‘Paisaje, naturaleza y territorio’: el nuevo ciclo expositivo del MAMBO

Las catástrofes ecológicas, el regreso al origen, lo natural y lo cósmico, el colonialismo, el conocimiento ancestral y los límites de la ciencia son algunas de las hebras temáticas que tejen el primer ciclo expositivo de 2021 del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), que se inaugura este jueves 25 de marzo.

La institución albergará tres exhibiciones simultáneas engranadas bajo el título Paisaje, naturaleza y territorio. Las primeras dos, Soñé que el paisaje me miraba, de Jessica Mitrani en colaboración con Alex Czetwertynski, y Arabidopsis Thaliana, de Ilona Jurkonytė y Santiago Reyes Villaveces, fueron las propuestas ganadoras de Efectos Secundarios, una convocatoria lanzada en 2020 por la institución, que invitó a artistas o realizadores audiovisuales de mediana o larga trayectoria “a investigar los efectos ambientales y sostenibles de nuestro presente incierto" a través de un nuevo trabajo que abordara, precisamente, la relación entre los tres ejes conceptuales que dan nombre al ciclo.

A estos dos se suma Regreso a la Maloca, del artista Miguel Ángel Rojas, una muestra que indaga sobre los efectos de la dominación colonial en las civilizaciones indígenas de la Amazonía colombiana y sus consecuencias en el presente: la manera como estas comunidades siguen siendo afectadas profundamente por el conflicto armado, el tráfico de drogas, el abandono estatal, el desplazamiento y la explotación de recursos ambientales.

Aquí les contamos en detalle sobre cada uno de los tres proyectos de este ciclo:

I. 'Regreso a la Maloca', de Miguel Ángel Rojas

“El tema principal de la exhibición refiere a la destrucción del equilibrio ecológico en el Amazonas, que incluye el bienestar y el desarrollo de las comunidades indígenas que habitan el lugar”, afirma el artista Miguel Ángel Rojas sobre su nueva exposición, El regreso a la Maloca. “Las industrias están corriendo las fronteras cada vez más de los territorios otrora plenos de vida y propicios para la vida humana. La conquista continua, de allí el título de una de las obras emblemáticas de la exposición: El nuevo dorado. No encuentro ninguna diferencia entre el saqueo y la expropiación que empezó hace cinco siglos con la conquista Europea en América: continúa más allá de los límites que marcaron las naciones establecidas poniendo en riesgo con ello, el futuro de la misma humanidad. Toda la situación me hace pensar que no hay regreso; que de alguna manera hay que integrar a las comunidades, su territorio y sus tradiciones a la cultura contemporánea mundial. No hay regreso a la maloca”.

Sueños raspachines (2007-2021). Miguel Ángel Rojas (Colombia, 1946). Cortesía del artista 

Tres nuevas obras comisionadas especialmente para esta exposición se presentan junto a otras que Rojas ha elaborado durante los últimos 25 años. Y, por primera vez en su carrera, algunas piezas están acompañadas de materiales de trabajo que revelan los procesos detrás de su producción artística. 

La primera obra inédita es Yari Yaguará. Regreso a la Maloca (2021), en la que Rojas hace referencia al territorio en donde la comunidad indígena Pijao fue trasladada por el gobierno nacional en los sesenta, desde su tierra nativa en el Tolima, ubicada en los Andes colombianos, hacia la Amazonía, y posteriormente, desplazada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el año 2004.

La segunda es Aquí estamos (2021), una piedra monumental que se asemeja a una formación rocosa localizada en la región de la Amazonía colombiana, en donde recientemente se descubrieron frescos rupestres del período neolítico. La pieza fue concebida para ser intervenida con huellas de manos en una acción colaborativa con niños y niñas que hacen parte de la comunidad indígena muisca asentada en Sesquilé. 

La tercera obra comisionada es Territorio de poder (2021), que está inspirada en el piso neoclásico de La Sala Nacional de las Estatuas del Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C., que fue asaltado recientemente. El piso es un elemento recurrente en el lenguaje plástico de Rojas. Grano (1980) fue el primero que realizó el artista en el MAMBO, reconstruyendo el patrón de los azulejos que tenía la casa donde creció, como homenaje a sus orígenes mestizos.  

El nuevo dorado (2018), Miguel Ángel Rojas (Colombia, 1946). Cortesía del artista 

Entre las obras de la exposición resaltan Economía salvaje y El nuevo dorado (2018), dos trabajos producidos para la 12va. Bienal de Shangai. En Regreso a la Maloca estarán expuestas por primera vez en Colombia. Rojas utiliza hojas de coca y capas de arcilla picada sobre laminilla de oro para referenciar el impacto que la deforestación de la tierra tiene en el cambio climático. El nuevo dorado son los recursos naturales del mundo: el aire, la tierra y la selva; los pulmones del planeta. 

La exposición estará abierta desde el 25 de marzo hasta el 8 de agosto.

II. ‘Soñé que el paisaje me miraba', de Jessica Mitrani en colaboración con Alex Czetwertynski

Soñé que el paisaje me miraba, de Jessica Mitrani en colaboración con Alex Czetwertynski, es una videoinstalación donde los artistas presentan un dispositivo óptico que invita al espectador a sumergirse en un viaje hipnótico suspendido entre la realidad y la ficción, y entre lo personal y lo público, gracias a una narrativa espontánea no lineal. 

Fotografía: escena de obra de video presentado en la muestra Soñé que el paisaje me miraba. Jessica Mitrani en colaboración con Alex Czetwertynski. Cortesía de la artista 

La instalación está compuesta por una proyección de tres videos sobre una estructura triangular que descansa en un cúmulo de tierra, cubriendo parcialmente las pantallas. La tierra proviene de la casa de la familia de Mitrani en Chía, lugar donde la artista pasó la mayor parte de su cuarentena el año pasado. Este material también sirve como superficie de proyección de imágenes de hongos en continua formación, deformación y transformación. 

“Este collage onírico incluye imágenes inéditas filmadas en paisajes de Chía, Cundinamarca, donde viví los primeros meses de pandemia. Estuve experimentando con estas ideas, haciendo danzas y cantos frente a una audiencia exclusivamente equina o tratando de capturar los espíritus de la madera. En una noche de luna planté la mata de mi cabellera en las orillas de un lago, esperando un retoño, o lo que me quisiera devolver la tierra”, cuenta la artista. “Estas experiencias me aportan una visión modificada de la realidad: una realidad en la que no hay separación tajante entre el mundo de los sueños y el mundo al que llamamos ‘real’, entre el mundo físico y el mundo cósmico, pues somos perecederos e inmortales”.

Fotografía: escena de obra de video presentado en la muestra Soñé que el paisaje me miraba. Jessica Mitrani en colaboración con Alex Czetwertynski. Cortesía de la artista 

Hábilmente, Mitrani configura un caleidoscopio con imágenes filmadas en Chía; mezcla imágenes de ella cantando a un grupo de caballos, o desprendiéndose de su cabello mientras lo entierra junto a un cuarzo, con fragmentos de la película holandesa From the Realm of Crystals, 1927, de Jan Cornelis Mol, en donde se muestran los procesos de cristalización de varios químicos. La artista edita y alterna estas imágenes con nuevas animaciones, como palmeras que caminan por la playa y rocas que respiran.

La exposición estará abierta desde el 25 de marzo hasta el 1 de agosto de 2021.

III. 'Arabidopsis Thaliana', de Ilona Jurkonytė y Santiago Reyes Villaveces

Arabidopsis Thaliana es una exposición que entrelaza una variedad de narrativas y registros: la ciencia ficción y una retórica —experiencial y especulativa— que evoca los legados de la Guerra Fría. El objetivo es cuestionar los límites y excesos de las visiones del mundo científico, que algunas veces resultan ser premonitorias de catástrofes cósmicas o ecológicas.

Fotograma de Arabidopsis Thaliana (2021). Santiago Reyes Villaveces e Ilona Jurkonyté. Cortesía de los artistas 

A partir de una investigación de archivo, Arabidopsis Thaliana es una instalación audiovisual que ofrece una reinterpretación de ese momento específico en la historia cuando el ecosistema tuvo la posibilidad de expandirse más allá de la Tierra. La obra recrea un programa de radio colombiano, imaginado en 1982, que juega con los tropos de la colonización y exploración del espacio mientras insinúa sus implicaciones geopolíticas en el país. Además, la narración también especula sobre los efectos secundarios del desbordamiento de la vida terrestre en el cosmos en un futuro próximo.

Santiago Reyes Villaveces e Ilona Jurkonyté indagan sobre el potencial de la expansión de las nociones de medio ambiente y del paisaje. Por medio de la instalación reinterpretan un momento específico de la historia planetaria: la germinación de un espécimen de la planta Arabidopsis thaliana y la producción de semillas en el espacio.

Fotograma de Arabidopsis Thaliana (2021). Santiago Reyes Villaveces e Ilona Jurkonyté. Cortesía de los artistas 

Como parte de la exposición, una Arabidopsis thaliana estará cultivada junto a la entrada del MAMBO, en la carrera sexta, y su crecimiento se transmitirá en vivo en el espacio expositivo y en canales digitales. Dicen los artistas: “Con Arabidopsis Thaliana le pedimos a nuestra audiencia que mire más allá de los discursos totalitarios y nacionalistas, y les invitamos a centrarse en las implicaciones materiales y discursivas que propicia el acontecimiento de llevar una planta al espacio exterior célula a célula, parafraseando la ilustre oración: ‘Una pequeña célula para Arabidopsis: un gran salto para todo el ecosistema’”.

La exposición estará abierta desde el 25 de marzo hasta el 1 de agosto.


Haz clic aquí para saber más del ciclo ‘Paisaje, naturaleza y territorio’ en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO).

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