Fotos: Árbol de Letras
Suele suceder varias veces en este tiempo que pasamos en casa, que la cabeza tiende a llevarnos de vuelta sobre pasos andados, sobre caminos recorridos, con el afán de salvarnos de la rutina en la que se han convertido estos días en casa.
Yo, que no hago más sino hablar de libros, termino siempre, en algún momento de mis conversaciones conmigo misma, recordando y repasando viejas páginas de los libros con los que crecí.
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Me pasa a mí, como es probable que les pase a muchos, que el primer recuerdo de libros que tengan sea alguno de esos clásicos de la literatura infantil, ¿una compilación de cuentos de princesas y héroes? ¿los cuentos de Rafael Pombo? ¿'Platero y yo'? ¿'El Principito'? ¿alguna enciclopedia de la casa de los papás?
Sucedió que hace un par de semanas llegó a mis manos una edición maravillosa de unos cuentos que seguramente todos guardamos en el corazón, una compilación de las historias de Hans Christian Andersen editado por Panamericana; un libro con el que es imposible no volver en el tiempo a los cuentos infantiles, a los primeros libros que llenaron nuestros anaqueles, a la memoria.
Ilustración de Helena Melo del cuento 'La pastorcita y el deshollinador' – Acuarelas y lápices de grafito sobre papel
'La Sirenita', 'La Reina de las nieves', 'La Princesa y el guisante' (que me hizo esconder frijoles y garbanzos debajo de mi colchón con la esperanza de convertirme en una princesa, secretamente) y 'Pulgarcita', son solamente algunos de esos cuentos que a atravesaron nuestra infancia.
Ilustración de Israel Barrón del cuento 'El traje nuevo del Emperador' – Acrílico sobre papel de algodón
Esta edición, que iba a ser publicada en la versión 33 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, como homenaje a los Países Nórdicos, es la compilación de 10 de sus historias más populares. Pero la maravilla del libro no acaba en los cuentos recordados. Se trata además de una colección de ilustraciones hechas por grandes artistas nórdicos y latinoamericanos, ilustraciones que aparecen a lo largo del libro como una demostración de que las historias son universales y de que, de alguna manera, a todos nos tocaron sin importar el lugar del mundo en el que estamos o la lengua que hablamos.
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Ilustración de Roger Ycaza del cuento 'Pulgarcita' – Lápiz de color y grafito, técnica mixta digital.
Entre ilustraciones de múltiples técnicas de artistas como el ecuatoriano Roger Ycaza, la bogotana Helena Melo o el danés Cato Thau Jensen y las palabras de ‘El soldadito de Plomo’, ‘La niña de las cerillas’ o ‘El traje nuevo del emperador’ esta publicación de Panamericana no es solamente un recuerdo del gran escritor que fue Andersen, sino un homenaje a los niños que fuimos, a todos aquellos que incluso hoy continúan leyéndolo.
El escritor danés considerado uno de los mas grandes de la literatura infantil universal, se inmortalizó a través de historias infantiles, historias que en el fondo daban cuenta del propio dolor de su vida: “La historia de mi vida es el mejor comentario sobre mi trabajo” dijo el autor en repetidas ocasiones.
Andersen soñaba con ser un famoso actor o escritor de teatro, ¿qué se iba él a imaginar que quienes lo harían más famoso y por supuesto inmortal, serían los niños? ¿Cómo pudo si quiera imaginarse que 145 años después, sus historias siguen reposando en nuestras cabezas y su palabras habitando los rincones de nuestras casas?