Un pájaro negro, tornasolado, que es a la vez sombra y reflejo del arcoíris. Con esta imagen empieza el primer disco larga duración del Supersón Frailejónico, un grupo conformado por ocho jóvenes rendidos ante los encantos de la niebla del páramo, de los pájaros que surcan sin reparos el viento y del festejo al interior de las montañas profundas de Colombia. También ante las músicas tradicionales que conectan al Cauca con Boyacá y los Santanderes y todas sus lagunas y páramos intermedios.
Se trata de un disco grabado y producido en Bogotá, pero que crea puentes al interior de ese país montañoso y alucinante, donde la poesía se erige como manera de resistir a la invasión destructiva del hombre. El trabajo fue posible gracias a Festi-mugre, Festina Lente Discos y *matik-matik.
Foto: Supersón Frailejónico Facebook
Entre coplas dedicadas al oso andino, el cusumbo, el puma, el gavilán, el roble, el arrayán y el labriego, el Supersón teje un dulce manifiesto sobre los humedales, los ríos y los arroyos con un mensaje ambiental y social claro: con agua y naturaleza ¿para qué queremos oro?
A ritmo de tiple, requinto, flautas, maracas, semillas, guacharaca, contrabajo, bombo, caja y quiribillo, el Supersón hurde con sutileza un mensaje amoroso sobre los insólitos personajes que habitan las montañas y los peligros subsecuentes del progreso. Un disco que abarca tanto la belleza indecible del páramo como la amenaza constante a la que la vida campesina se enfrenta.
En Resonantes estrenamos en exclusiva el primer videoclip del Supersón, 'Caminito de piedra', grabado en el páramo del Verjón, en el Parque Ecológico Matarredonda y en el Páramo de Cruz Verde.
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