La espesa selva de América del Sur se extiende por casi todos los países que la componen. Una selva que ha sido testigo de la historia que ha corrido por estas tierras. En la literatura latinoamericana esa selva ha sido personaje más que escenario, y en varias ocasiones ha sido protagonista.
Hoy 19 de febrero conmemoramos el nacimiento y la muerte de dos de los grandes escritores latinoamericanos cuyos trabajos estuvieron fuertemente influenciados por la presencia de la selva como una entidad viva y activa.
En 1888 nació José Eustasio Rivera, el colombiano nacido en la ciudad de Neiva fue el creador de ‘La Vorágine’, esa novela que habla de la Selva como una bestia vegetal que devora a aquellos que osan atacarla en plena época de la bonanza cauchera. En ‘La Vorágine’ esa selva es ante todo un personaje, es la que hace que los personajes cambien, muten y se destruyan, pero también es la defensa, la fortaleza, el misterio y la quietud.
Foto: Casa del Libro
La selva respira en los cuentos de Horacio Quiroga, el escritor uruguayo que murió un 19 de febrero de 1937. Con una fuerte influencia de Rudyard Kipling, creador de ‘El libro de la Selva,’ (También pueden leer: 'El Libro de la Selva' de Rudyard Kipling a través del lente del cine) en ‘Los Cuentos de le Selva’ de Quiroga los animales son fuente de sabiduría, con características antropomórficas son los protagonistas de historias salvajes que transforman la selva en el escenario de luchas y aprendizajes.
La selva es una entidad que ha permanecido ahí cercana al desarrollo de nuestras culturas suramericanas y que latente ha sido creadora de historias que algunos como Rivera y Quiroga supieron llevar al papel convirtiéndola en la protagonista de obras que lograron consolidarse como hitos de la literatura latinoamericana.