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El poder gaucho no se extinguió

Represión policial en manifestación antidictatorial / Foto: Centro de Fotografía de Montevideo

Uruguay es el país de América Latina con el nivel de alfabetización más alto (Naciones Unidas), con menor Índice de Percepción de Corrupción (Transparencia Internacional), con la distribución de ingresos más equitativa, el tercero con mayor Índice de Desarrollo Humano (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y el cuarto con la esperanza de vida más alta.

El segundo país más pequeño de Latinoamérica, además, fue catalogado en 2008 como el más pacífico (Corporación Latinobarómetro), en 2010 como uno de los más seguros del mundo (revista estadounidense International Living), en 2013 como uno de los más democráticos (The Economist) y en 2014 como el país con el PIB per cápita más alto.

El poder gaucho no se extinguió Portada del Diario 'Ahora' de Uruguay / Foto: 1811-2011

Sin duda alguna, Uruguay es una de las naciones más progresistas del continente, de hecho, fue la primera que le dio voto a la mujer en 1917. Sin embargo, la historia era otra hace apenas unos años.

Y es que entre 1973 y 1985 Uruguay vivió el proceso político, social, económico y cultural conocido como la dictadura. Todo empezó el  27 de junio de 1973 cuando el entonces presidente Juan María Bordaberry, junto a los militares de su país, disuelve el congreso y lo reemplaza por un órgano de gobierno designado por el ejecutivo.

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Desde entonces se censuró la prensa, se impidió la expansión de ideas de rebelión y protesta al ilegalizar los sindicatos, se condenó el comunismo, se desapareció y torturó a quienes cuestionaron el régimen y se opacó a los disidentes que venían de procesos de guerrilla urbana de los sesenta, como los del grupo Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.

Durante 12 años el pequeño país vivió en la tensión y el letargo. En el ambiente se respiraba un clima de desconfianza, sospecha y duda. La dictadura uruguaya inclusive quiso legitimarse en las urnas, haciendo consultas entre sus electores en los años 70 y 80. Rotó presidentes que constitucionalmente estuvieron facultados para serlo, pero estos no tuvieron el respaldo de los uruguayos.

El poder gaucho no se extinguióEn noviembre de 1983 cientos de uruguayos se congregaron junto al Obelisco para exigir el regreso de la democracia / Foto: Diario La República

La prohibición de partidos políticos y la restricción de las libertades individuales y grupales generó un descontento que poco a poco empezó a exasperar. Entonces, una juventud ávida de escribir su historia hizo su aparición en los tempranos 80. Y fue la misma generación que logró subsistir a pesar de ser perseguidos por los “milicos” y por ser llevados a la “cana” por sospecha.

La fuerza gaucha salió a flote y el primero de marzo de 1985 todo acabó. Desde entonces este país se encaminó a convertirse de nuevo en un lugar de referencia y eso bien se demuestra en los discursos de su expresidente José Mujica, los goles de Diego Forlán, las lecciones literarias latinoamericanas del difunto Eduardo Galeano y la acertada crítica e ironía roquera del Cuarteto de Nos.


Cronografía a las 8 pm #EnLaTV de Canal Trece


 

 

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