The Strokes estrena ‘The New Abnormal’, banda sonora para el fin del mundo

Lo único que acompaña a la poderosa voz de Julian Casablancas en ‘At the door’, el primer sencillo oficial del nuevo álbum de The Strokes, es el sonido de un teclado que da la melodía a esta balada. Con una canción sin batería única en la historia de esta banda, The Strokes regresa con una confianza que no les sentíamos hace años, para decirnos que siguen presentes, pero viajando al pasado con su sexto álbum de estudio: ‘The New Abnormal’. 

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Tras siete años desde su último álbum y varios trabajos alternos de sus miembros después, The Strokes regresa justo cuando el mundo está cambiando su normalidad, con ‘The New Abnormal’, cuya portada es la pintura ‘Bird on Money’ del pintor neoyorquino Jean-Michel Basquiat. Del trabajo ya conocimos la mentada ‘At the door’ y ‘Bad Decisions’, una tonada mucho más clásica que recuerda inmediatamente a sus primeros éxitos, con guitarras fácilmente recordables y un coro que se acerca, tal vez mucho, a ‘Dancing with myself’, de Billy Idol.

A estas dos se le sumó un tercer single, presentado solo cuatro días antes del lanzamiento del disco: ‘Brooklyn Bridge to Chorus’, una poderosa canción que parece más música disco que rock y que es otra muestra del amor de Casablancas por el sonido ochentero. Además, su letra es otra prueba de la sátira que caracteriza sus composiciones, cuando nos avisan que, a continuación, viene el coro. 

Así, The Strokes demuestra que vuelven más maduros y conscientes de quiénes son y lo que quieren hacer. Dejando de lado el que ahora parece un título profético sobre el mundo en los tiempos de pandemia, el trabajo presenta una novedosa apuesta musical, que pasa por los sonidos más clásicos de los dos primeros álbumes de la banda, hasta  sus más recientes experimentos con sintetizadores (muy presentes también en el grupo alterno de Julian Casablancas: The Voidz) y la voz más clara y potente que se le ha oído al cantante desde el nacimiento de la banda. 

Las últimas canciones que escuchamos de este grupo fueron de su EP ‘Present, Future, Past’, de 2016, que parecía más una reflexión de la propia banda sobre su historia que la búsqueda de nuevos sonidos. Solo hasta finales de 2019 se volvió a saber de The Strokes, una banda que llegó a los oídos de todo el mundo en 2001 con su ahora clásico ‘Is This It’, el álbum más importante de esa década para James Murphy, líder de LCD Soundsystem. Para la revista Rolling Stone, fue el segundo más importante de los 2000 y, como si fuera poco, la revista NME lo ubicó como el cuarto mejor álbum de todos los tiempos. Pero poner la vara tan alta, le pasaría factura a la banda.

Solo quería ser uno de los Strokes…

Mientras que Reino Unido se deleitaba con los espectáculos apasionados y entregados de The Libertines, en Estados Unidos el proyecto de estos cinco jóvenes –Julian Casablancas, Albert Hammond Jr., Nick Valensi, Nikolai Fraiture, Fabrizio Moretti– destacaba por su aparente simpleza y su actitud desinteresada pero corajuda. Ellos fueron una de las últimas veces que vimos a jóvenes rockeros fumando y haciendo música en vivo. Pero lo que los hace únicos, aún ahora, es esa apariencia de desinterés, como si nada fuera tan importante como para intentarlo más de una vez y, aún así, lograrlo con creces. Aunque no les importaba que demostrarle nada a nadie, se lo demostraron a todos. 

El más reciente testamento de su influencia es la primera línea de ‘Star Treatment’, la canción que abre el último y experimental trabajo de los Arctic Monkeys. “Solo quería ser uno de los Strokes…” canta Alex Turner, recordándonos que, sí, todos quisimos ser uno de ellos alguna vez. Jared Followill, bajista de Kings of Leon ha dicho en entrevistas que este álbum fue la razón por la que quiso estar en una banda. 

Sin embargo, cada nuevo trabajo de la banda se enfrentaba con su peor enemigo: la fama y el prestigio alcanzado por el primero. En el libro ‘Meet me in the bathroom’, que narra la escena temprana del rock en Nueva York a principios del milenio, el guitarrista Albert Hammond Jr resume su experiencia así: “con nuestro segundo álbum, ‘Room on fire’, la gente criticó porque decían que sonábamos muy parecido. Con el tercer álbum –First impressions of Earth (2006)-, nos criticaron porque no sonábamos como ‘Room on fire’. ¡Nos jodieron por lo mismo dos veces!”. 

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La crítica, tiene razón Hammond, recibió cada vez con menos entusiasmo los nuevos trabajos de la banda. Para cuando salió ‘Angles’, en 2011, no muchos apostaban por The Strokes. Incluído ellos mismos. No solo este álbum tuvo un pésimo mercadeo, sino que los problemas internos de la banda hicieron que no giraran promocionando su nueva música. Las pocas presentaciones en vivo son, ahora, casi leyenda, sobre todo por la naturaleza experimental y psicodélica de este trabajo

Dos años después le darían al mundo ‘Comedown Machine’, tal vez su proyecto mejor recibido desde ‘Room on Fire’ y con el que volvimos a creer que The Strokes tenían aún su magia. En este álbum y el anterior, ya se intuyen los virajes musicales que quería tomar la banda, con baladas de pop poderosas, sintetizadores y una marcada influencia y homenaje a los ochenta. 

Ahora, con ‘The New Abnormal’, las críticas han sido nuevamente favorables y, para terminar esta brevísima nota como debe ser, incluyo uno de los comentarios más amables y reflexivos sobre este último trabajo y sobre la banda, que escribió Ella Kemp para NME: “Como su portada, el trabajo ‘Bird on money’ de Jean-Michel Basquiat, este álbum es puntiagudo, pero sorprendente. Es un álbum cool, de la clase que empiezas a disfrutar muy a tu pesar, aunque nunca le haya importado. ¿No es esa la quintaesencia de The Strokes?”. Solo ha una respuesta a esa pregunta y todos sabemos cuál es.

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