'Monos', del director colombo ecuatoriano Alejandro Landes, acaba de ser nominada en los Premios Goya como 'Mejor película iberoamericana, junto a filmes de Argentina, Chile y Costa Rica.
Para Alejandro, el rodaje “fue una montaña rusa”, ires y venires en locaciones difíciles como el Páramo de Chingaza y el Río Samaná. Los actores nunca usaron dobles de riesgo y vivieron experiencias extremas, cosa que los llevó a asentarse en sus papeles con más fuerza. Parafraseando a Alejandro, estar en la selva profunda los conduce a sensibilizarse con el fondo del agua, con el fuego, el aire, el barro. Viajar en helicóptero, en kayak y en mula para llegar a los escenarios es vivir ‘Monos’.
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El colombo-estadounidense Moisés Arias es uno de esos actores, reconocido por su papel de ‘Rico Suave’ en la serie ‘Hannah Montana’. Para un ‘hollywoodense’ como él, quien ha trabajado con Pearl Jam y los Jonas Brothers, grabar ‘Monos’ debería ser una experiencia cómoda y versátil, pero no fue tan sencillo, como lo dice con sus propias palabras: "durmiendo en carpas, teniendo una vida muy militar, todo el equipo vivio situaciones muy extremas y muy reales".
Sofía Buenaventura interpreta a ‘Rambo’, uno de los personajes más llamativos. No se termina de reconocer si Rambo es un chico o una chica, pero para Sofía no importa porque es solo un adolescente que está ahí, viendo como encajar en el mundo. Ese papel la identificó fuertemente, porque en su vida personal pasa igual, no se siente identificada con el género masculino o femenino.
A pesar de ser local, ‘Monos’ también representa lo particular del individuo en cualquier parte del mundo, una historia que va a lo profundo del alma humana. Para ‘El Flaco’ Solórzano, presente en la premier del filme “es un viaje fuertísimo, los personajes son contundentes, las relaciones son muy claras, el sonido es magnífico y la mezcla de sonidos es impresionante”.
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A fin de cuentas, la adolescencia y sus pasiones son el eje central que mueve la historia. Niños que juegan a la guerra sin saber de sus peligros, mientras que experimentan el amor, la sexualidad, el miedo profundo de la conciencia y el éxtasis, arrojados a la fuerza y el poder de la madre naturaleza.
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