Una nueva parada para Sónar en la ciudad y la cual ha sido ininterrumpida desde 2015. Queda la ilusión de una quinta en 2019 para así poder completar una buena racha. De ser así, se tendría una “medalla de honor” por el aprecio y la respuesta que ha generado dentro del público local una de las expresiones musicales y comerciales más importantes de las últimas tres décadas: la cultura electrónica.
El festival llegó a Bogotá con un trasfondo complicado: la edición de Buenos Aires se postergó a una fecha en el año 2019 que no se ha anunciado y por su parte, ciudades como Santiago y Sao Paulo, no se unieron a la gira en esta ocasión. De hecho, la ilusión de un circuito electrónico suramericano a través de ciudades como Bogotá, Buenos Aires, Santiago y Sao Paulo solo se ha vivido en el año 2015.
Así, el festival ha sido una experiencia artística para artistas locales como Frente Cumbiero, Bomba Estéreo, Bleepolar, Dany F, Las Hermanas, El Leopardo, Guberek, Glad Kazuka, Mitú, Lunate, Mateo Rivano y Ela Minus entre 2015 y 2017.
Cero 39 | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Y en esta ocasión, el sello nacional estuvo con Cerrerro, Cero39, Ha$lopablito, Julio Victoria, Nyksan, Anti y Verraco.
Los artistas que se hicieron sentir en Sónar 2018
Es entonces un momento necesario para reflexionar, recordar y también especular sin caer en grandiosismos innecesarios: ¿qué pasó en esta cuarta edición de Sónar Bogotá? (sin hacer uso de la palabra imperdible).
En esta ocasión Sónar Bogotá presentó un “estado del arte local” teniendo la oportunidad de tener talentos que a lo largo del año se han presentado en escenarios locales o internacionales dejando una interesante marca.
Julio Victoria | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Julio Victoria presentó su live que comprende beats, bajo, arpa y marimba. Una muestra musical de una capacidad sonora investigativa y evolutiva que no cae en el cliché de la tropicalidad. Cerrero, el proyecto de Diego Gómez, cada vez muestra su capacidad de ofrecer una lectura de una posibilidad creativa a través de los beats y los sonidos de una gaita y una trompeta, lo que muestra así una propuesta única dentro del espectro sonoro local.
Ha$lopablito | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Ha$lopablito, uno de los jóvenes talentos de las rimas y los ritmos rotos, mostró en su presentación su capacidad narrativa para una ciudad que ya tiene quien cante de ella con las inquietudes propias de alguien inmerso en el milenio.
Verraco | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Verraco, el nombre del antioqueño Juan Pablo López, quien además comanda la impronta Insurgentes, estuvo mostrando su destreza en la selección de beats, entretejiendo la apertura del escenario SónarClub bajo una lluvia novembrina bogotana. Y Mauricio Álvarez (Cero39), se dio a la tarea de presentar su nueva producción en la cual se supera tal vez lo tropical para volverse un sonido, o varios, en los que confluyen América, África, Asia y Europa.
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Nyksan | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Nyksan por su parte, mostró una propuesta de beats fuertes, de un techno local que por años ha estado en lo recóndito y que lleva buscando pista.
Los invitados internacionales en Sónar 2018
La selección internacional estuvo marcada por tres franceses de diferentes momentos musicales que estuvieron presentes en el Escenario Hall.
Jaques | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
La juventud con Jacques, quien desplegó un arsenal de equipos y talento en una presentación que además se veía transmitida desde su casco. Vitalic, veterano ya de dos generaciones, exhibió su poderío a través de su frenético live en el que se siente el rock hecho con las máquinas: uno de los momentos álgidos de la noche. Y el cierre le correspondió a uno de los talentos franceses más destacados de las últimas tres décadas: Laurent Garnier. Sí, el mismo que se empapó en Londres de la electrónica y en París fue capaz de darse el espacio que no tenía y necesitaba.
Cabe destacar también la presentación de Fátima Al-Qadiri, una senegalesa residente en Berlín cuyas experiencias artísticas en Estados Unidos la han convertido en una de las artistas de gran referencia en la actualidad.
Giorgia Angiuli | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
En la carpa Club, se pudieron ver propuestas que marcaron puntos importantes mostrando el poderío del baile. La italiana Giorgia Angiuli encendió el espacio con su live. Hercules and Love Affair, lo hizo en un dj set que hubiera sido mejor cambiado por una presentación en vivo que hace varios años la ciudad no ve.
HVOB | Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
La dupla vienesa de HVOB ofreció un espectáculo de elegancia y llamado a la pista de baile que claramente es una herencia de una tradición de la finura germánica que se ha recibido a través de ciudades como Berlín, Colonia, Hamburgo, Múnich o Viena. Y el alemán Kobosil generó encanto a través de su techno, el mismo que ya es un clásico en Berlín y alrededores. Este fue el escenario que superó sus propias expectativas y que congregó público desde las siete de la noche.
A través de su selección sonora, Bogotá tuvo una pincelada de electrónica que combinó lo local, algo de lo internacional, pero que claramente hubiera sido un espacio para tener por qué no, más muestras del continente. Al fin de cuentas, 640 millones de personas habitan este lado del mundo en el que el español y el portugués aparecen como lenguas y caminos creativos.
Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
¿Qué tan protagonista fue la tecnología?
Si la música tuvo un lugar dentro del festival, algo que no se vio reflejado fue el componente tecnológico más allá del uso de pantallas o recursos de proyección en las presentaciones. Si algo ha dado la distinción del festival es que frente a otros eventos de música electrónica, hay opciones para conocer arte electrónico y aspectos de la tecnología y el arte bajo la sombrilla de Sónar+D. Uno de sus fundadores, Ricard Robles comentó sobre el festival para El País de España en 2015: “El Sónar es un laboratorio cultural, no es un espacio solo de entretenimiento”
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Es entonces cuando la pregunta por este componente se hace; sabiendo cómo vivimos en una sociedad cuya realidad y cotidianidad tecnológica está ligada a las máquinas, los procesos y lo que con ellos hay. Desde el despertar usando una alarma, pasando por una cafetera, un automóvil, un computador, un televisor y llegando ahora al dispositivo que se convirtió en la extensión de la personalidad, las aspiraciones y hasta emociones humanas: el teléfono inteligente.
Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Si la música hizo así lo suyo a través de los repertorios que Sónar Bogotá ofreció (y que se espera se amplíen en 2019), el reclamo viene así por un espacio, una jornada, una reflexión que permita comprender que la sociedad que consume tecnología, hace negocios con tecnología y crea arte con la tecnología, se vea reflejada o tenga un espacio de visibilización. Sónar+D Bogotá sería un punto de encuentro local e internacional si o si.
El lugar
El escenario escogido para desarrollar el evento se ubica dentro del perímetro urbano ubicable no solo a través de las direcciones convencionales, también dentro de las opciones de orientación digital como Waze o Google Maps, permitiendo así que los asistentes puedan adentrarse a un lugar que esperamos se aproveche aún más. La Gran Carpa de Corferias está en Bogotá, no fuera de ella.
Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Aún así hubo reportes de fallas logísticas por parte de algunos asistentes en aspectos como acceso, identificación e ingreso, al menos esto no se dio en un sector alejado de la ciudad o fuera de ella.
Si a esto le añadimos la lluvia que menguó la llegada de los asistentes a la hora de inicio de la jornada, hay que elevar plegarias para que eventos como la celebración de las 25 ediciones del Festival Rock al Parque en noviembre de 2019 tengan un clima benevolente.
Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Si algo hay que rescatar de esta edición, fue la inclusión de una carpa manejada por el grupo Corporación Acción Técnica Social, quienes a través de su programa 'Échele cabeza', se han dado a la tarea de orientar, informar y divulgar los detalles del consumo de sustancias psicoactivas en espacios como eventos, fiestas y festivales.
Un trabajo que claramente busca llevar a cabo labores de información y testeo ante una población que tiene la capacidad de decidir y asumir una realidad: la de la presencia de psicoactivos que algunos asumen como su canal de recreación y otros como una explotación malsana. Esta carpa, que no ha estado presente en eventos distritales en este año, estuvo allí para acompañar la jornada y para mostrar su compromiso con una sociedad que pareciera esconder una realidad o un secreto a voces.
Las marcas en los eventos musicales
Sónar Bogotá deja también otra reflexión ante esta realidad de diseños de experiencia cuando son las marcas las que quieren hacer presencia en eventos: los montajes grandes y aparatosos para activar marcas en ocasiones son más una imposición que un aporte. Se convierten en barreras que pocos superan y que reflejan la eterna lucha para quedar en el recuerdo de un grupo objetivo cuyos intereses están más enfocados hacia la música, antes, durante y después del evento; no a quienes lo financiaron o aportaron.
Foto: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
Tras un momento en las redes sociales, en mensajes, videos, fotos y notas de voz que circularon por WhatsApp y una seguidilla de historias de Instagram (etiquetadas y replicadas por unos o con audio estallado en otras), queda el deseo, la ansiedad y por qué no, la necesidad de un Sónar Bogotá 2019 que le dé a la ciudad una plataforma de expansión de algo que tiene y que debe seguir explorando y exportando como lo han hecho las escenas electrónicas de ciudades como Buenos Aires, CDMX, Santiago, Sao Paulo y Tijuana.
* Foto portada: María Alejandra Villamizar – Canal Trece.
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