La María, un refugio natural de las artes

En la vereda Márquez, cerca el municipio de La Calera, se erige la sede campestre del Teatro La Baranda; un espacio de creación, de refugio y de presentación de artistas

Guillermo Delgado, director del centro cultural La Baranda, con una trayectoria de 33 años, decidió comprar un terreno de 7.000 metros a 45 minutos de Bogotá porque la compañía soñaba desde hace mucho tiempo con llevar el teatro a la región.

Casa ‘La María’

Allí se encontraba un granero antiguo, un basto terreno descuidado y restos de lo que parecía ser una construcción. “Resulta que antes había un convento de las bethlemitas que tenía 180 años de antigüedad, pero las monjas lo vendieron y la casa y el terreno quedaron deshabitados. Se cuenta en la vereda que un señor llegó buscando una guaca y despedazó la casa para buscarla. No se sabe si la encontró pero de la casa no quedó una columna”, cuenta Delgado. 

Guillermo, con amor y paciencia, decidió recuperar el espacio natural a través de un plan de arborización que resucitó la montaña y reconstruyó la casa sobre las bases del viejo convento. En cuanto al nombre, en las escrituras de la propiedad aparecía ‘La María’, por lo que Delgado decidió conservarlo, pero cuando se hizo amigo de sus vecinos de la vereda, se dio cuenta de que ellos estaban acostumbrados a llamarla ‘La bethlema’

“Si yo hubiera sabido que ellos le decían así, le habría dejado ese nombre”, dice el director del centro cultural La Baranda. Actualmente,‘La María’ cuenta con un espacio teatral con una capacidad de 450 espectadores, habitaciones para quienes decidan hospedarse, restaurante, cafetería y bar. 

Refugio natural y creativo

Además de restaurar la casa, Delgado siente que ha logrado recuperar el paraíso natural que alguna vez fue ‘La María’. Desde su llegada plantó cientos de árboles y limpió desechos, acciones que la montaña ha agradecido inmensamente pues al cabo de un rato, los pozos hídricos naturales han vuelto a su nivel normal y el pico antes herido, ahora se está reverdeciendo. 

“Este espacio es especial: la gente que viene aquí y nosotros mismos hemos cambiado nuestra energía porque el estar al lado de un espacio lleno de árboles y de montañas y ver que el paisaje se mete por la ventana es algo maravilloso, algo que hay que ver”, narra Delgado

En este espacio se realizan eventos culturales y sociales pero también recibe a artistas, escritores y guionistas quienes encuentran en él la armonía entre lo hogareño y lo natural y un refugio perfecto para crear. 

“Una vez una cantante me dijo que ‘La María’ es símbolo de elegancia porque una mujer elegante puede pasar desapercibida, pero cuando la notan, es inolvidable”, cuenta Delgado

Teatro la Baranda

Esta casa no solo les ha transformado la vida a la compañía de teatro La Baranda, sino que también los vecinos se han visto tocados por la magia de este lugar. “Hace unos días una señora me preguntó que cuándo volvía la televisión en vivo que a ella le gustaba mucho”, cuenta contento Guillermo. 

Y es que decir que las personas que viven en el campo y en la ciudad son lo mismo es una mentira: su relación con el territorio, la cadencia en la forma de hablar, de tratar al otro, de entender el tiempo y el ritmo propio y de los demás es distinta. Si bien no hay que caer en melancolías baratas, es importante reconocer esos resquicios de diversidad no para ser más condescendientes sino tal vez para tratar de salirnos de nuestros zapatos por un ratito. 

De hecho hubo una ocasión en la que un señor llegó a una función de teatro con su familia y le dijo al encargado de la entrada que él ya había hablado con el director, pero eso no ocurrió. Delgado se enteró pero no quiso armar problema y los dejó pasar sin decir nada.

 Al día siguiente, tocaron la puerta, y era el señor quien traía consigo una caja de huevos, leche y quesos y le dijo al director de La Baranda: usted ayer me dio de lo suyo, hoy le traigo de lo mío.

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