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Un lado más real de Ana Frank

Ana Frank se ha convertido en uno de los personajes más emblemáticos de la historia y puntualmente de la Segunda Guerra Mundial.

La niña, de ascendencia judía, huyó de su casa junto a su familia y estuvo escondiéndose por casi dos años y medio de los nazis. Todo ese tiempo trascurrido quedó registrado en su diario, un texto que se publicó en 1947 como ‘El Diario de Ana Frank’ y que hoy en día constituye una de las memorias más importantes de aquellos años.

Pero a Ana se le suele sacar de su imagen real, como sucede con muchos que se han convertido en ídolos e íconos, y cuya figura se convierte más en una idealización que en una realidad. Pero sucede que siempre hay nuevas maneras de desmitificar esas grandes imágenes y la misma historia se encarga de ello.  Ana Frank ha empezado a cargar sobre sus hombros la historia completa de todo el holocausto judío cuando era tan sólo una niña de 13 años y a lo largo de estos años tendimos a olvidar su condición de niña.

Por eso para muchos resultó sorprendente que en su diario se encontraran un par de páginas ocultas en donde hacía chistes con doble sentido, hablaba de sexualidad y de su menstruación, como si en esos dos años de su vida hubiese estado alejada de su realidad de niña.

Un lado más real de Ana FrankFoto: La Casa de Ana Frank – Museo

Las dos páginas que fueron reveladas gracias al trabajo de varias instituciones historiográficas holandesas, estuvieron cubiertas por papel adhesivo de color café durante todos estos años. Al poder leerlas lo único que uno puede hacer es sonreír porque lo que estas nuevas páginas de su diario demuestran es que Ana era ante todo una niña, una niña con los mismos pensamientos de otras de su misma edad, una niña que lejos de soñar con la fama que sus letras le darían, tenía los mismos miedos y las mismas preguntas de muchas que vivieron en estos tortuosos años de la historia del mundo.

Ana escribió en su diario: "Usaré esta página para escribir chistes 'sucios'”. Y a continuación puso un par de líneas con bromas de doble sentido y agregó algunos consejos sobre la sexualidad imaginando que ella tendría que dar una charla al respecto: "a veces me imagino que alguien podría pedirme que le informe sobre asuntos sexuales, ¿cómo iba a hacerlo?".

Pero además de mostrar un lado cotidiano de la adolescente lo que estas páginas dejaron entrever fue también un mayor intento de Ana por convertir su diario en un producto mucho más literario.

 

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