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Freddie Mercury: la leyenda continúa

Su voz está dentro los 100 grandes cantantes del siglo XX, según la Revista Rolling Stone. En su trayectoria se destacan 13 álbumes con Queen, uno en solitario y colaboraciones con David Bowie, en el álbum 'Hot Space' (1982) y con la soprano Montserrat Caballé, con quien interpretó 'Barcelona', en el marco de los Juegos Olímpicos de 1992.


Freddie Mercury con David Bowie interpretando 'Under Pressure'. Video: Queen Official

Freddie Mercury, cuyo nombre real era Farrokh Bulsara, murió el 24 de noviembre de 1991 a sus 45 años, a causa de bronconeumonía.

Postrado en su cama, al borde de la ceguera y casi sin poder hablar. Esta fue la última imagen que el mundo tuvo de Freddie Mercury antes de su muerte. Sus últimos días estuvieron marcados por una silenciosa atmósfera que esfumó la voz de una leyenda.

El cantante era portador del SIDA, virus que había contraído en 1987, una década declarada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos como la que dio inicio a una epidemia, en ese momento solo atribuída a los homosexuales y denominada por estos como Inmunodeficiencia Relacionada con Homosexuales (o GRID).

La vida del cantante estuvo marcada por el “exquisito desorden” y el libertinaje o, como aseguró en una entrevista, “una vida victoriana”. (1)

Quizás por eso organizaba fiestas épicas, como la del 31 de octubre de 1978. Una noche de Halloween en la que también celebraba el lanzamiento de su séptimo álbum de estudio con Queen: ‘Jazz’.

 [ Lee también: 'Bohemian Rhapsody', detrás de la vida de una leyenda]

Alcohol, sexo en público, cocaína, entre otros excesos, le dieron la denominación de una de las personas más alocadas de la historia de la música. El Fairmont Hotel de New Orleans fue el escenario. (2)

‘I Want to Break Free’, canta en su canción. Y eso, de lejos, era lo que Freddie quería, lo que necesitaba. Tal vez por eso escribía desnudo en la playa “porque le salía mejor” y también se atrevió a vestirse de mujer, no solo en un videoclip; también en el escenario. “Me gusta el cuero. Me gusta imaginarme que soy una pantera negra”, decía.


'I Want to Break Free'- Queen

Y es que para él, el escenario no solo se convertía en ese lugar en donde se conectaba con su público; era, además, un recinto en el que podía ser él mismo, su propio “desfile de modas” o, por lo menos, así lo afirmó durante un diálogo con la Revista Circus (1977).

Su amplio rango vocal e histriónica presencia en tarima lo convirtieron en una voz icónica de la música. Junto a Queen tocó la cima del estrellato con 13 álbumes de estudio, convirtiendo a las canciones 'You're My Best Friend’‘We Are the Champions’ y ‘Bohemian Rhapsody’ en himnos que sobrepasan generaciones -según la Revista Rolling Stone-.

¿Lo sabías? Freddie Mercury usó el mismo piano que Paul McCartney para tocar ‘Hey Jude’ (según NME).

Así como otras, también referentes, como ‘Stone Cold Crazy’, de su tercer álbum de estudio ‘Sheer Heart Attack’ (1974), ’39 perteneciente a ‘A Night at the Opera’ (1975) y ‘Somebody to Love’, de ‘A Day at the Races’ (1976).

“Me gusta que todo el mundo venga a escucharme y me mire cuando toco. Quizás es mi naturaleza, quizás es mi rol en la vida y nada va a detenerme, cariño”, dijo en una entrevista publicada en su canal oficial de YouTube.

Pero su faceta como solista también marcó un antes y un después en su carrera artística. El disco ‘Mr. Bad Guy’ fue grabado en los estudios Musicland de Múnich entre 1984 y 1985 y, con 11 tracks, logró conservar la esencia de Queen fusionada con toques de música disco.

Freddie Mercury: la leyenda continúa

Sin embargo, para Freddie su prioridad siempre fue su banda y hasta el final estuvo al frente de ésta.

La lenta agonía de sus últimos años

“Creo que ha sido correcto no publicar esta información hasta ahora para proteger la privacidad de quienes me rodean. Sin embargo, ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans de todo el mundo sepan la verdad. Espero que todos se unan a mis doctores y a todos los demás en el mundo que luchan contra esta terrible enfermedad”.

Con estas palabras, las sospechas de fans y medios de comunicación eran confirmadas: Freddie Mercury era portador de SIDA. Así lo afirmó en una declaración para los medios de comunicación, el 23 de noviembre de 1991.

Ahí aseguró, además, que continuaría con su política de no dar entrevistas; pero la prensa no tuvo tiempo para pedirlas, pues al día siguiente falleció.

Y es que además de su evidente deterioro físico, que dio de qué hablar en los Premios Brit, la banda no había anunciado una gira para la promoción de su disco ‘The Miracle’ (1989).

Fueron años dolorosos no solo para Freddie, también para los integrantes de Queen quienes se negaban a aceptar la enfermedad del vocalista y líder de la banda. Así lo aseguró el guitarrista, Brian May, en el libro biográfico: ‘Somebody to love: la vida, muerte y legado de Freddie Mercury’, coescrito por Matt Richards y Mark Langthorne.

"Sabíamos que estaba terriblemente enfermo, en realidad era solo una confirmación de lo que habíamos adivinado. Pero escucharlo fue algo espantoso. Durante mucho tiempo tratamos de decirnos que eran otras cosas", contó.

"Nunca pidió simpatía de nadie más. Era una persona muy fuerte y siempre le gustaba tener el control de su propio destino ", aseguró May a los autores del libro.

"No hubo drama ni lágrimas en sus ojos. Él era increíblemente autónomo. No sentimos que pudiéramos hablar de ello con nadie", agregó.

En su último álbum juntos, sus compañeros de banda fueron testigos de cómo el talento de un hombre como Freddie se nublaba por su enfermedad.

Durante las grabaciones de ‘Innuendo’, cuenta el libro, el cantante tuvo que tomarse una botella de vodka para anestesiar los dolores que le causaba su lenta agonía. Los integrantes de Queen pensaron, en un punto, no poder lograr terminarlo, pero Freddie lanzó una particular frase que también es el título de una canción ‘The Show Must Go On’.

“¿Quién quiere vivir para siempre?”, cantaba. Leyenda, ícono, inspiración. La voz de Freddie Mercury no murió con él. Detrás del monstruo que él mismo aseguró, había creado en el escenario, estaba el hombre emocional que siempre buscó el amor.

Y al final lo logró, pues Jim Hutton, su pareja con quien pasó los últimos momentos de su enfermedad lo acompañó hasta aquel 24 de noviembre de 1991, cuando su voz se apagó.

Marcó el fin de una era; más no de un legado. El 20 de abril de 1992, el Concierto Tributo a Freddie Mercury, en el Estadio de Wembley, rindió homenaje a una vida.

Concierto Tributo a Freddie Mercury.

¡El show debe continuar!

 

Fuentes:

(1) 'Freddie Mercury: His Life in His Own Words'. Greek Brooks.

(2) 'Is This the Real Life?: The Untold Story of Queen'. Mark Blake.

 

 

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