Imagen: Pegatina Criolla.
En 1997 la banda Los Fabulosos Cadillacs mostró un quiebre en su historia. Con el disco 'Fabulosos Calavera', se conoció el trabajo de un grupo cuyos horizontes musicales no se alejaban de la alegría, pero no se desprendían tampoco de la crítica y la denuncia.
Este álbum fue el octavo de la banda y fue publicado de forma oficial el 29 de julio de 1997. En él participa Rubén Blades junto a Flavio Cianciarulo en ‘Hoy lloré canción’.
Con la canción 'Calaveras y diablitos' (que justamente es el octavo tema del álbum), los oídos del continente conocieron una pieza única que unía el ska de los sesenta de Jamaica con un aire de son cubano permeado por un tango difuminado en una tarantella. La alegría y la tristeza del continente se reflejaron en esta canción.
A través de ella, Kingston, La Habana, Buenos Aires, Marsella, Nueva Orleans y Nápoles convivieron en una pieza sonora que por más de dos décadas ha sido presentada en vivo y apreciada. Todas esas ciudades son puertos, a donde llegaron y de donde salieron personas, mercancías, ideas y sonidos que moldearon vidas.
Imagen: Pegatina Criolla.
Y Los Fabulosos Cadillacs son eso. El resultado de esa mezcla musical y humana que el Buenos Aires de los ochenta formó. Son una banda que se reunió para apreciar los sonidos de Blondie, The Specials, Madness, el ska de la primera y segunda ola, el reggae y el new wave sin frontera alguna. Pero son también la banda que tuvo oídos para el tango, la cumbia, el bolero, el vallenato y la salsa.
No olvidamos cómo, a través de diversas canciones, el continente y sus momentos históricos -que aún hoy ocurren- fueron narrados.
[En Cronografía] La música que marcó generaciones enteras
‘Calaveras y diablitos’, la letra
Imagen: Pegatina Criolla.
“Yo a vos no te creo nada
Cómo vos vas a creer en mí?
Universos de tierra y agua
Me alejan de vos
Las tumbas son para los muertos
Las flores para sentirse bien
La vida es para gozarla
La vida es para vivirla mejor
Calaveras y diablitos
Invaden mi corazón
Calaveras y diablitos
Invaden mi corazón
No quiero morir sin antes haber amado
Pero tampoco quiero morir de amor
Calaveras y diablitos
Invaden mi corazón
Yo a vos no te creo nada
Cómo vos vas a creer en mí
Universos de tierra y agua
Me alejan de vos
Las tumbas son para los muertos
Las flores para sentirse bien
La vida es para gozarla
La vida es para vivirla mejor
Calaveras y diablitos
Calaveras y diablitos
Calaveras y diablitos
Invaden mi corazón
Calaveras y diablitos”
'Calaveras y diablitos' es un himno a la supervivencia. Uno en el que se comprende que el amor y la muerte son tan individuales como colectivos. Por algo su video muestra figuras representativas del amor y la muerte como las calaveras o calacas de la tradición mexicana, y por algo es posible ver reminiscencias del arte ilustrativo de Buenos Aires, conocido como fileteado porteño.
Las calaveras y diablitos fueron también una reminiscencia de lo prohibidas que podían estar muchas cosas en los países de habla hispana.
Cuando esta canción se dio a conocer, América Latina tenía la fe y la incertidumbre a flor de piel. No se tenían gobiernos totalitarios o dictatoriales, pero las huellas de los daños de represión de los años 80 seguían vivas. De suficientes pesares y lágrimas estaba hecho el continente, así que en la música se encontró un modo certero de desgarrar la ira y limpiar el alma.
Imagen: Pegatina Criolla.
Es posible hacer una asociación de los Cadillacs con la música festiva y llena de colores, pero no puede dejarse atrás la capacidad que ella tiene de hacernos abrir la mente para darnos cuenta de qué tan injustos han sido nuestros gobiernos, cuando la sangre ha estado presente en campos y ciudades con ajusticiamientos y venganzas.
La banda que se que se hizo conocida por sus entretenidos sonidos de rock mestizo, con 'Calaveras y diablitos' escribió una página imborrable de historia del continente.
Imagen: Pegatina Criolla.
1997 fue un año en el que se buscaron respuestas que nunca llegaron. Pero fue además el momento en el cual la banda tuvo una presencia creativa sin par. Nunca antes se les había escuchado tan integrados, pero definitivamente tensos. Pasaron a ser una banda de las ligas mayores. Y sin duda, tuvieron una furia sonora en sus mentes. ¿O dónde más puede convivir la muerte y el amor, sino en esta canción hecha en Buenos Aires?
Mira también -> 'De música ligera', la canción de la despedida de Soda Stereo
Activa las notificaciones y mantente al tanto de los mejores contenidos de Canal Trece.