Ibagué es conocida en toda Colombia como la capital musical del país gracias a su histórico conservatorio, a las fiestas de origen pagano como San Pedro y San Juan y a que el folclore es una parte vital del arraigo y la identidad ibaguereña.
Pero desde hace poco más de 20 años, la distorsión y el ruido se han puesto a la par de la tradición, para demostrar que la música extrema también tiene un papel importante en ese título de capital musical.
El underground llegó a Ibagué a mediados de los 90 cuando se crearon bandas de metal como Exequia. Los primeros greñudos de la ciudad comenzaron a traer música de Bogotá, la cual compartían a través de casetes y también empezaron a organizar conciertos en casas, bodegas y algunos pocos bares.
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A finales de esa década también llegaron a la ciudad los primeros punkeros y poco a poco, en las entrañas de esta calurosa urbe, empezó a gestarse una pequeña pero sólida escena de música extrema.
El poder de la distorsión golpeó de forma tan contundente a esta ciudad, que durante los dosmiles nacieron bandas como K.R.H (Kruel Realidad Humana), una de las primeras bandas de crust punk del país y Hedor, un referente del death metal colombiano en todo Sudamérica.
También, en 2001 se creó el Festival Ibagué Ciudad Rock, el segundo festival de rock gratuito más longevo del país, que ha sido una plataforma para que decenas de bandas de la ciudad puedan mostrar su trabajo.
Ibagué tiene una magia especial ya que sus músicos son muy talentosos. Las bandas que gruñen en estas calles tienen un sonido particular, bien trabajado y en mucho casos muy sólido.
Lilith en Ibagué Ciudad Rock con Resonantes Extremo.
Pero todavía hay muchas carencias. La principal es que faltan lugares para conciertos y más apoyo desde el sector público y el privado para lo extremo.
Aún así las ganas de hacer música son más fuertes que cualquier limitación y desde hace unos años ha habido un auge de bandas e iniciativas que cada día le están dando más fuerza a este Ibahell.
Ahora es importante que todos estos grupos den el siguiente paso, que mejoren tanto su técnica como su gestión y que no se queden esperando a que un tercero resuelva los problemas.
Un buen ejemplo de estos es que 2018 se celebró el primer Festival Ibagué Punk, el cual fue una iniciativa del Colectivo Dixtorsión RP hecha en conjunto con la Casa de la Juventud del distrito. Este festival fue un éxito y mostró que desde la autogestión se pueden organizar cosas grandes sin perder la independencia.
La música extrema de Ibagué actualmente tiene mucho potencial, es una escena inquieta, talentosa y con ganas de convertirse en una de las más fuertes del país y para que eso suceda todo está en las manos de sus músicos. Pero pase lo que pase con el futuro de Ibahell, algo es seguro, en esta ciudad, los dioses de la distorsión siempre van a menear sus cuellos. Por aquí hay underground para largo.