Héctor Mauricio Páez Cantor es un Ingeniero de Procesos y Técnico Textil que, a sus 55 años, ha sido galardonado cuatro veces en diferentes convocatorias como el Mejor Inventor Colombiano por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia en proyectos relacionados con el mejoramiento del medio ambiente. Actualmente está inscrito en más de 17 exposiciones a nivel mundial, dentro de los que se encuentra el concurso al premio de Mejor Inventor del Mundo, el Salón Internacional de Ginebra en Suiza y la Expo COVID en la feria de Dubái.
Este tapabocas, en el cual Páez lleva trabajando desde hace un par de años, se llama Green Face y está elaborado con tres diferentes capas de papel ecológico patentado y certificado con fibras de celulosa que cumplen una función antiviral. También contiene microsemillas de diferentes especies estudiadas para ese fin como: árbolesnativos y frutales, Tizanas, hortalizas entre otros, y nanopartículas de cobre y plata que eliminan aproximadamente 600 tipos de virus, incluyendo el COVID-19. Sus tapabocas también cuentan con un autoadhesivo acrílico atóxico que no genera ningún tipo de reacción alergia en la piel —es de quitar y poner con cordones de algodón o elásticos de látex que también son biodegradables—.
El entusiasmo ambiental en torno a Green Face viene por algunos de sus beneficios, que se ha puesto como objetivo principal reemplazar a los de un solo uso:
- Apenas termina su primer uso, el tapabocas se puede sembrar en la tierra. Con el respectivo cuidado, puede germinar.
- Con el material del tapabocas se puede fabricar otro elemento diferente como los trajes para los médicos o embalaje para bolsas desechables, hasta remplazar el mismo plástico.
- Si la persona desecha el tapabocas a la basura, y desea no sembrarlo, este se descompone pasados 3 meses, ya que su material es compostable y biodegradable, haciendo que no genere contaminación en el medio ambiente.
- Es ideal para conservar alimentos y carnes sin refrigeración, ya que su composición hace que no entren microorganismos o aire que generen su descomposición.
Foto: Proceso del tapabocas por Green Face .
Debido a la pandemia, la producción de desechos aumentó de manera significativa a nivel mundial, produciendo alrededor de 129.000 millones de tapabocas por mes, con ganancias que van en crecimiento alrededor de 166.000 millones de dólares. Así lo informa las cifras recolectadas por parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo y el comercio que estas mismas promueven. Ahora, si esa misa cifra fuera de este nuevo invento, serían 129.000 millones de plantas sembradas, que ayudarían con la reforestación del planeta.
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El sueño de Mauricio Páez y su equipo de trabajo es que esta idea pueda llegar a todos los rincones del mundo para mitigar el impacto ambiental que los elementos de bioseguridad están causando en el mundo. Su sueño es que ellos lo puedan producir y que, al conocer el proceso de elaboración de las materias primas, las puedan distribuir para que otras personas a nivel mundial también los puedan fabricar utilizando las semillas del lugar. Por otro lado, también venden los químicos para hacer el papel en las diferentes fábricas, y continuar con la producción.
Foto: cortesía de Green Face
Su precio, por el momento, va de $200 a $800 pesos, dependiendo de la semilla donde se vaya a distribuir y el diseño. Su mensaje: que podemos cuidarnos cuidando el planeta.
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