Colombiano que se respete habrá escuchado alguna vez en su vida que "la comida no se bota". Aunque este principio básico de supervivencia pueda parecer obvio, lo cierto es que valdría la pena repetirlo como un mantra, pues los humanos estamos desperdiciando casi el 40 por ciento de los alimentos que se producen en fincas, de acuerdo con 'Enviado a la basura: pérdida global de alimentos en fincas', el más reciente estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Tesco.
La cifra es escandalosa porque los alimentos perdidos aumentó en más de mil toneladas con respecto a la medición pasada, hecha en 2011 también por WWF. A 2021 la humanidad desperdicia 2.500 toneladas de alimentos cada año, a diferencia de las 1.300 que se perdían en 2011.
Y como si el desperdicio de alimentos no fuera suficiente, esta nueva información también es preocupante por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues la producción de alimentos conlleva un uso generoso de tierra, agua y energía.
Según el informe, 4,4 millones de kilómetros cuadrados de tierras agrícolas y 760 kilómetros cúbicos de agua se utilizan para producir los 1,2 mil millones de toneladas de alimentos que se pierden antes, durante y después de la cosecha, o que se desvían a otros usos como la alimentación animal y los biocombustibles. Esto equivale a una masa de tierra más grande que el subcontinente indio y a un volumen de agua equivalente a 304 millones de piscinas olímpicas, sin contar los recursos adicionales utilizados para producir alimentos, que se desperdician más adelante en la cadena de suministro.
"El informe también señala que los aumentos en la cantidad total de alimentos perdidos y desperdiciados significan que la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los alimentos que no se consumen también aumenta, desde estimaciones anteriores del 8% de todas las emisiones totales de gases de efecto invernadero, al 10%", se lee en ''Enviado a la basura'.
Otro punto de preocupación de Tesco y WWF es que esta situación es un problema global que afecta, incluso, países industrializados. Por ejemplo, los países de ingresos altos y medianos de Europa, América del Norte y Asia industrializada contribuyen con el 58% de los desperdicios de las cosechas mundiales. Esto, a pesar de tener una mayor mecanización agrícola y solo el 37% de la población mundial.
Hasta la fecha, solo 11 de los 192 planes climáticos nacionales (alrededor del 5%) presentados como parte del Acuerdo de París de Cambio Climático mencionan la pérdida y el desperdicio de alimentos. La mayoría de estos 11 planes provienen de naciones africanas que abordan las pérdidas post-cosecha. Este informe muestra que los alimentos se pierden en las fincas productoras por una variedad de razones, incluidos factores controlables y decisiones humanas.
“El informe deja claro que proporcionar acceso a tecnología y capacitación en la producción (fincas productoras) no es suficiente; las decisiones que las empresas y los gobiernos toman más adelante en la cadena de suministro tienen un impacto significativo en los niveles de alimentos que se pierden en las mencionadas fincas”, dijo Lilly Da Gama, Gerente del Programa de Pérdida y Desperdicio de Alimentos de WWF-Reino Unido y una de las autoras principales del informe. “Para lograr una reducción significativa, los gobiernos nacionales y los actores del mercado deben tomar medidas para apoyar a los agricultores de todo el mundo y comprometerse a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro. Las políticas actuales no son lo suficientemente ambiciosas".
Pero, entonces, ¿qué se puede hacer para comenzar a remediar este problema?
Cortesía de WWF.
Definir – Medir – Actuar
El enfoque Definir – Medir – Actuar está respaldado por la coalición Champions 12.3 que incluye a personas de gobiernos, empresas, organizaciones internacionales, instituciones de investigación, grupos de agricultores y la sociedad civil dedicados a inspirar ambición, movilizar acciones, y acelerar el progreso hacia la reducción a la mitad del desperdicio de alimentos y la reducción de la pérdida de alimentos. El enfoque de tres pasos es un método comprobado de lograr resultados rápidos:
• Definir: definir objetivos establece ambición y la ambición motiva la acción. Los gobiernos y las empresas deberían adoptar objetivos explícitos para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50% desde la finca hasta la mesa.
• Medir: el viejo dicho “lo que se mide se gestiona” también aplica a la pérdida y el desperdicio de alimentos. Los gobiernos y las empresas deben medir la pérdida y el desperdicio de alimentos para identificar los “puntos críticos” que necesitan acción; publicar los resultados para inspirar a otros; y monitorear el progreso a lo largo del tiempo.
• Actuar: al final, la acción es lo que importa. Basados en la información recopilada a partir de la medición, los gobiernos y las empresas deben desarrollar e implementar estrategias para abordar sus puntos críticos de pérdida y desperdicio de alimentos, que van desde las pérdidas de alimentos en la finca hasta el desperdicio de alimentos en el hogar. Las asociaciones nacionales público-privadas pueden ser una forma eficaz de emprender acciones colaborativas, encontrar políticas y prácticas pragmáticas e involucrar a todos, desde los agricultores hasta los consumidores en torno a una misión compartida.
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