Este jueves 17 de marzo llega a salas colombianas Cicatrices en la tierra, el nuevo documental del director y productor Gustavo Fernández. Desde la intimidad de un campamento de transición hacia la vida civil, la película registra las vidas y testimonios de cuatro ex combatientes de las antiguas Farc: William, el hijo pródigo que retorna donde su madre después de veinticinco años; Fabián, que a los nueve se fue a jugar a la guerra y ahora busca incesantemente una figura paterna; David, que trata de forjar otra vida con su compañera y su hija, y Janeth, que reivindica su familia fariana y ahora, lejos de las balas, decidió ser madre e intenta completar sus estudios de enfermería.
Los cuatro son hijos de familias de origen campesino. Los cuatro vienen de entornos de carencias materiales y se enfrentan a destinos diferentes.
“El filme nació de una forma un poco rara, producto más de un impulso tras iniciarse el proceso de reincorporación de la guerrilla”, recuerda Fernández. Ese impulso se remonta a septiembre de 2016, en día de la firma en La Habana del primer Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y la entonces guerrilla de las Farc. Con su cámara se instaló en el Parque de los Hippies en Bogotá y grabó las efervescentes reacciones de los ciudadanos, una imagen que, según recuerda, se sintió como “un gran paso hacia adelante en un país acostumbrado a caminar hacia atrás”.
Después de la euforia, el 2 de octubre vio a través de su lente la enorme decepción cuando el ‘No’ ganó en el plebiscito, y esa misma semana asistió a la marcha en la capital. Tomó la decisión de contarlo todo y, durante al menos un mes y medio, registró todas las manifestaciones y el campamento de resistentes que se instaló en la Plaza de Bolívar. Ya en 2017, cuando muchos de los guerrilleros empezaron a abandonar la selva hacia los espacios de reinserción, quiso saber más sobre las vidas de quienes antes portaban los fusiles. Buscó la forma de llegar a esos espacios, comenzando por la zona veredal de La Carmelita, ubicada en el Putumayo, y la de Icononzo, en el departamento del Tolima.
Blanca y Luis en Cicatrices en la tierra. Foto: Cortesía
Allí conoció a David, un excombatiente y escritor frustrado. A través de él empezó a seguir a otros, como William, quien se convirtió en eje de su relato. A ambos los comenzó a visitar periódicamente. Ya a fin de año observó cómo aumentaban los asesinatos de campesinos, líderes sociales, excombatientes y otros episodios de violencia en las antiguas zonas ocupadas por las Farc. Cada testimonio fue guiándolo en su trabajo: “Se creó una relación de aceptación mutua, de conversaciones espontáneas, sin pretensiones ni discusiones preconcebidas, y empecé a seguir un camino con cada uno”, cuenta. Fue así como conoció sus relaciones y el común denominador que los unía: su origen campesino y humilde.
El resultado es una película dura que mira muy de cerca el sentir de estos cuatro firmantes de paz, a quienes Fernández conoció en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), los lugares que desde el 2017 se instalaron luego de la firma del Acuerdo, donde los exguerrilleros que dejaron las armas han vivido y construido sus casas con materiales entregados por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN): en Icononzo (Tolima), Puerto Asís (Putumayo), Macanal (Boyacá), Neiva (Huila) y Bogotá.
En un trabajo que duró cuatro años, Cicatrices en la tierra busca captar de cerca sus miedos, afectos y anhelos, al tiempo que registra la cotidianidad de una comunidad que se debate entre la incertidumbre por su futuro y el de sus familias, y el no saber si su apuesta por la paz fue una decisión acertada. Sabiendo que la decisión ya es irreversible, los protagonistas una y otra vez se mueven entre la esperanza, el dolor y la resignación.
Janeth en Cicatrices en la tierra. Foto: Cortesía
La mirada de William, Fabián, David y Janeth realza el paisaje, el territorio, las heridas y cicatrices de una Colombia históricamente marginada; esa mirada y esa sensibilidad es lo poco a lo que pueden asirse para consolidar un proyecto de vida sostenible. Como señala el documental: “Cuando las heridas están abiertas, cerrarlas es un proceso lento, y esa espera puede ser muy dolorosa. A veces hasta se pierde la esperanza de que desaparezcan”.
Cicatrices en la tierra fue filmada entre 2016 y 2020 y producida por el mismo director, Gustavo Fernández, con el apoyo de Guateque Cine y será distribuida por Danta Cine. En palabras del equipo detrás de ella, la película es “una herida que quiere sanar, pero aún sangra, aún duele y recuerda algo que no debió pasar, pero sucedió. Que debió terminar, pero sigue ahí”.
Desde este 17 de marzo habrá funciones de ‘Cicatrices en la tierra’ en la Cinemateca de Bogotá, el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) y el Museo La Tertulia, en Cali. Haz clic aquí para conocer más.
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