Tras el robo de la estatua que se dio hace pocos días en el Parque Arqueológico de San Agustín, han surgido nuevas voces que se suman a la discusión en torno a la extracción de las mismas de su territorio.
Entre ellas encontramos a Marta Gil y David Dellenback, una pareja de activistas que viven muy cerca al Parque, a las afueras de San Agustín, cerca también del Resguardo indígena de los Yanacona. Ellos argumentan que su misión, si así se le puede llamar, se relaciona con la excavación arqueológica que adelantó más de un centenar de años atrás Konrad Theodor Preuss, donde 30 estatuas fueron llevadas hasta Alemania, para ser expuestas en el Museo Etnológico de Berlín.
Su aventura comenzó cuando David llegó mochileando a San Agustín en los setentas, aún sin hablar español. Según él desde su llegada sintió una gran conexión con el territorio, y desde entonces junto a su esposa sueñan con traer de regreso a las estatuas al suelo al que pertenecen.
Más allá de tratarse de un hecho idealista o filantrópico, la intención de personajes como ellos que hacen parte de la región abre una nueva discusión en torno al patrimonio y la conservación, que es uno de los argumentos más fuertes de los lugareños e indígenas que han permanecido por miles de año en la región.
En medio de las discusiones en torno al tema, gracias a la investigación realizada por parte del equipo periodístico de la Revista Día, se descubrió que el presunto culpable del robo de la estatua ‘El pájaro’ sería Pedro Chikangana, el mismo líder indígena que en días anteriores lideró la oposición al evento y que hoy se encuentra en manos de las autoridades para proceder con su judicialización.
Natalia Bastidas, Reportera Y.
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