«Libertad de Prensa no es hablar de lo que me dé la gana”: Adriana Álvarez editorial Toma El Control

Ser periodista no viene con pase libre para hacer y decir lo que queramos. Al contrario, todo lo que decimos debe estar respaldado, debe contener la investigación previa que sustente lo que informamos o, de lo contrario, incurrimos en varios delitos. Lee también ¿TDT? ¿Yo sí sé?, editorial Toma El Control Primero tengamos claro que la libertad de expresión es un derecho fundamental consagrado por el artículo 19 de La Declaración Universal de los Derechos Humanos y en nuestro medio, Colombia, por el artículo 20 constitucional. Es decir, no es de uso exclusivo de los medios de comunicación y todos somos libres de expresarnos pero, como resaltaba el filósofo literato francés Jean Paul Sartre, "Mi libertad se termina donde empieza la de los demás".

Esa libertad comprende los derechos al pensamiento libre, la libertad de comunicar ese pensamiento, la libertad de informar y ser informado, sin ser por ello sujeto de persecución alguna.

De allí se deriva la libertad de prensa que como el general de expresión "ha de ser libre pero responsable" lo cual indica que se debe usar sindéresis, objetividad, honestidad y respeto por los desechos de los demás. La libertad de prensa está sometida a grandes peligros y retos en su aplicación objetiva. Los más notorios son la censura (y lo más grave la auto censura), la manipulación oficial y privada de los medios, la presión y amenaza directa contra los periodistas y la concentración de los mismos en grupos de poder o de tensión porque amañan los hechos en beneficio de sus intereses.

Medios oficiales independientes con presupuesto propio para que no estén sometidos a la orientación y manipulación del gobierno de turno, también tienen sus enemigos.

Con la llegada de las redes sociales, se abrió esa caja de Pandora que permite que cualquiera diga lo que quiera escondido tras una pantalla o usando datos falsos solo para generar esa duda venenosa que puede volverse incluso viral. De allí la importancia de no tragar entero, de siempre verificar, revisar con un par de clics si en efecto aquello que se dice es cierto, no nos limitemos a compartir lo que está de moda sin entender sus consecuencias, Por eso siempre invito a que participen, a que denuncien y nos cuenten cuando creen que ese derecho se ve vulnerado, no estamos solos. Tenemos las herramientas, ¡hagamos buen uso de ellas! Tengamos claro que podemos Tomar el control y no permitir que caigamos en ese triste caso de esponja que absorbe sin reparos cualquier cosa. Aprovechemos las redes para sacarles el mejor provecho, ser solidarios, correctos, mostrar esa ventana que a veces queda obviada y olvidada.

Adriana Álvarez, defensora de la audiencia.

Si quieren repetir los capítulos de #TomaElControl, los pueden ver #EnYoutube.

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