Buenaventura estaba lleno de basura el año pasado cuando Carlos Llanos llegó de paseo. Este panorama no solo le incomodó, sino que le dio la idea de transformar sus máquinas con las que hace obleas y conos para hacer platos comestibles y biodegradables.
“Desde el viaje a Buenaventura se nos ocurrió transformar lo que ya sabíamos hacer en vasos, platos y cubiertos”, explica Llanos. Así, la empresa caleña Maquinnovación lleva más de un año haciendo platos a base de arroz (para los celíacos) y maíz que son totalmente comestibles. Además, tienen otra línea de platos compostables a base de hojas de palma o plátano.
Para hacerlos, Maquinnovación tuvo que diseñar una máquina completamente nueva y dedicada a este propósito. Ese proceso les tomó más de un año y solo hace tres meses han comenzado a comercializar estos nuevos productos. “Al principio no nos salía nada, pero ganó la persistencia”, afirma.
Esa persistencia, además, es el respiro que el planeta está necesitando, porque aunque los platos desechables de plástico son una solución rápida y cómoda, está demostrado que el uso indiscriminado de este material pone en riesgo ambiental a la Tierra. La mayoría de productos plásticos de un solo uso (como platos, botellas y bolsas) terminan en grandes cuerpos de agua también genera gases de efecto invernadero como metano y etileno, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Hawaii.
Además, el plástico se degrada en partículas diminutas, denominadas como microplástico (muy usadas en productos como detergentes). El micróplástico suele terminar en el océano, como alimento de peces y hasta en el agua potable, por lo que la revista Environmental Science and Technology determinó este año que una persona puede estar consumiendo entre 39.000 y 52.000 partículas al año y se han encontrado rastros en la nieve del Ártico.
El emprendimiento de Llanos sigue los pasos de la empresa india Bakeys, que nació en 2005 y se especializa en hacer cucharas comestibles hasta en tres sabores. A 2014 habían recaudado 20 millones de rupias y dos años después reunieron otros 18 con una campaña en KickStarter.
Nacieron pa’ semilla
Con esta idea en mente nació Lifepack, otra iniciativa caleña quiere que sus productos sean la semilla de un futuro más verde. Los esposos Claudia Barona y Andrés Benavides crearon Papelyco, un material único que no solo es biodegradable, sino que tiene semillas insertadas en las bases de sus bandejas, platos y vasos.
Estos productos, además, están diseñados a partir de corona de piñas y cáscaras de maíz que recuperan de las actividades de campesinos en la región, lo cual permite su descomposición en menos de un mes, muy alejado de los cerca de 500 años que tarda el plástico en degradarse.
Así, esperan aportar una solución amigable con el medio ambiente a la crisis de producción de basura que enfrenta el mundo pues, de acuerdo con un informe de 2019 de la organización Verisk Maplecroft, alcanza los 2.100 toneladas de desechos anualmente; y solamente el 16% de ese total es reciclado.
La idea es tan novedosa que fue seleccionada como una de las tres finalistas de los premios Viva Schmidheiny 2017 y ganó en los Seed Awards 2013 de las Naciones Unidas. Actualmente, sus productos se pueden conseguir en las principales ciudades del país, aunque pronto esperan abrir una nueva planta en Saint Louis, Missouri, con los 50.000 dólares que les otorga la beca Arch Grant, que ganaron en 2018.
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