La transgresiva humanidad de Paz Errázuriz llegó al MAMU

Burdeles, centros psiquiátricos, asilos, clubes de boxeo. Luchadores, artistas de circo, prostitutas, matarifes magallánicos. Personas de distinta edad y de diferentes condiciones sociales: ciegos, alcohólicos, mendigos, enfermos mentales. De estos espacios periféricos y de sujetos que han puesto contra las cuerdas el orden social está llena la obra fotográfica de la chilena Paz Errázuriz (Santiago de Chile, 1944), una de las artistas más importantes del continente, que desde el pasado 1 de abril ocupa el tercer piso del Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) del Banco de la República en Bogotá.

La exposición Paz Errázuriz. Colecciones de la Fundación MAPFRE, integrada por 172 de sus fotografías y dos videos adquiridos por la Fundación MAPFRE en 2018, es un recorrido por sus más de cuarenta años de trabajo y está estructurada de manera cronológica en diez momentos que, al tiempo que construyen una mirada histórica, permiten acercarse a la diversidad temática compuesta por conjuntos de imágenes que la fotógrafa chilena ha ido organizando desde los años setenta hasta la actualidad. 

La retrospectiva toma como punto de partida desde cuando Errázuriz comenzó con sus registros de las marginalidades chilenas en los setenta, durante la dictadura de Augusto Pinochet. En ese entonces, su trabajo con las cámaras le permitió sobrellevar la censura y represión de una época en la que, por sus intereses, transgredió las reglas del régimen militar y se adentró en ambientes no aceptados por los parámetros sociales dominantes. 

A menudo sus proyectos han supuesto un desafío de las reglas de esos regímenes por atreverse a poner el ojo sobre lugares proscritos por las matrices morales imperantes: prostíbulos, centros de reclusión para personas con desórdenes de salud mental, clubes de boxeo donde las mujeres no eran bien recibidas y, en general, espacios donde predomina un encierro o confinamiento físico y político. En ellos, sus poéticas imágenes, todas desde un trabajado contraste en blanco y negro, parecen buscar comportamientos singulares y formas de resistencia ante las normas impuestas.

Macarena, Santiago, de la serie La manzana de Adán, 1987. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados. Todas las fotos: cortesía Banco de la República

Aunque participó y fue socia fundadora de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), creada en 1981, como subraya el equipo curatorial, Errázuriz no siguió una formación reglamentada en fotografía. Su relación con esta técnica la aprendió con el tiempo, en el terreno y, también, a medida que viajaba. Una fotógrafa caminante ha sido: su cámara se ha paseado por una vasta geografía (tanto en su sentido territorial como en su sentido humano) a través de diferentes lugares de su país, desde la Patagonia, el Chile central y Talca, hasta Valparaíso y su natal Santiago. 

No son, sin embargo, los paisajes o el entorno natural lo que ha llamado su atención en esos periplos, sino los individuos que habitan en esos lugares y las historias personales o colectivas que las envuelven. Indagar en esas vidas con respeto ha sido una de las constantes de su trabajo. Por ello, el vínculo que Errázuriz ha forjado con las personas que ha conocido es capital para entender sus procesos de creación. La artista, en repetidas ocasiones, ha ido y regresado a un mismo lugar a lo largo de los años para ganarse la confianza de sus habitantes, como sucedió con los miembros de la etnia kawésqar en la isla Wellington, protagonistas de varias series presentadas la exposición. 

Mago Karman, de la serie El circo,1988, Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

En sus imágenes se muestra una curiosidad insatisfecha hacia la vulnerabilidad de la condición humana y la fragilidad de un segmento de la población que ha sido históricamente estigmatizado e invisibilizado. Sus fotos, por la que ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera, como el Premio Nacional de Bellas Artes de Chile en 2017, y con las que representó a su país en la prestigiosa Bienal de Venecia de 2015, nos enfrentan al espejo de los tabúes de una sociedad privada de libertades —en su caso, la chilena, como reflejo casi vivo de episodios de nuestra propia historia—, hasta tiempos más recientes con el restablecimiento de la democracia.

Esta primera retrospectiva de la chilena en Colombia, que estará abierta hasta el 9 de agosto en el MAMU, se encuentra narrada espacialmente en diez momentos o temáticas. Aquí una breve mirada a cada uno de ellos:

Agentes y espacios del devenir social

Sus inicios en el mundo de la fotografía estuvieron enmarcados en una época de incertidumbre e inseguridad para los que no fueron partidarios del régimen. La dictadura imponía una total censura y estar en la calle con una cámara suponía un gran riesgo, mucho más para una mujer. Sin embargo, en estos años de represión Errázuriz volcó su atención en capturar con su lente el modo de vida de los seres marginados y abandonados en la pobreza que se pueden ver en su serie Los dormidos. Además, para 1980, realizó su primera exposición individual titulada Personas, que se llevó a cabo en el Instituto Chileno-Norteamericano de Santiago. Un año después fundó la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), junto a algunos de sus compañeros.

Compadres, Santiago, de la serie Personas, 1987. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

Las edades de la vida (y la muerte)

Esta sección reúne obras de un amplio periodo que comprende los años ochenta hasta los inicios del siglo XXI. Con el tiempo como hilo conductor, Errázuriz incluye un video hecho en el 2004 a partir de fotografías de su hijo Tomás hechas durante 4 años (1986 y 1990), remarcando así la idea de continuidad y ritmo visual. Esta sección reúne también una mirada crítica a la infantilización y al descuido con los ancianos obligados a trabajar. Se destacan además las series Cuerpos y Tango, en donde satiriza el culto a la belleza actual al mostrar la desnudez en cuerpos de edad avanzada. La sección finaliza con la serie Memento mori, tomada en un cementerio de Santiago.

Reclusión

Durante la dictadura fueron muchas las personas privadas de su libertad, esto motivó a Errázuriz a visitar en reiteradas ocasiones el hospital psiquiátrico Philippe Pinel de Putaendo a doscientos kilómetros de Santiago, de esas visitas resultaron dos series: El infarto del alma (1992-1994), en donde muestra los vínculos afectivos, el cariño y la ternura que se tejen entre los individuos retratados, alejándose de una visión condescendiente, y Antesala de un desnudo (1999), serie con la que la fotógrafa vuelve a este universo de una manera más crítica para mostrar la brutalidad del sistema carcelario.

Baño X, de la serie Antesala de un desnudo, 1999. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

Lucha y resistencia

El interés de la fotógrafa por la lucha por los derechos humanos se hace tangible en esta serie en la que documenta huelgas, manifestaciones y protestas, centrándose en la lucha de la mujer como se puede apreciar en la serie Mujeres de Chile (1992), donde retrata a mujeres invisibilizadas como una maestra rural, una recolectora de carbón y una mujer buzo.

El sexo, instrumento de supervivencia

La prostitución femenina ha sido otro de los temas de interés para Paz Errázuriz, quien ha logrado plasmar por medio de sus fotos esa relación de confianza que logra con las trabajadoras sexuales, de aquí se destaca la serie Prostíbulos (1999-2002). Así mismo, otro de sus trabajos, en el que vinculó a hombres que se travestían y prostituían en distintos burdeles de Santiago y Talca, dio origen a la serie Manzana de Adán, en la que muestra a sus protagonistas, las calles y los preparativos para la noche. Esta sección también incluye uno de sus trabajos más recientes en el que explora con la fotografía a color en un prostíbulo al norte de Chile. La serie se denomina Muñecas, Frontera Chile-Perú, 2014.

Evelyn I, Santiago, de la serie La manzana de Adán, 1987. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

Impedimentos de la mirada

En 2003 inició su serie Ceguera, aún no concluida, en la que fotografía a invidentes que saben que están siendo retratados. Esta sección también acoge la serie que tomó en un poblado de El Calvario, cerca de la localidad de Paredones, en la VI región de Chile y a la que nombró La luz que me ciega (2010), en donde retrata a una familia con una enfermedad congénita llamada acromatopsia donde la realidad se ve a blanco y negro.

La desaparición de una etnia

Conocer a Fresia Alessandri Baker o Jérwar-asáwer, en lengua kawésqar, hizo que en 1992 Paz Errázuriz diera un giro a la serie Mujeres de Chile y la trasladara a su hábitat en la costa de los archipiélagos de la Patagonia occidental, allí logró integrarse con la cotidianidad de una comunidad envejecida que está en proceso de extinción y producir la serie Los nómadas del mar.

Atáp, Ester Edén Wellington, Puerto Edén, de la serie Los nómadas del mar, 1995. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

Fortaleza y debilidad

En 1987 Paz Errázuriz quiso explorar un mundo tan masculino como el del boxeo, aunque fue difícil ingresar por las prohibiciones de la época en la Federación Chilena de Boxeo pudo hacer la serie El combate contra el ángel (1987), donde retrató a hombres con un aspecto tan vulnerable que hace dudar de la victoria a la que aspiran.

El circo

En esta sección la fotógrafa chilena retrata la cotidianidad de la vida en los circos que no tienen grandes recursos y en donde sus personajes luchan para sobrevivir muy lejos del estrellato. La serie se aparta de las visiones estereotipadas y coloristas de los circos y se centra en la vida misma de sus protagonistas.

Exéresis

Única serie realizada en 2004 en la que Paz Errázuriz reflexiona sobre la masculinidad desfigurada por medio de imágenes muy encuadradas, inusuales en su trabajo, que muestran estatuas de hombres con afectaciones en la zona genital y hacia donde se concentra la atención porque en lugar de órganos completos hay cavidades, penes extirpados o simples vestigios.

Exéresis I, de la serie Exéresis, 2004. Colecciones Fundación MAPFRE. © Paz Errázuriz cortesía de la artista © Derechos Reservados

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Hasta el 9 de agosto, visita la exposición ‘Paz Errázuriz. Colecciones de la Fundación MAPFRE’ en el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) del Banco de la República en Bogotá con reserva previa. Puedes asistir de lunes a jueves (con excepción de los martes) de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., viernes y sábado de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. y los domingos de 10:00 a. m. a 5:00 p. m. Agenda tu visita haciendo clic aquí

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