La marca de la guerra y la avaricia se siente en los ecosistemas, muestra de ello son las millones de hectáreas de biodiversidad que cedieron su lugar a los cultivos ilícitos de coca que daban el sustento a miles de familias que veían en estas plantaciones el sustento en épocas de violencia y abandono por parte del Estado.
El cultivo de coca se convirtió en la actividad más rentable del departamento de Guaviare, ofreciéndoles a los campesinos y a personas provenientes de otros departamentos, un ingreso importante que les ayudara a salir su crisis económica.
Debido a la rentabilidad del negocio, cultivos como arroz, cacao, caña, fríjol, maíz, palma aceitera, plátano, soya y yuca fueron descartados por los campesinos, y cómo no va a pasar si el cargamento de cocaína tenía un costo aproximado, de 870 millones de pesos en el puerto marítimo de Buenaventura y adquiriera un valor superior a los 6,5 millones de dólares al llegar al destino final.
En este episodio de ‘Especies’ Antonio Castañeda busca retratar con su lente el esfuerzo de investigadores del Instituto Sinchi por llevar a cabo, en San José del Guaviare, un ambicioso proyecto de reforestación en una de las zonas más afectadas por la tala de bosques nativos y la siembra de cultivos ilícitos.
Este nuevo plan propone reemplazar los cultivos ilícitos tan populares en esta región, por otros cultivos que brinden una opción sostenible para los campesinos; ante esta propuesta muchos se muestran incrédulos.
En este proyecto, se enseña a los pobladores de la zona sobre el valor de la preservación de las especies de bosque y se les capacita en su cuidado y siembra como proyecto productivo, convirtiéndose esto en una alternativa económica en un contexto de posconflicto.
Queda en el futuro cercano la posibilidad de cambiar los cultivos ilícitos por otros que incentiven la biodiversidad en un escenario de posconflicto.
No se pierdan esta expedición por las ‘Especies’ de Colombia