La primera vez que El Circo del Cónsul salía de Bogotá Camilo Rivera no podía de la dicha. La gente llegó a la Plaza de Gachancipá y se quedó para escuchar carranga, punk, rock, una banda marcial, ver a un comediante y compartir otras manifestaciones artísticas hechas en este municipio. Era su segunda fecha con esta propuesta musical errante que comenzaba a tomar forma y que nació bajo tres principios fundamentales:
- Darles una mano a las nuevas bandas
- No ser solo un festival de rockI
- Impulsar la libertad de expresión desde una nueva tarima con entrada gratuita
“¡Qué viva la independencia!”
Fue la frase de sentencia de Julián Mejía luego de esa jornada en la que sintieron que en realidad la gente salió contenta.
Esto es El Circo del Cónsul
Pa’l que quiera, pa’l que quepa (porque la tarima no es muy grande) y pa’l que sea serio y consistente. Esas son las consignas que tienen los integrantes de Consulado Popular al elegir a las bandas que se presentan a las convocatorias de cada fecha y en las que puede participar cualquier proyecto que tenga un componente artístico y que sea del lugar al que van. En Gachancipá, por ejemplo, tuvieron comediantes y grupos de baile tradicionales, pero por su tarima han pasado magos, youtubers, mimos, MC’s, freestylers, sonidos cristianos y hasta nombres que no son del agrado de Consulado Popular.
Haber hecho presencia en el Club Media Fest los convenció aún más de que la gente está interesada en diferentes cosas y que es necesario “meterle más rock and roll a los niños chiquitos porque les gustan más los youtubers que el rock”, como dice Camilo Rivera.
Que hablen los invitados…
A Los Makenzy les parece genial que un camión lleve música por todo el país. No Stories dice que es esperanzador que la música y el rock todavía puedan existir. Los Rolling Ruanas consideran que El Circo del Cónsul es una prueba de rock and roll al representar la esencia viva de tocar sin importar dónde y cómo. The Pinkers resalta su parte incluyente y La Mano de Parisi piensa que este festival le puede cambiar la vida a las personas. Esto por mencionar algunos de los comentarios de las bandas que han pasado por su tarima.
“Festivales hay muchos pero que apoyen la música nacional
y los grupos nacionales hay muy pocos”
Logan Portnoy – León Banda
Tener la experiencia de ser músicos y haber tocado en festivales les dio una idea de todo lo que no querían ser como gestores culturales o empresarios por lo que este evento ha intentado tener a todos felices -incluso cuando las cosas se salen de control-. En la tercera fecha tuvieron que lidiar para que la Policía no los multara, en Expo Cundinamarca un cambio de locación hizo que se les averiara una parte del sonido y en Neiva se les fue la luz al primer riff lo que retrasó una hora la programación. Pero han aprendido que no hay detalle pequeño y que cualquier exageración en cuanto a la seguridad o logística no es una exageración. Esto también les deja que hay unas producciones en las que son unos “tacaños y michicatos” y por lo que invitan a las agrupaciones a exigir un poco más.
Así se levanta El Circo del Cónsul
Acá no hay nada y está todo por hacer: Consulado Popular
“Las bandas estamos sufriendo por conseguir una banda de ensayo y nosotros tenemos ahora un camión tarima”, piensa James (el bajista) al hacer un repaso por todo lo que ha pasado con El Circo del Cónsul. Dejando las pretensiones al lado sienten que están construyendo un capítulo en la historia del rock nacional (si llegase a existir) y esperan seguir haciéndolo hasta que el óxido no acabe con su medio de transporte musical.
Siempre han sido aceitosos y les gusta protestar ante lo que les molesta de la industria de la música por eso prefieren hacer ellos mismos sus cosas y crear proyectos que demuestran que existe una forma diferente de promocionar una banda y ponerla en un buen lugar sin hacer la forma tradicional o sin ser un “lameculos”.
En el Bogotá Music Market firmaron dos contratos con las bandas Guarura y Emilia para exigir también a los compradores que asisten a esta rueda de negocios que no vengan solo a farandulear y ahora Consulado Popular está en el momento más activo que han tenido en su historia como agrupación (incluso más que cuando fueron número uno en Radioacktiva) lo que les indica que no van por mal camino.
“Nada más satisfactorio que pegar una banda porque uno la pegó”, opina Camilo Rivera. Por eso, aunque estar detrás del montaje implique un trabajo pesado, al ver todo armado y con las bandas en tarima es cuando dicen “esto está valiendo la pena”, añade Cruz.
Más sobre el mundo de Consulado Popular