Las ideas revolucionarias del siglo XVIII, fueron semilla de la independencia de Colombia. Esas ideas que nos llevarían a la libertad con el grito del florero de Llorente, nacieron en un nido de libros y tertulias que ni los protagonistas de ello lo habían sospechado.
Esas semillas tuvieron que ver con el reconocimiento del territorio que por entonces estaba habitado por indios, negros y mestizos pero que aún no habíamos entendido como propio. Un hombre español, que había venido para ejercer como médico, fue el creador de la Expedición Botánica, la iniciativa que unió las ciencias y las artes que por entonces eran solo un montón de experimentos y lecturas.
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José Celestino Mutis se inventó la Expedición Botánica, y de la mano de sabios, sí, como el sabio Caldas, emprendieron un camino de descubrimiento de las ciencias en un territorio en el que se estaban formando los primeros ideales de independencia. Fue así como las matemáticas, la medicina, la botánica, la física, la química, la zoología, la antropología y otras más, fueron fundamentales para que, años más adelante, el país se considerará capaz de independizarse de la corona española.
Ese gran proyecto que fue la Expedición Botánica dejó un legado increíble de descubrimientos que hoy en día hemos olvidado, quizás porque nos creímos tanto el cuento de que es nuestro, que olvidamos que siglos atrás no existía.
Y una vez más, como los libros son el camino para recoger los pasos, como decían las abuelas, volvamos entonces a esos años de plantas, árboles, animales y frutas nuevas, a través de estos cinco ejemplares literarios:
‘Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada'
Foto: Árbol de Letras
Nada que hacer, empezamos con la joya de la corona. Esto no es un libro, es una colección completa de todos los descubrimientos de la Expedición. Son 52 tomos ilustrados, clasificados por especies de la flora nacional. Hay una para pasifloras, una de orquídeas, una de gimnospermas, etc. Y las ilustraciones son reproducciones de las ilustraciones originales, ¿pueden creerlo? Realmente es mágico tener una de estas en la casa.
‘La expedición Botánica contada a los niños’ – Elisa Mujica
Foto: Valentina Ramírez
Como se nos ha olvidado el poder tan grande que tuvo la Expedición Botánica, recuperarla desde los primeros años de la vida es una idea maravillosa. Elisa Mujica fue una escritora colombiana que publicó este libro en 1981. 37 años y sigue teniendo la vigencia de cualquier libro recién publicado, simplemente porque es una de las mejores herramientas para contarles a los niños sobre los caminos y descubrimientos de este evento histórico.
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‘La invención de la Naturaleza’ – Andrea Wulf
Foto: Árbol de Letras
Aunque no está enteramente relacionada, porque esta novela es una biografía de otro personaje que se llamaba Alexander Von Humboldt quien no participó de lleno en la Expedición Botánica, si es un referente imprescindible para hablar de la flora y la fauna nacional. Von Humboldt hizo parte de otras expediciones que se llevaron a cabo años más adelante en este territorio, pero además recorrió la Amazonía, Venezuela, Perú y parte del sur de América Latina, haciendo experimentos que lo llevaron a encontrar especies increíbles.
‘Mutis Y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada’ – Villegas Editores
Foto: Villegas Editores
Bueno, pues este personaje fue el gestor de toda la genialidad que fue la Expedición Botánica, es imposible no incluir en esta lista su biografía. José Celestino Mutis era médico, botánico, geógrafo, matemático, astrónomo, físico y químico y le quedó tiempo para recorrer el país, sin muchas comodidades, con el único afán de ver que había más allá de las hojas de plátano que rodeaban las orillas del Río Magdalena.
La última correría del Sabio Mutis – Gonzalo España
Foto: Casa del Libro
Este es otro libro infantil. Con una portada preciosa de tucanes, piñas y azucenas este libro nos invita a dejarnos perder en la historia de la última expedición del Sabio Mutis. En 1807, con casi 76 años, a Mutis se le ocurre emprender un viaje que se convertiría en el último de su vida. Contada con un lenguaje que se deja leer corriendo, este libro narra ese viaje de Mutis en la búsqueda de las lenguas que ya hemos olvidado.
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