El páramo del departamento de Huila es el hogar de una de las especies emblemáticas de la fauna colombiana. Un mamífero de gran tamaño que habita diferentes regiones del país es una de las especies que se encuentran en peligro de extinción.
El oso de anteojos es ese guardián de los páramos y se ha convertido en una ‘especie sombrilla’, es decir, es uno de los protectores de otras especies de flora y fauna de aquellas regiones en dónde habita.
Imagen: Captura de pantalla Especies
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Sin embargo, no solamente el conflicto armado colombiano ha sido una amenaza para el oso andino. Si bien en medio de la violencia de grupos al margen de la ley se dio la quema, fumigación y deforestación del bosque, refugio de esta especie, para la siembra de cultivos ilícitos, no ha sido ésta la única amenaza.
El oso de anteojos es también uno de los animales más cazados de la región. Los cazadores lo han visto como un producto de comercialización, no solamente su carne para el consumo sino diferentes partes de su cuerpo a las que se les ha adjudicado poderes místicos.
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El postconflicto representa un dilema para la fauna y flora, pues puede ser un nuevo camino para la protección de ciertas especies y también puede significar una amenaza. De cierta manera, en medio de la guerra hubo zonas a las que el hombre no tenía acceso lo que salvaguardo un poco a la biodiversidad, por tal razón, resulta fundamental que en estas épocas de postconflicto se aúnen esfuerzos en la defensa de estas especies que pueden estar expuestas a nuevos riesgos.
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