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Marduk en Colombia, organizadores anuncian la cancelación del concierto en Bogotá

Foto: (CC BY-SA 3.0)

En 2018, la agrupación sueca de black metal Marduk lanzó su gira por Latinoamérica, de la que Colombia hacía parte. Las ciudades elegidas para las presentaciones: Pasto y Bogotá, el 3 y 5 de octubre respectivamente. Ésta se convierte en su quinta visita al país.

Ante el anuncio, el concejal de familia Marco Fidel Ramírez emprendió una cruzada para impedir la presentación de los músicos, por considerar sus letras como “blasfemas”.

“Levantemos la voz para que esta banda satánica no venga a nuestro país”, aseguró en su cuenta de Twitter. Además invitó a los seguidores de la iniciativa a pronunciarse en esta red social usando el numeral #MardukFueraDeColombia. 

Ramírez también interpuso una tutela para evitar la realización del evento. El pasado jueves 27 de septiembre, el Secretario Distrital de Gobierno, Miguel Uribe, aseguró que el lugar designado para el show, Ace of Spades, no cumplía con requisitos mínimos."No será posible la realización del evento por la suspensión temporal de la actividad del establecimiento por falta de los requisitos de la Ley 1801 de 2016”, explicó a través de una comunicación vía Twitter.

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Según contó, el lugar no cumplía, entre otros, con un tema de derechos de autor y que por tanto, sería sellado durante 10 días.

Declaraciones que Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, confirmó.

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Aunque los organizadores hicieron lo posible por darle continuidad a la presentación, finalmente, horas antes de su realización en Bogotá este 5 de octubre, enviaron un mensaje en su cuenta de Facebook:

Marduk en Colombia, organizadores anuncian la cancelación del concierto en Bogotá

 

No es la primera vez

En mayo de este año, un show de los suecos tuvo que ser cancelado en Polonia, debido a la presión del Partido Político Cristiano Polaco, cuyos miembros exigieron que la presentación fuera cancelada debido a sus creencias satánicas. Ante la negativa del lugar en donde se llevaría a cabo el evento, integrantes del partido político irrumpieron en el establecimiento y extrajeron un medidor de agua, por lo que no fue posible llevar a cabo el concierto.

Esto, teniendo en cuenta que un mes antes ocurrió la misma situación en Oakland (California), esta vez por acusaciones a la agrupación de antisemitas y con pensamientos afines a los nazis. El Oakland Metro Operahouse -lugar del evento- canceló el show por razones de seguridad. Ante la decisión, el guitarrista y líder de Marduk, Morgan Steinmeiyer, aseguró que fue "una exageración fuera de toda proporción".

Censuras, polémicas, otros casos de la música

Es en estos momentos en los que recordamos sonados casos de discusiones morales entre artistas, productores, disqueras, periodistas, entre otros, en contra de representantes de distintas corrientes políticas o religiosas de la sociedad. Como el de Madonna quien en 1992 lanzó su quinto álbum de estudio ‘Erotica’, acompañado del videoclip del mismo nombre y el libro de fotografías ‘Sex’ que fueron censurados en momentos en los que Prince irrumpía en los escenarios vistiendo medias de malla… o en 1970 cuando la discográfica Decca obligó, por contrato, a Los Rolling Stones a grabar una canción más, para poder disolver la relación que los ataba a dicha disquera y resultó la recordada ‘Cocksucker Blues’, canción que cuenta la historia de un adolescente recién llegado a Londres que se ve obligado a prostituirse. La compañía discográfica no la editó oficialmente sino hasta 1983.

Dos años después, el virtuoso Frank Zappa se enfrentó a las ‘Señoras de Washington’ en un recordado caso que llevó a toda la industria musical y la sociedad a debatir sobre los límites morales de las expresiones artísticas.

Tipper Gore, esposa de un joven senador por Tennessee, Al Gore, le regaló a su hija de once años de edad el disco ‘Purple Rain’ de Prince y al escuchar el tema ‘Darling Nikki’, que hace una clara referencia a la masturbación, convocó a sus amigas -casualmente esposas de personalidades de Washington- y crearon el Parents Music Resource Center (PMRC) que en poco tiempo se convirtió en un poderoso lobby. Las Mothers of Prevention, como las bautizara Zappa, y su PMRC, se propusieron un objetivo claro: "acabar con la inmoralidad del rock moderno", que estaba, según ellas, corrompiendo a los jóvenes norteamericanos. Crearon una codificación para clasificar las músicas así:

X canciones blasfemas o sexualmente explícitas
V canciones violentas
D/A canciones que invitaban al consumo de drogas y alcohol
O canciones con contenido "oculto"

La PMCR quería que así como la industria cinematográfica lo hacía con las películas, la industria musical calificara las canciones aptas o no para menores. Es así como el 19 de septiembre de 1985 una comisión del Senado Norteamericano citó a las Mothers of Prevention y a algunos músicos entre los que estaban Dee Snider de Twisted Sisters y Frank Zappa, quien en una memorable actuación (no musical) frente a decenas de medios de comunicación y periodistas no solo defendió la Primera Enmienda de la Constitución Política de Estados Unidos, que habla sobre la libertad de expresión y de culto entre otras, sino habló sobre con gran elocuencia sobre la organización de la industria musical y sus relaciones de poder. Y terminó desmontando una a uno a uno los alegatos de la PMCR de forma magistral, no solo defendiendo la libertad de expresión sino también haciendo un análisis de la industria musical que por ese entonces producía más de 25 mil canciones al año lo que significaría la creación de una entidad demasiado grande para la revisión de tal cantidad de contenido.

Es importante recordar el panorama de la industria musical en ese entonces: se comenzaba a sufrir por la copia indiscriminada en casete de trabajos originales, lo que suponía que cada copia era igual a una venta menos de un disco, es por ello que le apostaron fuertemente a la introducción en el mercado del CD, un nuevo formato que llegó un año antes (1982) a Japón. También, la industria musical en cabeza de las casas discográficas estaban, presionando por la aprobación de una ley que introducía un impuesto a los aparatos grabadores de audio y a los casetes vírgenes.

Por otro lado, volviendo a Zappa en su discurso y desde el punto de vista cualitativo, planteó el hipotético caso de la clasificación de los artistas con sus movimientos, bailes o letras: si algún miembro de una agrupación musical se movía con su guitarra de forma "X" o insinuaba con la forma de interpretar un instrumento algo "D/A" y los coristas cantaban letras de tipo "V" las discográficas tenían que dejar sin trabajo a ¿quién?, y esto con los posibles problemas legales que llevaba.

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Por último, argumenta Zappa, a diferencia de la industria del cine, en la industria musical los artistas presentan sus obras a título propio y no como los actores que su trabajo es fingir; esto significaría una posible afectación del músico en la consecución de futuros trabajos, concluyendo una vez más que la libertad de escoger es un derecho inalienable de cada ser humano.

Pasados los meses, todo terminó en que a principios de los años 90 los discos musicales que temían algún tipo de contenido explícito debían llevar una etiqueta que decía 'Parental Advisory – Explicit Content' que no hizo más que disparar las ventas de aquellos trabajos musicales que la recibían en su portada. El mismo Zappa la recibió en su trabajo musical ‘Jazz From Hell’ -disco instrumental- por tener "contenido explícito en las letras", trabajo por el que además recibió un Grammy.

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