Convertida hoy en una de las grandes figuras de la literatura mundial, no sólo en Alemania y Japón, su sencillez deja ver a una persona brillante y honesta, que se preocupa realmente por desarrollar una obra poderosa y auténtica.
Nacida en una familia de libreros, siempre estuvo inmersa en los libros. En 1982, pasando apenas los 20 años, se fue a Europa detrás del sueño de vivir de cerca los lugares que inspiraron a sus autores favoritos. Intentó vivir en Rusia, pero las condiciones del socialismo la llevaron a Alemania, donde vive desde entonces.
Su obra no es tan prolífica como la de otros autores de su generación, pero es muy cuidadosa y siempre ha sido bien recibida. Escribe en japonés y en alemán, lo que para ella representa un reto enorme a la hora de unir dos lenguajes tan diferentes; por eso, eventualmente se vale de dibujos, de caracteres inventados o incluso de palabras nuevas (neologismos) para definir ideas que van más allá de las letras.
Su libro más reconocido hasta ahora es la novela 'Memorias de una osa polar', que se ha convertido en un fenómeno de ventas en diferentes países y le ha valido los premios más importantes para la literatura en Japón, Alemania y Estados Unidos.
Yoko Tawada le recomienda a la gente, y especialmente a quienes se quieren dedicar a la escritura, seguir leyendo: "estamos en una época en la que podemos acceder a obras de todo el planeta, tanto en sus idiomas originales como en traducciones".
Está convencida de que los libros no van a morir, no porque sea una romántica o esté en contra de internet, sino porque los considera "la arquitectura del espíritu": una forma física de representarnos como seres humanos.
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