La historia de la Acción Cultural Popular (ACPO) se remonta a 1947. El 31 de mayo de ese año, el recién ordenado sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín partió para la parroquia de Sutatenza, donde al poco tiempo fundó una rudimentaria emisora con el fin de llevar esparcimiento a los campesinos mediante programas de música y doctrina cristiana, que complementaba con segmentos educativos que ofrecieron una ventana de aprendizaje para muchas comunidades rurales de entonces.
Así nacieron las Escuelas Radiofónicas, uno de los espacios clave de la historia de la comunicación popular colombiana, un programa dirigido a mejorar la vida del campesino en cinco frentes: salud, alfabeto, número, economía, trabajo y espiritualidad a través de la radio. De ellas nació la legendaria Radio Sutatenza, una de las más grandes y más influyentes emisoras de la Colombia del siglo XX.
Las Escuelas Radiofónicas contribuyeron a la dignificación de la vida del campesino, sin apartarlo de su parcela e incrementando sus conocimientos de agricultura y ganadería, todo ello orientado a propiciar la educación fundamental integral. Con el tiempo, además de la radio, las Escuelas Radiofónicas ampliaron su radio de acción a otros medios masivos de comunicación social, excepto la televisión. A partir del 29 de junio de 1958 se comenzó a editar un periódico semanal: El Campesino.
En 1949, la primera y pequeña emisora pudo elevar la potencia del transmisor a un kilovatio. En 1960, Sutatenza inauguró un transmisor de 50 kilovatios y en 1968 amplió su potencia de 98 a 580 kilovatios. Para 1978 la cadena de emisoras (Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y Magangué) tenía una potencia de 600 kilovatios, la más grande que se haya dedicado en América a la educación rural; la de mayor poder fue la de Bogotá, con 250 kilovatios y 19 horas diarias de programación, de las cuales seis eran dedicadas a las Escuelas Radiofónicas.
Con los años, sus metodologías y medios de intervención cambiaron, fieles a sus objetivos iniciales. El modelo de educación popular creado por la ACPO fue ensayado e implementado en 24 países y sus métodos y principios ayudaron a gestar las más grandes reformas educativas de la segunda mitad del siglo XX. A través del modelo pedagógico de Educación Fundamental Integral, la ACPO buscaba contribuir a la inclusión social, productiva y digital del campesinado a través de la comunicación y sus medios. Ese modelo perduró y se robusteció con los años con un foco en mente: poner al estudiante como centro del proceso, reconociendo sus saberes y entendiendo su contexto para que los contenidos se impartan de acuerdo a los intereses y necesidades del territorio.
En las últimas décadas, las Escuelas Radiofónicas se transformaron en lo que hoy se conoce como Escuelas Digitales Campesinas (EDC). A través del uso de las TIC, las nuevas narrativas digitales, diferentes estrategias de comunicación para el cambio social y una convergencia de medios, la ACPO se expandió y, hoy en día, llega a más de veinte departamentos con un oferta educativa amplia, enfocada en fortalecer el liderazgo rural (hoy centralizan su información en este plataforma web).
En el marco de su cumpleaños número 75, que se celebra cada 23 de agosto, desde Canal Trece nos sumamos para resaltar, como aliados estratégicos de su periódico El Campesino.co, la labor realizada a lo largo del tiempo por la ACPO y el impacto positivo que manifiestan las comunidades beneficiadas. Como explica Mariana Córdoba, directora general de la organización, después de estas siete décadas y media la ACPO busca subrayar que “la acción cultural, quiere decir la acción transformadora del mundo y lo que buscamos mostrar es que esa acción transformadora es una tarea de todos, es una tarea popular”.
Solo en el año 2021, y pese a las dificultades que interpuso la pandemia, ACPO formó a 2.075 participantes de manera directa y 6.225 de manera indirecta con programas y proyectos como el Club de Líderes, la Red de Reporteros Rurales, la Escuela ACTÚA y Pescado para el Desarrollo, entre muchos otros. ACPO recibió, además, la Cruz de Plata de la Orden de Boyacá y el Premio UNESCO de Comunicación Rural como reconocimiento a su compromiso con el campesinado colombiano.
Te invitamos a que conozcas aquí su periódico El Campesino.co, un medio que narra con testimonios de primera voz las realidades de la Colombia rural y promueve desde el periodismo alternativo el empoderamiento por la comunicación comunitaria.
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