La empanada es un alimento tan apreciado en nuestra idiosincracia que quisimos conocer su origen y entender el porqué es tan importante para nuestro país.
No han sido pocas las discusiones entre países que se adjudican el origen de la empanada. Lo cierto es que, probablemente, ninguno haya tenido razón. La empanada como la conocemos llegó a América con la invasión española, pero la receta tampoco es de España.
De hecho, la receta nació más como una solución para conservar y transportar alimentos en la antigua Grecia y el imperio persa.
En ese entonces, las personas rellenaban los panes con distintas carnes y verduras. Esta práctica ha sido usual en distintos lugares del mundo, pero no sería sino hasta las invasiones árabes del siglo VIII que las empanadas comenzarían a tomar forma.
Lo más posible es que el plato como lo conocemos podría ser el resultado de una mezcla de cocina tradicional española con la árabe, en la que ya existían platos como las sfihas o los fatayes. Sin embargo, fue en España donde el plato alcanzó una gran popularidad que, con la invasión de América, también se impuso.
Con el tiempo, su uso se extendió por todo el continente, donde es un plato típico típico en Argentina y en Colombia donde, incluso, tiene un monumento en su honor en Caicedonia, Valle del Cauca.
“Amarillísima y amadísima empanada: serás eternamente nuestra pasión, porque te comimos, te comemos y siempre te comeremos”, reza la leyenda del monumento.
Pero no solo en América es un plato popular, preparaciones similares se conocen en otras partes del mundo, como el pastel de carne británico, el calzone italiano o los pirozhkis rusos.
¿Cuánto puede llegar a costar una empanada en Colombia?
Aunque el precio oscila entre los 1.000 y los 5.000, el 15 de febrero de 2019, todo el país reaccionó ante una empanada que le iba a costar al bogotano Stiven Claros, 883.000 pesos, pues la Policía lo multó por fomentar el comercio callejero. La noticia invadió al país e incluso se hicieron vacas por internet para ayudarle a pagar la empanada más cara del mundo. Afortunadamente, Claros apeló la decisión y no tuvo que pagar la multa.
Tipos de empanada
Para gustos, los colores. Si eres un fan acérrimo de la empanadita de pollo o carne con papita o arroz, te gusta lo clásico; si te gusta con jamón, queso y piña, champiñones y queso o salchichón, puede que te agrade probar nuevos sabores, y si fuera poco, también hay empanadas rellenas de bocadillo para aquellos que aman el dulce a cualquier hora del día.
Patrimonio gastroemocional de la humanidad
Si bien no podemos proclamar que es la comida más nutritiva de la pirámide alimenticia (parece ser responsable de algunas enfermedades como la gastritis o el colesterol alto), al menos podríamos afirmar que una empanada al año no hace daño. Además, su fácil preparación y su bajo precio permite que la mayoría de seres humanos podamos consumirla sin que se nos discrimine por billetera, tez o religión. Tal vez la empanada sea más democrática que los humanos.
Leyenda sobre la empanada en Colombia
En 1707, cuando nuestro territorio era más extenso y era llamado Nuevo Reino de Granada, Cristóbal de Gangotena y Jijón registró una curiosa historia protagonizada por don Cristóbal de Cevallos quien solía ver santos y vírgenes en objetos que estuvieran a su alrededor.
Con ocasión del día de San Cristóbal, Cevallos organizó un almuerzo e invitó a múltiples personalidades a su hogar, ya que era el oidor de la audiencia en Quito.
El menú consistía en arroz a la valenciana, carnes, vino, torta de pan y empanadas. El anfitrión estaba comiéndose una de estas últimas cuando gritó y agitó el papel que envolvía a la empanada ya extinta diciendo que una mancha de grasa homenajeaba a la figura de la Virgen llamando la atención, no solo de sus comensales sino de vecinos que al oír los coros de sorpresa, entraron a su morada. Duró más la exclamación de milagro que el pobre papel grasiento en resplandecer, pues, en un arrebato, el obispo Pedro Ladrón de Guevara se la quitó y quemó el objeto de veneración dando por terminada la reunión.
La empanada es tan bella, (tan bonita como una estrella) que cuenta también con un verbo: empanar. Según la Real Academia Española, significa “encerrar algo en masa o pan para cocerlo en el horno”.
Tal vez deberíamos incorporar a nuestro ya rico acervo idiomático este verbo para expresar nuestras emociones: Vamo’ a empanarnos, esa persona merece que la empanaden, o simplemente una exclamación: ¿Se empanó o qué?
Si alguna vez este símbolo del desarrollo de nuestra raza te ha salvado de morir de hambre en el trabajo, en la universidad, después de irte de fiesta o en una noche de lluvia, comparte esta empanada de la suerte para que no te falte nunca.
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