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Montt y Liniers: Los Ilustres en Bogotá

Desde que tengo memoria, además de los libros en los que me escondía, dibujar siempre fue una pasión en mi vida, dibujaba en las esquinas de las páginas de los cuadernos del colegio, en las facturas y recibos que me encontraba regadas por la casa, incluso en mis propias manos cuando el aburrimiento me mataba. 

En medio de ese amor por la ilustración sucedió que se unió con el cariño por los libros cuando me encontré en el camino con los libros de viñetas y cómics de dos creadores latinoamericanos que me robaron el corazón: Alberto Montt y Ricardo Siri Liniers 

Caminando un día, de hace poco mas de 10 años, terminé metida en una librería bogotana del Park Way dedicada a la literatura académica. Sin muchas sorpresas y ya a punto de irme, un pequeño librito me vio desde lejos, un delgado lomo amarillo y una ilustración verde y roja en la portada me llamaron la atención. Abrí en cualquier página y leí: 

"No lloverá más
pero algunas lágrimas
Brillan aún en tus cabellos.
Un hombre salta en el sol
sus ojos
lleno del polvo de todos los caminos
y su canción no brota de sus labios"

Montt y Liniers: Los Ilustres en Bogotá

El librito es una pequeña colección de poesía del poeta chileno Vicente Huidobro, ilustrado, nada más y nada menos, que por Alberto Montt a quien conocí ahí y de quién me enamoré en ese libro.

A Liniers lo encontré entre las redes sociales y cuando leí sus viñetas de Enriqueta obsesionada con los libros y acompañada siempre de su gato, supe que había encontrado uno de mis ilustradores favoritos de la vida, tanto así que en un acto por parecerme más y más a Enriqueta, bauticé a mi gato: Fellini. 

Lo que es aún más cierto es que a Montt y a Liniers los he tenido en el corazón ilustrado desde hace mucho tiempo y es esa justamente la razón por la que haberlos descubierto amigos cercanos es una de los sentimientos más gratificantes que he tenido. Lo que nos sucede a muchos, quizás, es que este par tienen la relación de amistad que cualquiera quisiera tener con alguno de ellos. 

Montt y LiniersFoto: Facebook Oficial Liniers y Montt Ilustrado

El próximo 18 de septiembre, Montt y Liniers se encuentran en el escenario de nuevo. Los Ilustres estarán en Bogotá, puntualmente en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, presentándose en lo que ellos han llamado un stand up ilustrado, que por su puesto mezcla todo el humor que les puede salir a estos dos, con la magia que es su trabajo creativo. 

Obsesionados con el lápiz, la tinta, el papel y la risa, Liniers y Montt se suben al escenario para contar(se) las últimas anécdotas de sus vida. Dibujan, se ríen y nos hacen reír a punta de la espontaneidad y honestidad que los ha marcado. Y nosotros, desde el público, nos convertimos en testigos de una amistad de la que, no lo duden, quisiéramos hacer parte.

Como un abrebocas a este evento, tuve la oportunidad de hablar por teléfono con Alberto Montt, en una charla que no olvidaré nunca y de la que, lastimosamente, no tengo registro más que en la memoria. Tuve problemas para hacer una llamada desde Bogotá hasta Santiago de Chile desde mi teléfono celular y me tocó recurrir a un fijo que tenemos en el canal y que parece un teléfono sacado de la década de los noventa. Sin posibilidad alguna de registrar la llamada, marqué el número de Montt, alisté mi lápiz y mi agenda y me dispuse a hacer una entrevista como quizás nunca había hecho en mi vida y como seguramente sí hizo mi abuelo, el periodista también. 

Así que esto que viene a continuación, son los restos mentales de una charla que tuve con Alberto Montt, a 6.189 kilómetros de distancia y con las manos temblándome sin parar. Espero ser lo más precisa con respecto a todas las cosas que este ilustre me contó en los 30 minutos que estuvimos en el teléfono. 

Alberto Montt - Los IlustresFoto: Facebook Oficial Liniers y Montt Ilustrado

Montt, está metido en el tráfico de su ciudad y yo me imagino que si es como Bogotá, tiene tiempo suficiente para ponerme, al menos un buen rato, atención. Le digo, para empezar y romper el hielo (que luego me daré cuenta que no necesito hacer con él) que mi admiración por su trabajo y por el de Liniers lleva muchos años y que me hace feliz tener la posibilidad de hablarle. Y entonces empezamos:

Lala de Canal Trece: ¿Cómo es que Liniers y Montt se conocen? ¿en qué momento de la vida se dieron cuenta de que un show de este tipo podía existir? 

Montt: ¿Cómo nos conocimos?, nos conocimos en Tinder (el se ríe y yo me doy cuenta que esta charla, lejos de los nervios me la voy a disfrutar muchísimo). No, la verdad es que tenemos muchos amigos en común, ya habíamos coincidido en varios eventos, nos habían presentado y la cosa se fue dando. Yo siempre había sido un admirador de su trabajo. 

Lo que pasó fue que entre encuentro y encuentro, comenzamos a darnos cuenta que teníamos muchas cosas en común, formas de pensar similares sobre cosas de la vida y que la gente a nuestro al rededor disfrutaba escuchar. 

Empezamos a encontrarnos en eventos de libros, en ferias y fiestas literarias y de ilustración y pasó que nos dimos cuenta que hablabamos de todo menos de los libros de los que teníamos que habalr y que la gente se reía mucho con las ocurrencias de nuestras conversaciones. Ya Liniers había tenido un show en vivo junto a Kevin Johansen y fue entonces cuando pensamos que podía ser interesante poner nuestras ilustraciones y charlas en un escenario.

Lala: Sucede un poco que en este mundo en el que vivimos la cultura esta subvalorada, y hay muchos rumores sobre el asunto de que la cultura o las artes no venden. Sin embargo, luego va uno a ver y un evento cómo Los Ilustres, se llenan. ¿Qué piensas sobre eso?

Montt: Yo creo que el arte sí vende, lo que no vende es la pre concepción que tenemos de ella y de las cosas culturales, en general. El problema es que hay una tendencia a establecer límites de la cultura, es decir, esto sí es cultura pero esto otro no. Hay una frase que me gusta mucho y que habla sobre eso y es “A todos les gusta la música clásica, pero no lo saben” porque lo que pasa también es que no hay mucha difusión de la cultura, hace falta que la gente conozca más, que tenga más espacios para hacerlo y darse cuenta de que realmente lo disfruta.

Por ejemplo, lo que Liniers y yo hacemos conecta de manera muy sencilla con la gente, básicamente porque somos honestos, hablamos de la cotidianidad sin la pretensión que muchas veces se le da al arte. Y, a través del humor, uno logra conectar muy fácil con quienes nos leen y nos ven en los shows. 

Lala: ¿Cómo son los procesos creativos de un evento como Los Ilustres?, Ustedes no se ven, viven en lugares diferentes pero cuando uno los ve en vivo en el escenario se siente todo sincronizado, perfecto. 

Montt: No es del todo una improvisación lo que hacemos. Se trata de una mezcla de cosas que ya sabemos el uno del otro. Los Ilustres se convierte, con frecuencia, en un espacio en donde están dos amigos contándose cosas. A veces nos pasa que nos encontramos y yo me acuerdo que le quiero contar algo y luego le digo: “Ay no, mejor te cuento en el show”. 

Es porque también estamos buscando sorprendernos a nosotros mismos, a veces pienso: “¿Será que esta baboso se va a reír si le cuento esto?”  y de eso se trata también. 

Pero también sucede otra cosa, y no tiene que ver con el lugar en el que estamos, sino con cada uno de los públicos. En el escenario nos conectamos con los que nos están viendo y hay temas que surgen que solamente suceden en determinadas condiciones con ciertas personas que nos ven. Yo creo que en general el público latinoamericano es muy similar, respondemos y nos conectamos todos con las mismas cosas. 

Siento que se va acabando el tiempo con Alberto Montt al teléfono y sé que la cantidad de preguntas que tengo son infinitas y que el tiempo no me va a dar, entonces le digo: 

Lala: ¿Crees que la risa puede salvar un país?

Montt: Lala, yo creo que la risa puede salvar a la gente, entonces sí, por extensión puede salvar países. El humor es una cosa tan punzante, tan palpitante que se vuelve demasiado cercano a la gente y en esa medida se puede convertir en un ataque directo al poder. 

Antes de despedirme le propongo a Montt un juego: quiero conocerlo como lector, saber qué es lo que lee antes de dormirse o a penas se despierta. Saco mi lista de #MiBiblioteca y le pido que me responda lo primero que se le ocurra y esto resultó así:

 

#MiBiblioteca de Alberto Montt

Un libro que te devuelva a la infancia: ‘100 años de soledad’, me lo leyeron mis padres. 

Un libro sin terminar: ‘El Corán’ y ‘La misteriosa llama de la Reina Loana’ de Umberto Eco

Un libro para morirse de risa: La Biblia

Un libro para llorar: La Biblia

Un libro al que siempre vuelves: Más que un libro es un autor y un personaje, Siempre vuelvo a Quino y a Mafalda. 

Libro de papel o Digital: Papel

Un escritor nuevo: Me gustaría recomendar a Samanta Schweblin, aunque ya no es tan nueva. Pero quiero que conozcan a un historietista e ilustrador que para mí hoy hace parte del TOP 3 del mundo y es Tom Gauld. 

 

 

 

 

 

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