Foto: Documental 'Francisco'
“María de Chiquinquirá y Pedro Claver nos invitan a trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata”: Francisco
Dos lanchas pesqueras y dos remos para pasar por los manglares que ya no están cristalinos gracias a las invasiones y a las construcciones que día a día ponen más cemento y dejan en el olvido a la Cartagena que los turistas y empresarios no ven desde hace décadas, la Cartagena desigual, la Cartagena humilde, la Cartagena que se levanta con un futuro incierto. Una historia de fe.
Don Álvaro ha sufrido en carne propia la violencia y aunque no quiso profundizar mucho en este tema, en sus ojos se notó la tristeza que sintió cuando le pregunté por su padre y su hijo fallecidos; pero la felicidad que se le nota cuando se le pregunta por el arte de la pesca, esa que logra opacar todo sentimiento de tristeza.
Es un pescador humilde, un hombre trabajador y un abuelo amoroso. Aquel que inculca a sus nietos la labor que le da el sustento a su familia y la felicidad de poder sentirse vivo y útil aún.
8 horas y media y una canasta donde tenía todo lo que había pescado fue lo que acompañó a Don Álvaro Torres en su naufragio.
Hace 7 años este pescador innato salió de su casa a las 5 de la mañana a la “faena”. La marea estaba alta y la brisa hacía que las olas golpearan con fuerza su lancha, que en ese entonces no tenía motor y era mucho más pequeña que la que tiene ahora. Con solo dos remos, después de casi dos horas de estar luchando para no “fracasar” en su labor, le fue imposible. Duró en el agua ocho horas y media aferrado a una nevera de icopor que minutos antes estaba llena de pescado pero que para poder salvarse tuvo que devolverlos al mar y utilizarla como flotador.
Perdió también la carnada que utilizó para obtener el pescado, los remos y la lancha que duró construyendo más de 4 meses.
Sus hijos, su esposa y sus nietos. Ese fue el pensamiento que siempre tuvo presente para no dejar de nadar durante ese tiempo. Con la garganta reseca y el cuerpo a punto de no responder más, llegó a tierra sin dinero, sin pescado pero con mucha fe, pues para él la patrona de todos los navegantes, “la Virgen de la Bahía o la Virgen del Carmen” fue quien lo ayudó a dar cada brazada en el mar.
“Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros la Virgen nos sostiene en sus brazos como a hijos queridos”: Francisco
El Papa Francisco, en su visita a Cartagena, bendijo a la Virgen del Carmen desde el aire. Más de 400 personas en 100 embarcaciones esperaban al Sumo Pontífice con banderas y globos para el homenaje a la ‘Patrona de los navegantes’, esa que hace algunos años fue destruida por un rayo, pero gracias a su reconstrucción recobró vigencia y es una de las esculturas más visitadas por los turistas.
Te invitamos a ver las memorias de la visita del Papa a Colombia en el documental #Francisco, a continuación: