ti, sobre ellos y te muestran valores que son tan difíciles de encontrar en estos tiempos.  Te demuestran su cariño de una manera en la que uno dice, no me lo merezco, porque es un amor que uno no sabe cómo retribuir.

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Kessel D. 

Foto: cortesía

Estaba pensando en adoptar un perro que me ayudara a salir de la casa a caminar y cuando estaba en Facebook y vi una publicación de un primo mío y él había compartido el posteo de una chica que había encontrado en el centro a una perrita que tenía una patica quemada. Vi las fotos y la historia y me dio un feeling y dije que sí, que quería adoptarla.  

Mi primo me puso en contacto con la chica que la había encontrado, le conté que quería adoptarla, y ella la llevó al veterinario para que la revisaran y la esterilizaran y en diez días me la entregaron. Bela llegó el 24 de diciembre y fue bastante lindo, fue mi regalo de navidad y tenía puesta una bufanda de navidad.  

Foto: cortesía

Al comienzo, Bela tenía desconfianza porque era un lugar nuevo, pero me sentaba en el piso a consentirla y tuvimos conexión de una. Después de unos días, Bela me seguía a todos lados y en ese momento ella tenía 4 o 5 meses y desde ahí empezamos nuestra vida juntos, fui aprendiendo con ella cómo debía cuidarla. 

Para mí ha sido espectacular toda la experiencia porque el adoptarla, es una responsabilidad y entonces uno tiene que sacarla a pasear o encontrar a alguien que lo haga por ti y había fines de semana en los que si no encontraba quién lo hiciera, la llevaba conmigo a donde fuera.  

Me gusta mucho estar con Bela porque paso mucho más tiempo fuera de la casa caminando, dando vueltas y la verdad es chévere porque yo viajo con mi ella; es muy educada, es muy linda y siempre tengo compañía comigo. 

Foto: cortesía

 Es muy atenta a mis sentimientos, cuando los siente, viene y se acuesta conmigo, o si en uno de mis viajes llego a un lugar donde no he estado antes, no me siento tan solo porque tengo a Bela siempre conmigo.  

En los parques es muy chévere porque he conocido mucha gente y he conocido más de la ciudad y todas esas cosas me parecen muy especiales y más que nada Bela se ha vuelto, sin ironía, en mi mejor amiga. 

Cuando ella era joven, la llevé en un viaje por carretera por todo el Eje cafetero, Antioquia, Cali y fue espectacular ver cómo ella exploraba el mundo y también he viajado con ella a otros países como Turquía porque tuve que mudarme, y aunque al principio sentí soledad, con Bela ahí me sentí más tranquilo y acompañado y fue muy lindo. 

El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá asegura que más de 33 mil animales entre perros y gatos fueron abandonados entre el  2010 y 2016. En Bogotá hay aproximadamente 100.000 animales habitantes de calle. Por cada 100 perros con vivienda, otros 38 deambulan por las calles. 

Yenni Velásquez

Foto: cortesía

Chiqui es un perrito French Poodle que encontré cuando un día estaba yo en el parque y me fui detrás de él para ver si tenía placa. Fue complicado cogerlo porque estaba asustado e inicialmente me mordió, pero logré traerlo a casa y me di cuenta de que llevaba mucho tiempo perdido porque estaba muy sucio y me di cuenta de que no tenía identificación ni correa. 

Los primeros días estaba nervioso y el médico me dijo que llevaba bastante tiempo en la calle y, aunque publiqué muchas veces para ver si su dueño aparecía, finalmente pasó el tiempo y decidimos quedarnos con él porque además tenía algunos problemas de comportamiento. 

Tenía temor a los hombres y les tiraba a morder todo el tiempo; si lo dejábamos solo se orinaba donde podía; también nos dimos cuenta de que también le pegaban mucho porque si alguien lo toca con los pies, se asusta mucho y tiende a morder a las personas.

Foto: cortesía

Lo llevamos a un etólogo y nos dijo que lo más posible es que lo abandonaran y eso se llama ‘síndrome de abandono’ y nos dieron algunas pautas para seguir así que mi esposo comenzó a consentirlo, a estar cerca de él y eso le fue ayudando a tenerle más confianza a los hombres.  

También tuvimos a una gata llamada Juanita que adoptamos luego de saber que, al morir sus papás humanos, fue abandonada en la casa de la familia mientras la vendían sin agua ni comida durante ocho meses. La trajimos y yo solo esperaba que se pudiera llevar bien con los perritos y afortunadamente después de todo lo malo que pasó,  ella fue tomando confianza.

Inicialmente no salía del cuarto, pero poco a poco comenzó a avanzar y finalmente ya era parte de la familia: se acostaba con nosotros y con los perritos a dormir y le cambió la vida bastante. Ella se nos fue hace veinte días porque debido al abandono que sufrió en esa casa, sus riñones se enfermaron.  

Foto: cortesía

Lo que me ha transformado de recibir a estos animalitos o de ayudarles a conseguir un lugar de paso u otro hogar es que me ha dado una razón para vivir. Yo siento que todos deberíamos estar en este mundo para hacer algo por alguien y la razón de que yo esté en esta tierra es para ayudar animales. 

He conocido personas muy especiales que muchas veces se olvidan de sí mismos por ayudar a los animales que tanto lo necesitan, ha sido muy bonito. Tengo algunas grandes amigos y personas con las que sabemos que contamos para ayudar y me da mucha alegría y me da esperanza a pesar de todo lo malo que uno ve, también sé que hay mucha gente que quiere ayudarlos. 

Chiqui y Juana me enseñaron que los humanos podemos ser demasiado malvados e insensibles, pero también me enseñaron que con paciencia, con amor y educación ellos aprenden siempre. Por más traumas que tengan, siempre vuelven a confiar en las personas y creo que todos los perritos se pueden salvar, solamente necesitamos personas que lo quieran hacer, que tengan paciencia y que los quieran.  

Según las cuentas del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) son al menos 2.000 perros y 500 gatos los que se encuentran en condición de calle en esta época de aislamiento.

Luis Santos 

Yo estoy ubicado en Villas de Granada y al frente hay un parqueadero grande. Un día, me causó curiosidad un perrito que tenía seis meses y era agresivo y un señor de los que cuidaba el parqueadero iba a matar al perro quitándole la cabeza, cuando vi lo que iba a hacer el señor, empecé a buscar ayudas con organizaciones, yo no sabía nada de que uno podía ayudar a los animales, ahí me contacté y empecé a abrirme puertas y ellos fueron los que me guiaron en ese momento, a partir de ese perro me quedó gustando el tema y llevo ocho años rescatando animales de la calle.  

Foto: cortesía

A este perrito lo rescaté con una amiga en Suba Lisboa, tenía familia pero sufría de abandono y tenía problemas de piel así que lo sacaron en una caja y lo botaron. 

De hecho tengo un pitbull que rescae hace unos siete años de peleas, estaba vuelto nada, tenía cicatrices en su cuerpo de puñaladas y lo adopté porque porque tuve una química muy buena con el perro ahora tiene 11 años y se llama Lucho. Realmente se han rescatado muchísimos perros y se les ha cambiado la vida. 

De esto no saco ninguna ganancia, esto es una cosa que uno le gusta hacer, no nos pagan por nada de esto lo único que nos interesa es que los animales se recuperen y encuentren una familia que los acoja y que los haga sentir bien donde no tengan que pasar necesidades de hambres ni malos tratos. 

Foto: cortesía

 Con todo lo que he vivido, le tengo un mayor respeto a todos los animales, rescatar perros trae cosas positivas, y trae paz interior.

No te pierdas en nuestras redes #Fractal el especial 'Vida perra'

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