Portada y fotografías cortesía de Sara Acosta.
Colombia es un país diverso. Megadiverso es el término apropiado para dar una idea de la inmensa cantidad de especies de flora y fauna que habitan el país desde Punta Gallinas hasta la desembocadura de la Quebrada San Antonio del Río Amazonas.
Sin embargo, con frecuencia se ignora que sus grandes urbes sirven de hogar para múltiples especies de seres vivos como, en el caso de Bogotá, la ardilla de cola roja, el borugo, el tapir andino y la musaraña. Por eso, dos biólogos de la Universidad Nacional se pusieron a la tarea de ilustrarlos, descubrirlos, ubicarlos y darle la oportunidad a la gente de colorearlos.
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¿Cómo así? Pues con el lanzamiento de “Mamíferos de Bogotá y dónde encontrarlos”, un libro para colorear que recoge las especies más representativas de la fauna capitalina.
“Entre los dos surgió esta idea porque en Bogotá hay muchos animales que la gente no conoce. Aunque hay muchos más de los que pusimos en la cartilla, donde están los más representativos”, explica Sara Acosta.
Acosta es bióloga mastozoológica (o sea que estudia a los mamíferos) e ilustradora y su colega Rodrigo Mutis se especializa en ecología urbana, pero también diseña. Por eso, juntaron sus talentos y, desde febrero de este año, comenzaron a trabajar en el proyecto.
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“La idea es trabajar fuerte en educación ambiental, porque la gente de la ciudad no conoce lo que tiene y la conservación ambiental parte de que primero se debe conocer, para que las personas se apropien más de lo que tienen, como un proceso de sensibilización ambiental”.
Este proceso, cree Acosta, no ha sido suficiente porque parece que hay un cortocircuito entre el conocimiento que se genera desde los investigadores y la sociedad. “Los académicos se quedan discutiendo en sus esferas aisladas del resto de la sociedad y no trasladan su conocimiento a acciones concretas para beneficiar a su comunidad”. Este libro es un primer paso en la ruta de la divulgación.
Con esta idea, los autores le metieron garra y diente al proyecto que, aclara Acosta, fue completamente autogestionado. “De esto estamos muy orgullosos. Entre los dos hicimos toda la parte de la creación y edición del libro. Además, nosotros mismos escribimos los textos y todos tienen referencias bibliográficas”, explica.
Por eso se le midieron a hacer una vaca y ahora, con el libro publicado, están en la tarea de promoción, que no ha sido tan fácil.
“Tenemos el problema de que solo nos hemos movido por redes, entonces la venta de nuestro producto depende mucho de publicaciones, likes y es muy irregular. Estamos intentando crear una tienda virtual en Facebook, pero tenemos pocos seguidores”.
Mientras envían correos a las librerías para que acepten vender el libro, ya preparan el evento en vivo de lanzamiento del proyecto del que afirma Acosta que “es mucho más que mamíferos de bogotá, porque también habla de los ecosistemas, de las problemáticas que hay en estos y más cosas para aprender de biología”.
Por eso ya están preparando un segundo libro enfocado en las aves de la capital, motivado desde el mismo impulso social: "nuestro trabajo es educar a las personas para que el interés que tienen por defender el ambiente lo puedan fundamentar cada vez más con conocimientos científicos", afirma Acosta.
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