Los bosques andinos podrían ser más importantes que el Amazonas para combatir el calentamiento global

Con frecuencia se dice que parte de la importancia del Amazonas es que este bosque tropical produce el 20 por ciento de oxígeno de todo el mundo. Por esto, el mundo entero ha volcado su atención y esfuerzos para salvar a los bosques amazónicos de su desaparición sistemática, causada, principalmente, para ampliar las fronteras ganaderas. Pero esta cifra es falsa.

Así lo calculó el científico Michael Coe para National Geographic, quien explicó que es físicamente imposible que estos ecosistemas produzcan tanto oxígeno, pues la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ronda el 0.4%, por lo cual no hay en el planeta tanto dióxido de carbono como para que la vegetación pueda producir esa cantidad de oxígeno. Sin embargo, la importancia de este bioma también radica en la inmensa biodiversidad que alberga y en la cantidad de dióxido de carbono que logran retener, lo cual ayuda a controlar los gases de efecto invernadero. 

Pero lo cierto es que ni el Amazonas produce el 20% del oxígeno del mundo ni los bosques andinos y altoandinos juegan un papel menor en la regulación climática del planeta. Al menos, así lo reveló el estudio, publicado en la revista Nature, “Mature Andean forests as globally important carbon sinks and future carbon refuges”, liderado por los investigadores colombianos Álvaro Duque y Miguel Peña. 

Vamos por partes. La cordillera de los Andes es una cadena montañosa que atraviesa siete países de Suramérica y que, en Colombia, se divide en tres partes. De acuerdo con cálculos de Irene Salazar Mejía, en 2007 el 45% del Producto Interno Bruto del país se consiguió con actividades económicas ubicadas exclusivamente en la cordillera oriental, en departamentos como Cundinamarca, Boyacá, Huila y Tolima. Además de controlar microclimas y tener varios ecosistemas en toda su extensión, en los Andes surgen la mayoría de los ríos del país, por lo que de su salud depende también el 68% de energía que producen las centrales hidroeléctricas de Colombia. 

Duque y Peña estudiaron el comportamiento del carbono en biomasa por encima del suelo -como hojas y ramas- de bosques tropicales y subtropicales de Sudamérica. Entonces, delimitaron 119 parcelas distribuidas entre Colombia, Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú y midieron dos veces los niveles de este gas.  “Como tenemos varias mediciones en el tiempo, pudimos identificar aspectos como el crecimiento de los árboles y las variaciones en la tasa de carbono acumulado, además de una estimación de la biomasa aérea de los árboles que murieron durante ese periodo. Entonces logramos hacer un balance entre las ganancias y las pérdidas para tener la acumulación neta de carbono en el tiempo”, explicó al Periódico UN el candidato a doctor en Ecología, Miguel Peña.

Lo que los datos mostraron es que los bosques andinos estaban capturando más carbono (0,67 ton/ha) de la atmósfera que el bosque amazónico (0,41 ton/ha) del que se pierde por deforestación. Lo cual quiere decir que son claves para regular este gas que produce el efecto invernadero. 

El estudio fue el primero de su tipo, además, y sienta una primera base para seguir investigando sobre estos ecosistemas. “A escala regional no existía ningún estudio sobre el efecto de los ecosistemas de montaña. Aquí tenemos la compilación más grande que se ha hecho hasta el momento de bosques andinos bajo monitoreo, o sea la base de datos más robusta establecida para el estudio de bosques en los ecosistemas andinos”, afirmó Álvaro Duque, Fundador de la Red Bosques Andinos, al mismo medio..

El estudio también les permitió revisar el comportamiento y evolución de algunas especies de plantas, como los encenillos, y su importancia para medir cómo el calentamiento global está afectando a estos ecosistemas. “Los bosques andinos son laboratorios naturales en los cuales podemos entender mejor los efectos de la variación climática”, añadió Duque.

La investigación plantea la discusión, entonces, de la necesidad de revisar hacía dónde se están enfocando los esfuerzos medioambientales si queremos tener un efecto positivo sobre el calentamiento global. “De hecho, debido a la pérdida de fuerza de los sumideros de carbono en los bosques húmedos tropicales, la importancia del manejo de carbono de los sistemas de montaña se está incrementando. Por lo tanto, es necesario detener y revertir la pérdida de bosques andinos”, sentencian los autores.

Con información de Periódico UN.


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