Electric Mistakes estrena ‘Lola’, un memento mori en pleno 2021

En una nota al margen de uno de sus cuadernos, Albert Camus escribió: “Solo hay una libertad: aceptar la muerte. A partir de allí todo es posible”. Lejos de interpretaciones pesimistas, el escritor hacía eco de una idea antigua que sugiere que ser consciente de la finitud de la propia existencia es la condición para comenzar a vivir una vida más significativa y reflexiva. Lo han insinuado también Heidegger, Nietzsche y Platón e incluso aparece en algunos textos de Montaigne. Tal vez la mejor forma de entenderlo ha sido el último año y medio, en que la muerte ha llegado tan súbita y azarosa para millones de personas. Justamente por esto es que ‘Lola’, el nuevo disco de Electric Mistakes, llega como la banda sonora perfecta para quienes sobrevivimos a este pequeño fin del mundo.

No citan a filósofos como sus influencias, pero sí a varios autores norteamericanos de la llamada ‘Generación Beat’ como Burroughs y Kerouac como referentes conceptuales para ‘Lola’, el tercer álbum de larga duración de la banda que, en 2016, reventó nuestros tímpanos con el rabioso ‘Chavela’, su álbum debut. 

Tras nueve años como agrupación, ‘Lola’ llega pisando fuerte pero con suavidad. A un lado quedan las guitarras distorsionadas, las voces desgarradas (casi) y las canciones de menos de tres minutos. Electric Mistakes, como dicen los que saben de música, muestra con ‘Lola’ un sonido mucho más maduro, donde el piano y los sintetizadores se vuelven protagonistas de los diez cortes escritos y compuestos por Juan Hernández, quien habla sin tapujos sobre la soledad, la muerte y el suicidio. 

Tras un impasse con la salud mental de Juan ocurrido hace algunos días, hablamos con él y con Laura Perilla por teléfono, mientras nuestros perros ladraban al fondo y los dos miembros fundadores de Electric Mistakes se turnaban para contestar algunas preguntas sobre ‘Lola’ y el futuro, inciertamente cierto, de la banda. 

Cuentenme qué se va a encontrar la gente cuando escuche ‘Lola’ y qué tuvo que ver la Alcaldía de Bogotá con el álbum para que sus logos aparezcan por ahí.

Laura Perilla (LP): El año pasado el distrito sacó las convocatorias de ‘Es cultura local’ para la reactivación de la cultural en medio del Covid y en diciembre nos enteramos que ganamos la convocatoria de la localidad de Usaquén. Todo el disco se grabó con ese estímulo y los vídeos hacen parte del plan de divulgación. Por eso todo tiene los logos de la Alcaldía.

Son diez canciones con dos colaboraciones, una es ‘Emma’, que va a ser el sencillo promocional del disco y es una colaboración con Volcan, la banda de Medellín; y ‘Chris’ que es una colaboración con Mateo Paris de Oh la ville. La producción se hizo en InMotion Studios con Camilo Rengifo

Este es el primer álbum que es grabado en formato de banda. Este 2021 es nuestro noveno año y fuimos cuatro personas trabajando sobre esto como músicos. La producción la hizo Camilo Rengifo y Camilo Maldonado, el guitarrista y el cantante de Árbol de ojos. 
Pasamos también a la convocatoria de Rock al Parque, que este año se va a llamar Festival de Festivales y va a tener programación de diferentes géneros.

Electric Mistakes empezó como un proyecto pequeño en forma de dúo que hacía música con una guitarra y una batería. Pero ahora la banda tiene cinco miembros. ¿Cómo se ha dado esta evolución y cómo ha cambiado la banda?

Laura Perilla (LP): Nosotros comenzamos con un dúo no tanto porque fuera un proyecto más pequeño, sino porque era otro tipo de música el que hacíamos. Precisamente fue la música lo que marcó la decisión de buscar más músicos, pues ya no se podía tocar en formato de dúo. Por ejemplo, grabamos ‘Vicente’ los dos solos, pero para tocarlo en vivo tocaba buscar más personas. Entonces probamos con diferentes personas y para ‘Lola’ al final grabamos cuatro: Veronika Zurita en los sintetizadores, Ana Bermeo en una guitarra, Juano y yo. Esta es una banda altamente emocional en la que están muy presentes todos los sentimientos y donde las personas que llegan se sienten libres de poder expresar cosas que normalmente no expresarán con otras personas, sobre todo de salud mental. Esto hace que se viva muy intensamente todas las relaciones en la banda. Así llegamos a grabar con ellas. 

Pero pues realmente en este momento, después de lo que pasó la semana pasada y de lo intensa que se viven las relaciones, no sabemos realmente si van a haber más personas en la banda o si vamos a seguir siendo los dos como base principal. 

‘Lola' también presenta una transofmración del sonido clásico de Electric Mistakes, con canciones mucho más largas, con arreglos más complejos y sonidos más experimentales. ¿Creen que la llegada de nuevos miembros ha propiciado esto?

LP: Sí es un nuevo sonido, pero las canciones las compuso Juano en 2019, cuando ni siquiera conocíamos a las personas que actualmente tocan. Él compone todas las partes de todos los instrumentos de las canciones, compone la letra y trabaja sobre eso durante mucho tiempo. Entonces Juano llega y le explica a los músicos o músicas lo que tienen que hacer. No es como que haya un espacio abierto a una composición colaborativa, no. Porque si te fijas, todo lo que él habla es muy muy personal e introspectivo, entonces tampoco la música da el espacio para hacerlo. Creo que para este disco cambiaron mucho los referentes musicales que teníamos y las ganas de expresar las cosas de una manera diferente, para que fuera más comprensible para las personas, para el público. Esto es lo que hace que todo cambie un poco.

¿A qué se debe este nuevo sonido más alejado de las guitarras distorsionadas y más cerca de los teclados y pianos; un sonido más suave?

Juan Hernández (JH): Creo que es un poco algo que hemos ido aprendiendo también de bandas que han influenciado en los últimos años a Electric Mistakes como The war on drugs, Portishead, The National. A veces siento la necesidad de expresar la rabia y de alguna manera esa forma es abstracta y por medio del ruido. Otras veces solo necesito las palabras, solo me gusta decir cosas y contar historias. En este momento queremos llevar a la gente a ese lugar tan difícil en el que termina este personaje y lo acompañen hasta que toca fondo y se le acaba el camino por todo el disco.

En Facebook ustedes han dicho que ‘Lola’ es el primer álbum que graban en formato banda. ¿Qué significa esto y cómo grabaron ‘Chavela’ y ‘Vicente’?

LP: ‘Chavela’ Y ‘Vicente’ fueron grabados casi en bloque de bajo y batería. Pero en este disco no. Yo grabé las baterías con metrónomo y todos fueron grabando todas sus partes solos. Esta vez sí fue bien diferente

JH: Esto se debió a que yo quería tener otros colores y que las cosas sonaran como me las imaginé y eso solo se lograba de la mano de músicos que estuvieran tocando con nosotros. Digamos que en ‘Chavela’ yo compuse todo, le envié las baterías a Lau y después, en estudio, grabamos en bloque y encima yo y encima de eso hice los overdubs de las voces y los arreglos. En ‘Vicente’ también compuse todo, las baterías se las enseñé a Lau y grabamos baterías y bajos; encima grabé guitarra y encima grabé teclados. Esta vez en cambio fue un proceso un poco más similar a los que hace Kevin Parker de Tame Impala o similar a lo que hace Julian Casablancas en The Strokes. Yo a cada una le entregaba la partecita de lo que debía tocar. Ya en estudio cada una llegaba con su mano y su personalidad a colocar su manera de interpretar lo que le daba. Hubo personas que cubrieron más campos, como Lau que, por ejemplo, grabó todas las baterías; y Vero que compuso y grabó casi todos los sintes. Ana grabó su guitarra y yo grabé pianos eléctricos, un par de sintes, grabé bajos y mi guitarra.

Cuando estábamos grabando las voces también tenía cierto control, porque quería que se acercaran hacia el ‘I am easy to find’ de The National, aprovechando que teníamos tantas voces bonitas femeninas y podían darme un poco de narrativa en la que podía jugar con que ellas siempre estaban alrededor de este personaje, hablando, comunicándose conmigo. Entonces sí, la decisión se tomó más que todo por eso, para ver cómo funciona o tienen color y tener la mano de alguien más en un disco. Igual bajo mi control, porque yo siempre estaba muy pendiente de que todas las cosas salieran un poco como yo las habría hecho, pero de verdad fue muy diferente tener a otra persona con esa responsabilidad y esto grabando directamente en el estudio. 

Creo que en cada disco se buscó algo diferente. La idea de 'Chavela' era tener algo muy inmediato, visceral y que se sintiera el ‘en vivo’, que se sintiera la fuerza que teníamos en el vivo. En ‘Vicente’ era más que se sintiera la dinámica y como que empezábamos a meter la gente en esto de lo que era importante, que no eran los solos ni eso, sino las letras y los espacios que generábamos alrededor de las letras. ‘Lola’ sí tuvo algo completamente diferente y fue que comenzamos a generar atmósferas, a olvidarnos de tiempos de duración de las canciones y a adentrarnos muchísimo en la forma en la que sonaban las canciones, en la sonoridad que tenía el disco en particular. Porque ‘Lola’, a diferencia de los anteriores tiene muchísimos y muy presentes los teclados. Los pianos siempre están adelante, los sintes siempre están adelante, que es algo que siempre quise: colocar adelante esto y lo que estamos diciendo y generar un espacio como para robarnos unos minutos a las personas hacía allá, a ese hueco un poco frío y difícil de manejar por momentos que es el suicidio, que es de lo que habla el disco.

Precisamente quisiera saber si el tema de ‘Lola’ siempre lo tuvo tan claro y si concibió este álbum como un proyecto completo del que cada canción forma una parte.

JH: Sí, claro. Siempre he visto lo de los sencillos y siempre es super difìcil escogerlos para la banda por eso mismo, porque hacen parte de un todo. En ‘Chavela’ no estaba tan claro el concepto, pero sería la idea de transmitir mucha rabia y frustración en el disco, mientras que en ‘Vicente’ ya estaba súper claro que era un disco que hablaría sobre la depresión y estaba coloreado a partir de ese azul y a partir de esas ideas de la autoestima y todo este cuento. Para ‘Lola’ escribí primero las letras a forma de poemas en un momento muy difícil en el 2019 y en 2020 las musicalicé. Por eso ‘Lola’ está completamente pensado para ser un disco que habla sobre el suicidio y cómo lidiar con esto, cómo llega, cómo se siente y cómo esas experiencias yo las había vivido. Si uno oye linealmente el disco nota las diferentes etapas de una persona que pasa  por momentos y decisiones difíciles, de sentirse contra la pared y terminar en la última canción, que es una despedida de este personaje. No es exactamente un final feliz. 

Lo hice un poco para hablar abiertamente de algo que a la gente no le gusta hablar y sobre algo que para nosotros sí era muy importante, porque es algo que me viene persiguiendo hace tiempo y que a muchas personas les ha tocado durante muchos años en su vida. Tal vez por eso decidí colocarle 'Chris' a Chris. Así como uno podría suicidarse a los 27 años como Kurt Cobain, también puede tener 50 años como Chris Cornell, creer que ya las ha superado todas y aún así hacerlo. Es algo que siempre está ahí. 

La relación contemporánea con la muerte ocurre como a través de un velo. Todos damos por sentado que es inevitable, pero nunca hablamos de nuestra propia muerte o la de un ser querido y, cuando pasa, no tenemos herramientas para lidiar con esto. Está presente, pero nunca la vemos. ¿Qué referencias nutren su acercamiento a la idea de la muerte?

JH: Creo que la cuestión con la muerte es un poco jugársela a tratar de no pensar tanto en ella, porque llega un punto en que la depresión lo lleva a dejar de tenerle miedo a la muerte. En esa misma medida creo que lo importante es el tiempo. Siempre he dicho que la gente le teme mucho a la muerte y deben tenerle más miedo al tiempo, que es realmente peligroso porque es completamente incontrolable. Ha habido músicos que he escuchado mucho este tiempo y que abordan la muerte y la soledad de cierta forma, como Tom Waits, Portishead y Radiohead. En esa medida también me han interesado algunos literatos como Allen Ginsberg, con todo este cuento de los excesos y la liberación y vivir la vida al límite antes de… O como Hunter S. Thompson, Jack Kerouac o como el mismo William Burroughs, que plantea muchas veces estos momentos y esos espacios en los que las personas estamos obligadas a vivir situaciones completamente irracionales e idílicas, que no son más que una especie de metáfora de lo irracional en muchos sentidos de lo que vivimos día a día los seres humanos. Todos estamos cerquita de esas ideas y aún así no nos importa, porque como le tenemos este miedo tan grande a la muerte decimos: “no, no, no, yo nunca voy a hacer eso”. Pero sólo se necesita una recarga de emociones y de dolores para que pase y para que uno se sienta en donde no se debe sentir. 

Para nosotros es muy importante la consecuencia que tiene tanto el duelo previo a la muerte, como la muerte. Por eso es tan importante ‘Vicente’ antes de 'Lola', porque una persona, tal y como yo, puede lidiar con todo el duelo de perder a seres queridos, pero no termina como en las películas que hasta ahí llegó y ya se acabó, sino que los retos y los recuerdos continúan. Esos recuerdos continúan y esos fantasmas no se van y se convierten en cosas más complejas y difíciles de manejar porque cada vez son más materiales. Se siente más como en la sangre o más encima o se siente más solo. Y la soledad es parte muy importante de lo que hablamos en el disco porque es casi que lo que deriva a todas las emociones que llevan a perder el afecto a la vida. 

No es un disco que hable de que chévere que la gente se muera, ni tampoco de que la vida es lo más lindo del mundo. No. Es un disco muy honesto, en la medida en que dice que solamente se necesita un exceso de soledad, un exceso de dolor o un exceso de miedo, para que uno se plantee la idea de no continuar más. Al mismo tiempo hablamos de todas las cosas que pasan por la cabeza de una persona que no quiere continuar más, que muchas veces está mal juzgada porque simplemente necesita apoyo y una mano que le diga: quédese un ratito acá que usted para mí es importante. 

¿No le da vaina ser tan honesto y poner hablar de lo que no se habla, además, en un tono tan personal? ¿Puede ser escuchar música una forma de “dialogar” con quienes piensan o sienten de formas similares a uno?

JH: A veces es difícil ser tan honesto, pero siento que es necesario porque es la única forma de comunicarme con las demás personas abiertamente sobre este tema. Y se convirtió casi que en mi concepto con la banda el hablar de estas cosas, porque la gente teme hacerlo, en parte porque la industria nos chuza con una jeringa de falsa positividad

Entonces uno le pregunta a los músicos que cómo van y nadie le dice: “no ahorita no tengo plata, la banda está quieta". No. Todos dicen: “ahorita estamos haciendo cositas, mirando cómo hacemos una gira y no ahorita en un disco que ya vamos a sacar…”. Yo siento que son un montón de mentiras y de falsas expectativas, porque como que les meten en la cabeza que si uno expresa un poco de vulnerabilidad, un poco de frustración o un poco de dolor, la gente va a sentir vergüenza, pena y lástima por uno y uno no va a llegar a ningún lado, porque las bandas que llegan lejos son las la banda fuertes y son las bandas que aguantan como si fuera una carrera para ver quién es el mejor. Y nosotros estamos completamente en contra de eso.

Es difícil por momentos hacerlo porque duele sentirse tan reflejado en las canciones, aunque muchas veces siento apoyo al oír letras de Thom Yorke o de Leonard Cohen. De hecho ha habido gente que me escribe que tal canción le hizo pensar en su hermano que falleció hace unos meses y que la canción ha sido su compañía. Los hemos ayudado a no sentirse tan solos y tener a alguien ahí que no ve todo con la misma cara que los demás, sino que ve las cosas desde otro lado; y aún así trata de convertir algo tan oscuro y tan difícil en lo más bonito que puede llegar a ser.

Justamente por no apostarle al acorde feliz y a las letras esperanzadoras, escuchar Electric Mistakes no es para pasar el rato o como música de fondo mientras trabajo. Pero es refrescante escuchar música que lo haga sentir a uno tristeza o soledad, porque también son emociones válidas para disfrutar.

JH: Siempre hemos tenido en mente que es importante que cada letra y tenga coherencia con la música, con lo que está hablando y con lo que estamos diciendo. No solamente es hablar del tema, sino llevar a las personas a ese espacio del que estamos hablando. Siento que una banda que hace muchísimo eso y que ha sido una influencia muy importante es Portishead, que tiene esa capacidad de llevarlo allá a uno a esos momentos tan oscuros. Hubo también bandas de trip hop importantes para la banda para generar este espacio como Massive Attack o como lo que hace Tricky o Unkle, por ejemplo. 

Y es eso: jalarlo a uno a esos espacios en los que es no fácil estar, pero que muchas veces son los más indicados para hablar de esas cosas. Obviamente hay espacio para la luz y para la rabia y para el rocanrol y lo que sea, pero en este momento no es la prioridad de la Electric Mistakes. La prioridad de la banda es expresar eso y transmitir un montón de emociones y para transmitir esto es importante sacar a la persona de esa cotidianeidad y de ese: "Oigo música solamente para pasar el rato y para poner el radio y que me acompañe”, sino que estoy oyendo música para tener una experiencia, para escuchar a alguien, que creo que es algo que no se da hoy día mucho. Esta idea de sentarse a oír lo que pasa en la canción y lo que trata de decir alguien es algo muy bonito, porque es como regresar a ese espacio que uno le daba a la música de cerrar los ojos y dejarse llevar a otro lado. 

 


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