La historia registró en el 2000 la aparición de los primeros celulares que integraron una cámara fotográfica. Uno de ellos fue el J-SH04, de la compañía japonesa Sharp y J-Phone, que era capaz de tomar fotografías con una resolución de 0.1 megapíxeles para un display de 256 colores. El otro era el SCH-V200, de Samsung, que tenía una pantalla LCD TFT con una cámara digital de 0.35 megapíxeles.
18 años han pasado desde entonces, 18 años en los que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Por eso, hoy encontramos en el mercado celulares con cámaras de tan buena calidad que algunas personas las han utilizado para grabar películas completas en 4K, pues alcanzan resoluciones de hasta 20 megapíxeles.
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Tal vez uno de los más destacados es el Huawei P20, que fue lanzado por la compañía china el pasado abril. Este celular cuenta con una cámara frontal con 24 megapíxeles (16 megapíxeles fuera de China) y doble cámara posterior, que combinan el sensor monocromo con el sensor RGB.
Entre otras de sus funciones están el enfoque automático y la detección de movimiento por IA. Así el Huawei P20 captura mejores imágenes en condiciones de baja luminosidad y también más detalles en condiciones de buena luz, e imágenes perfectamente enfocadas de objetos en movimiento.
En términos prácticos, ¿qué ha cambiado?
Hace algunos décadas la fotografía era una actividad exclusiva de pocos. Y es que para tomar una foto, antes que nada, era necesario cargar una cámara. Además, el número de capturas estaba limitado según el rollo que se llevara y por eso se entendía que solo había una oportunidad, nada de hacer varias fotos, desde varios ángulos y con varias configuraciones, para ver cual salía mejor.
Con la industrialización de las cámaras integradas en los celulares todo eso cambió. La fotografía dejó de ser esa actividad lejana y empezó a acercarse a las personas, que gracias a la facilidad de tener siempre una cámara en la mano, se han interesado cada vez más por aprender a tomar fotos.
Un interés que también se debe las redes sociales. Plataformas como Instagram desataron el boom de la fotografía móvil social, convirtiendo a muchos en fotógrafos amateurs dispuestos a tomar fotos casi que de cualquier cosa (comida, eventos, viajes) para compartirlo en las redes.
Así se ha fortalecido la sensibilidad y el ojo fotográfico de muchos. De hecho, buenos fotógrafos han descubierto la fotografía gracias a la cámara del celular y han llegado muy lejos dentro de este mundo.
Bien lo escribió Carolina Musso en el artículo ‘¿La fotografía móvil es fotografía?’, publicado en el portal web El Blog del Fotógrafo: “hay un montón de fotógrafos escondidos en redes sociales como Instagram. Y, sinceramente, sí me emocionan y me hacen contemplar sus fotos durante más de dos segundos. Se merecen todos mis respetos. Aunque no disparen con réflex, aunque no entiendan de velocidades de disparo, de cortinillas de flash, anillos de inversión o distancias focales, pero saben de composición, de luz y de sensibilidad”.
La fotografía es más popular que nunca. Y, en ese sentido, hoy miles de personas en todo el mundo se inclinan a comprar celulares con cámaras con alta resolución. Se trata de tener fotos de calidad al alcance del bolsillo.
En LINK 2.0 sabemos que es necesario entender cómo, dónde y por qué interactuamos con la revolución digital, que va más allá de las redes sociales.
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