Ilustración de Nasser photography
Fue un 12 de noviembre, pero de 1984, cuando una joven Madonna publicó su segundo álbum ‘Like a Virgin’, cuyo significado aún genera discusiones, pero que se convertiría en el más importante de su carrera y de la música, y la consolidaría como la reina del pop.
Con la idea de ampliar la imagen que dejó su primer álbum, ‘Madonna’ de 1983, Madonna Louise Ciccone quiso producir el segundo. Sin embargo, ante la negativa de Warner Bros de darle libertad artística para este trabajo, decidió trabajar con Nile Rodgers —por su trabajo con David Bowie—, quien terminó produciendo el trabajo.
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El álbum fue una revolución en sus propios términos y una Madonna joven comenzó a consagrarse como una iconoclasta que ponía en entredicho la sexualidad, la política y la religión como ninguna artista mujer antes de ella.
‘Like a Virgin’ de Madonna llegó al Top 10 de Billboard 200 en solo dos semanas y en febrero de 1985 fue número uno durante tres semanas más. Para julio del mismo año, se convirtió en el primer álbum por una artista mujer en vender cinco millones de copias en Estados Unidos.
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Uno de sus biógrafos, J. Randy Taraborrelli, quien afirmó que “todo artista importante tiene al menos un álbum en su carrera cuyo éxito comercial y de la crítica se vuelve el momento mágico del artista; para Madonna, ‘Like a Virgin’ fue este momento definitorio”.
Y no es para menos, pues el álbum y su sencillo, del mismo nombre, son referentes obligatorios de la música, la moda y el mensaje de los 80, como nos recordará siempre Quentin Tarantino, quien decidió abrir su ópera prima, Reservoir Dogs, con una memorable conversación acerca del significado de la canción.
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